Los finales suelen ser felices.

58 2 0
                                    

Nunca me he parado a pensar lo que la gente ha hecho por mí, tan sólo por el hecho de que nose siquiera si lo han hecho. Un tal invierno del 2011 surgió todo.

Los finales suelen ser felices, digo suelen porque el mío no lo fue. Tal día como hoy ya no nos hablamos.

Mi nombre es Estrella, habréis leído el comienzo y bueno su pondréis que soy otra adolescente que quiere contar su vida sin sentido, y es verdad, mi vida no es que tenga mucho sentido que digamos. Quizás el sentido de mí fue aquel chico que conocí ese invierno, concretemos.

Él se llamaba, digo se llamaba porque no se de su existencia, desapareció de mí al igual que desaparece una gota al chocar contra el frío y húmedo suelo una noche de tormenta, el caso es que él era Ethan, chico alto, moreno, con carácter.

No todas las historias son felices, no todas tienen ese final de comieron perdices y se fueron felices, no. Nunca os habéis parado a pensar que y sí el misterioso príncipe amado, desapareciera de la vida de la princesa dejándole sola e indefensa, enamorada. Y sí la princesa, se hubiese rendido antes de que él...de que él le dejase allí plantada en un café. Si la princesa hubiese tenido que salir adelante ella sola, con ese amor que a día de hoy le pesa, le pesa tanto que cuatro años después de todo aún no le ha olvidado.

Creo que procederé a contaros mi historia.

Extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora