Epílogo

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Morí de cáncer una semana después de que me dejaran internado en el hospital. No fué muy agradable, sobre todo cuando Hueningkai me tomó de la mano y lloró sobre mi pecho luego de besarlo por primera y última vez. Realmente fué un momento doloroso.

Pero ahora vivía bien, era el dueño más joven de una de las compañias más importantes de Corea.

Pero me sentía solo y vacío, extrañaba demasiado a Kai y ahora que totalmente humano podía sentir aún más ese dolor que dejaba perder a un ser querido.

Verán, hace ya varios años hice un trato padre: que me dejara libre de mi cargo como muerte y me diera otra oportunidad como humano a cambio de que Hueningkai y todos con los que conviví me olvidaran.

En el momento me pareció justo, pero ahora me arrepentía y pensaba todo el tiempo que hubiera sido mejor dejar de existir a que Hueningkai me olvidara.

De todas maneras he estado rastreando sus pasos y al fin lo encontré. Había a Estados Unidos a estudiar y después de un tiempo volvió a Corea. Ahora trabaja en un restaurante y va todos los días a cementerio a visitar la tumba de alguien que no recuerda sin saber el por qué.

Un día, aquél día en concreto decidí ir al cementerio a hablarle, tal vez le contaría todo lo que había pasado, o nos "conoceriamos" Y se lo contaría en el futuro. Aún no lo decidía.

Total que fuí y lo ví parado en frente de la tumba, lo tenía de espaldas. Me acerqué lo suficiente como para tomarlo de la muñeca derecha, darle la vuelta haciendo que quedara mirándome a los ojos y decir su nombre en un susurro.

—Hueningkai— Pude sentir como templo levemente.

Me acerqué aún más y lo besé. Extrañaba esos labios, extrañaba besarlos. Extrañaba demasiado a Hueningkai como para aguantarme las ganas de abrazarlo y besarlo que tenía encima.

Al principio no hizo nada pero luego correspondió como si no tuviera problema alguno.

—Te amo—

La Muerte y el Enamorado~SooKai~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora