¿𝐂𝐔𝐀́𝐋 𝐄𝐒 𝐋𝐀 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐀𝐃? ┊ Shinichi Kudo. ☑

Episodio 1.

Me encontraba en la torre de Tokio, contemplando la belleza de Japón, había regresado después de 5 años, ¿qué había pasado? ¿Cómo llegué hasta ahí? Todo conlleva a un proceso.

Mi nombre es Luna Tsukishima, tengo 17 años y estoy inscrita en el instituto Ekoda, mis padres viven en las vegas por temas de trabajo, después de todo ellos manejan una empresa. Tengo 2 hermanos, el primer hermano mayor quien está casado con una chica muy amable y bonita, ambos tienen un niño de 3 años, mi otro hermano tiene mi edad y asiste al instituto Teitan, es bueno resolviendo misterios aunque nunca tomó la opción de convertirse en detective.

Volviendo a lo mío, pasé 5 años en las vegas junto a mis padres y sus amigos, Chikage y Toichi, ¿por qué?, pues decidí aprender magia, ¿Y quién mejor que Toichi Kuroba?, él me enseñó todo durante estos 5 años, fui rápida al aprender. Lo más curioso es que me enteré de que todos creían muerto a Toichi Kuroba, este  último me había contado el porqué, fue cuando también me enteré sobre una joya llamada Pandora, además de saber que tenían un hijo llamado Kaito Kuroba que estaba en japón, quién se había convertido en el segundo Kaito Kid. 

¡Pero! Eso no es todo, poseo una segunda identidad, por el día soy una estudiante mientras que por la noche me convierto en la ladrona Mizuki, todo fue por motivo de conseguir aquella joya para que no cayera en malas manos. Después de esos 5 años, decidí volver a Japón, inscribiendome en el instituto Ekoda, ¿por qué?, no resistiría ir al mismo instituto que mi hermano.  Le pedí a Chikage que no le dijera mi secreto a Kaito pues sabía que hablaban por vídeo llamada, como ellos sabían mi secreto, decidí que pondría a prueba al legendario Kaito Kid.

Me instalé en la casa de mi segundo hermano, después de todo vivía solo en una gran casa, parecía mansión, ocupaba buen espacio, ¿por qué?, tenía una biblioteca dentro, un capricho de él, la mayoría de los libros son de Sherlock Holmes, última edición, no me quejo, a veces también me gusta leer ese tipo de libros, son realmente interesantes. Me pareció raro no ver a mi hermano ahí, supuse que había salido hacer compras o algo y como tenía una copia de llave, decidí instalar mis cosas y esperarlo dentro mientras veía televisión.

Issei: ¡Y tú como entraste! — Apareció en la sala, me quede viéndole.

Luna: ¿Se te ha olvidado quién soy?, porque si es así te voy a golpear.

Issei: Esa voz... Ese tono... ¡Hermanita del alma! — Se lanzó sobre mí, abrazándome. 

Luna: Ha pasado tiempo, Issei. — Correspondí.

Issei: ¿Vivirás conmigo? — Preguntó, separándose. 

Luna: Si, viviré aquí. 

Issei: ¿A qué instituto irás?

Luna: Ekoda, sería imposible estudiar en el mismo instituto que el tuyo.

Issei: ¿Por qué lo dices?

Luna: Porque me la pasaría desconcentrada, seguro me hablarías toda la clase o quizás hagas algo estúpido.

Issei: — Se hizo el ofendido — ¿Por qué quién me tomas?

Luna: A veces es bueno aceptar de que eres un rebelde sin causa.

Issei: Jaja esta bien, eso no lo negaré. — Dijo entre risas. 

Luna: Mamá te envió un obsequio, ya sabes como es.

Issei: Me lo imagino.

Fui por una bolsa y se la di, este en seguida abrió el obsequio encontrándose con un nuevo celular, si, un nuevo celular de última generación.

Issei: ¡Mamá es genial!

Luna: A mi también me ha dado uno. — Le mostré el mío, sonriendo.

Issei: ¡Intercambiemos número!

Intercambiamos número luego decidimos por preparar la cena, mientras que Issei me contaba cosas sobre sus amigos de la clase, sin duda llevaba una vida divertida, reía de vez en cuando mencionaba algo gracioso.

Después de cenar, le mostré algunos trucos de magia básica para demostrarle lo que había aprendido, este se sorprendió por la rapidez en que los hacía, claro, hubieron algunos que logró deducirlos mientras que los otros seguían siendo un solo misterio.

[ ... ]

Así fue como luego de aquello visité la torre de Tokio ese mismo día, la brisa era refrescante, movía mi cabello ligeramente, las luces adornaban el lugar dándole una belleza propia, di un profundo suspiro, embozando una pequeña sonrisa, este sería el comienzo de mi gran aventura, una aventura movida y divertida.

Mizuki: Todo listo, todo arreglado para el día de mañana. 

Murmuré al aire, otra brisa pasó por mi, moviendo mi cabello el cual estaba atado en una coleta, me dejé caer al vacío, abriendo mi ala delta, era hora de volver a casa.