𝖢𝗅𝗂𝖼𝗄 ; Kookgi

1. V i a j e

Por aquel entonces estaba de viaje en Suiza, un poco por placer y otro poco por trabajo, recorriendo algunos lugares pendientes en mi lista de "Lugares por conocer", con mi cámara de fotos, siguiendo mi afición a las fotografías de paisajes. Mis hermanos querían conocer sitios diferentes a los que me interesaban, así que cada uno tomó su ruta.

Elegí empezar con la Catarate del Rin, después iría a visitar el Castillo de Chillon y el histórico Monte Pilatus. Todos ellos resultaron lugares increíbles, no podía resistirme a sacar fotos. A esta altura tenía más de treinta imagenes de cada uno.
Por la tarde, decidí parar cerca de una fuente para descansar un momento, allí por ser la hora que era, el sol comenzó a caer de una forma hermosa, bañando el rededor con los últimos rayos dorados. Fue entonces que capte una de las mejores fotos de mi vida, junto con la de Malta.

Contento por los resultados de mi pequeña travesía volví al hotel. Tras darme una ducha tibia baje a cenar con mis hermanos y mis padres que también nos acompañaban. En plena medianoche, una vez habiéndome despedido de todos, me dediqué a mirar las fotos. Tendido en la cama, envuelto en la frazada debido al frío que hacía.

Borré algunas fotos que salieron mal, algunas estaban mucho mejor, pero la foto del atardecer mágico, esa me llamó la atención. En el fondo, posaba un chico de pelo negro y tez pálida que hacia un perfecto contraste con el rayo dorado del sol, su mirada estaba  fija en el azulaceo atardecer. Hice zoom para verlo mejor, realmente era hermoso.

Un poco extrañado me senté en el pequeño escritorio frente a la cama, transferí la foto al teléfono y presionando el botón intermedio entre ambos iconos en la parte inferior del celular, google me ofreció variados resultados a elegir.

Perfiles en todas las redes, muchas personas, locaciones e historias con el apellido "Min", realmente muchas. Empecé con las primeras cinco que vi, la primera no era, la segunda tampoco, La tercera menos, y la cuarta menos que las anteriores.

Comenzaba realmente a frustrarme, hasta que entre al quinto perfil de Twitter. Este era el que estuve buscando, era el mismo chico, tenía muchas fotos y justamente había compartido una de estos lugares. Pensé por escasos segundos hasta que decidí enviarle un mensaje.