Capítulo 51

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Davina

—Ava, deja de sacarles fotos, ven, vamos a la casa — dice mi padre cogiéndola del brazo, pero mi madre lo menos que iba a hacer era dejar de lado la sesión de fotos en la que sometía secretamente a Darren y a Samantha.

Cruce los brazos sobre mi pecho y asomé la cabeza desde la distancia en que nos encontrábamos para visualizarlos mejor, todavía no puedo creer que mi hermano le cantó una canción de amor a su novia, jamás pensé que Darren sería ese tipo de hombres.

— Ven Ava, vámonos — insistió mi padre.

—Max, no me toques, las fotos saldrán movidas por tu culpa—replicó mi madre ofreciéndole a mi padre un codazo en su costilla.

—No creo que a Darren le guste saber que le estés sacando fotos, mamá—se preocupó Edison.

—Edison tiene razón Ava, deja que tenga su privacidad.

—No es cierto, mamá, él está enamorado y es imposible que se enoje ahora. Saca todas las fotos que sea posible y lo utilizaremos para las tarjetas navideñas— le animó Edward bastante expectante, mi madre se volvió hacia Edward y asintió con una gran sonrisa.

Yo negué con la cabeza y me tapé la frente con una mano.

— Bien, aclaremos algo—dijo Edison, colocando las manos en cada lado de la cintura— Darren, solo empezó a cantarle a Samantha porque se dio cuenta de que ella quedó rendida ante mí.

Todos y cada uno nos volvimos hacia Edison, mi madre dejó a un lado la sesión de fotos en que sometía a Darren y Samantha (secretamente) para girarse hacia Edison.

—Yo comencé a cantar y rápidamente noté que Samantha no me quitaba los ojos. Era obvio que la enamore, ella quería saltarse sobre mí, estaba por hacerlo — dijo Edison como si recordara ese momento, que, por cierto, nunca existió más que en su cabeza —Darren, notó que su novia se había enamorado perdidamente de mi voz y se sintió amenazado, solo por eso canto— terminó con una mirada llena de convicción.

¿Qué es lo que fuma este chico?

—Tal vez, la leche materna que le diste cuando era bebé estaba vencida, ¿No crees, amor? — soltó mi padre sin poder creer la capacidad mental de uno de sus hijos, mi madre enroscó sus manos alrededor del brazo de mi padre riéndose a carcajadas.

—Edison, deja de fantasear demasiado hijo—le aconsejo mi madre—Pero, tu voz es preciosa, de eso no hay duda mi niño. Tienes un gran talento, bebé.

Solo una madre puede seguir mirando a su hijo con ternura después de ver lo demente que es. Y aún peor, ¡Decirle que su voz es hermosa cuando es todo lo contrario!

—En verdad, exijo una cirugía plástica, ¿Cómo puedo compartir el rostro con este loco? — se quejó Edward.

Lo comprendo, en verdad debe ser una molestia ser el gemelo de Edison. No tiene ningún sentido de la vergüenza.

—Edison, tú eres mi hermano favorito y por eso es mi deber decirte que cantas horrible y lo único que Samantha habrá pensado en ese momento es "¿Cuándo se callará este lobo aullador?"— dije con sinceridad.

— ¿En verdad canto tan mal?

Todos asentimos. Todos. Absolutamente todos.

—Pensé que lo hacía de maravilla —dice incrédulo, sin poder creer que sonaba tan mal como para levantar a los muertos.

Mi padre le ofreció consuelo a Edison mediante una palmada en el hombro, mi madre le dio un beso en la mejilla. Edward, solo frunció sus labios y volvió a suplicar un cambio de rostro con cirugías plásticas que mis padres volvieron a negarle por séptima vez en el mes.

El amor de Darren #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora