LEAH.
Luego de volver a mi forma humana, Derek me cubrió con su chaqueta, ya que estaba completamente desnuda. Estaba en su habitación, sentada en su cama con mis mejillas sonrojadas a más no poder.
—Ten esto. —me tendió la ropa— Vístete y llamaré a Scott.
Asentí observándolo agradecida. Se marchó y pude tener mi momento de privacidad para vestirme con su remera y ¿era un bóxer? Vaya, usaría la ropa interior de Derek Hale. ¿Quién lo diría?
Me quité la chaqueta y me vestí. Bajé las escaleras lentamente cruzando los brazos, ya que me daba vergüenza no tener nada debajo.
—Sabes lo que significa, ¿verdad? —oí a su tío hablar con él.
—Ahora no, Peter.
—Ella será peligrosa, para todos. —fruncí mi ceño, ¿de qué hablaba?
—Dije que ahora no. —le gruñó Derek y terminé de bajar las escaleras.
Recibí una mirada de ambos, la del mayor fue más hostil, como si fuera una cosa rara. Pero algo aún no entendía, ¿por qué habían dicho que era alfa? ¿Mis ojos habían vuelto a ser rojos? No sabía que pensar.
El chillido de la puerta metálica deslizarse llamó nuestra atención. Sus ojos cafés recorrieron todo el loft hasta que cayeron en mí. Y allí pude divisar que no estaba solo. Mi cuerpo se tensó en absoluto al observar a Stiles a su lado.
—¿L-Leah? —me estremecí al oír su voz, mi respiración comenzó a entrecortarse.
Retrocedí— Leah... ¿cómo es...? No puedo creerlo. —habló Scott, pero el pánico que sentía al ver a Stiles me impedía centrarme en su voz. Se acercó hasta aquí y me rodeó con sus brazos, sin embargo no reaccioné. Mis ojos estaban puestos en el castaño esperando a que haga algo que me de indicios de saber si esto era una pesadilla más— ¿Qué ocurre?
—Está asustada. —oí a Derek y sentí las miradas de todos en mí.
—Aterrada diría yo. —Peter habló con casi burla, pero mis ojos no se quitaban del castaño que me observaba desconcertado.
—Oye. —oí su voz suave y sus manos le dieron caricias a mis brazos— Ya estás aquí, conmigo, no dejaré que nada vuelva a pasarte.
Murmuró Scott en mi cabello y disfruté de su abrazo ignorando a Stiles.
—Mamá. —me separé de mi hermano y lo observé— Debo ir.
—Iremos.
Llegamos a casa, me bajé de la moto de Scott observando el frente de esta. Dios, como extrañaba estar aquí. Me dirigí hacia el pórtico en compañía de mi hermano y nos adentramos. Caminé por recibidor hacia la cocina donde oía movimiento. Ese tarareo lo reconocería en cualquier lado.
—¿Mamá? —titubeé pensando que esto seguía siendo la pesadilla de la cuál nunca despertaría.
La fuente se escapó de sus manos estrellándose contra el suelo causando un estruendo.
—¿Melissa? —¿ese era papá?
Mamá comenzó a voltearse lentamente y observé sus ojos oscuros abiertos como platos. Soltó un grito sobresaltándome. Papá apareció a los segundos y su rostro se contrajo con la misma expresión. Como si vieran un fantasma.
—¿L-Leah? —a papá le tembló la voz— ¿Eres tú?
Asentí y lo próximo que sentí, fueron sus brazos rodeándome, me aferré a él como si mi vida dependiera de ello. Era real, todo era real.
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The Little McCall II
Fiksi PenggemarLa ausencia de la pequeña McCall dejó un vacío en la manada y en los corazones de los chicos, más en el de Isaac. Luego de que los Argent junto al rubio se largarán de Beacon Hills, sucesos extraños comenzaron a surgir. Y entre ellos, la resurrecci...