Ser amado | SciFlash/Flashlight [Equestria Girls]

Día 5 | Resplandor

¡Hi!

Día cinco, acá vamos hahaha.

Quise hacerlo corto, pero ¿por qué todo sucede en un día? En fin, demasiadas palabras hahaha. Admito que este universo me gusta bastante, tal vez lo use como base para hacer otros escritos y quizá lo ponga en un fanfic aparte y le dé otros detalles, sino solo lo usaré como referente para continuar lo de Everfree o la serie que salió en Youtube.

¡En todo caso! Muchísimas gracias por pasarse a leer esta historia, me alegra mucho que les guste. Sé que este capítulo está largo, ¡espero que les guste! Tiene muchos momentos que me encantaron escribir.

Abajo dejo la explicación del uso de la palabra.

Espero que les guste.

Los personajes de Equestria Girls no me pertenecen, le pertenecen a Hasbro.

Resplandor

II

Un día soleado, el ir y venir de los estudiantes de Canterlot, el fervor por la competencia y un resultado mejor mezclados con los ánimos y la esperanza de un día mucho más productivo. Twilight salió del autobús, decidida a buscar a Flash Sentry, todavía incrédula por no haber pedido su número de teléfono o su dirección; ignoró las protestas y quejas de sus compañeros sobre su lugar o el desorden de la escuela rival. No dudó en avanzar un tanto discreta, sus pasos cuidadosos y su mirada fija en evitar ser encontrada. Justo en la entrada, los estudiantes de Canterlot comenzaron a saludarla como si la conocieran de toda la vida, como si su uniforme no significara ninguna alerta para su sentido de competencia arraigado por años y años de fracaso.

Sin parecer grosera, contestó tan pronto como reaccionó a su actitud amable, concentrada en observar las caras no familiares. ¿Qué estaría pasando?, su cabeza en busca de encontrar una respuesta mucho más concreta que "Canterlot" siendo más agradable con el enemigo, carecía de sentido la forma en como la veían, como si fuera normal verla caminar por los pasillos de la escuela. Tan pronto como concluyó que se trataba de la anomalía mágica, su tren de pensamientos quedó arruinado al chocar contra alguien.

—¡Twilight! —exclamó la voz que conocía tal y como la recordaba, una mezcla entre lo jovial y caballeroso—. ¿Estás bien?, ¿te lastimaste?

Sintió las manos de Flash sobre las suyas, decididas a levantarla con cuidado.

—Estoy bien, gracias, Flash. —Buscó sus gafas, tocando la camisa de Flash y su chaqueta—. ¿Puedes buscar mis lentes, por favor?

Su vista nublada impedía mirar las expresiones en su rostro, su única imagen era la de su cuerpo moviéndose de un lado a otro.

—¿Practicaste para los juegos? —preguntó curioso, con las manos sosteniendo sus lentes.

—No vendría a los juegos sino fuera así —respondió sarcástica, todavía un poco distraída por el sonido de pasos y murmullos—. ¿Y tú practicaste lo suficiente?

Flash se acercó lento, colocándole los lentes sin previo aviso; sus pupilas azules siendo lo primero que miraría con tanta intensidad.

—Daré lo mejor de mí, no te preocupes, Twilight —aseguró jovial, su mirada transmitiendo más seguridad de la que había visto el otro día—. Conseguí algo de información el día de ayer.

Un brillo morado llamó su atención, su detector avisando sobre la energía anómala de la escuela, una pista clara para encontrar lo que necesitaba. Miró de vuelta al muchacho, quien la tomó rápido de la mano para guiarla a un pasillo más solitario, esquivando a los estudiantes atareados y ansiosos por los juegos. Sus mejillas un poco acaloradas por fijarse en sus facciones, en sus cabellos azules y ligeros, su sonrisa un tanto más brillante que la media; la calidez de su toque junto a su entusiasmo siendo mucho más interesantes para el rincón juvenil de su cabeza.