Ingenua

37 2 0
                                    

Cómo dije mi vida no tiene mucho sentido ya que él era mi sentido, mi sexto sentido.
Recuerdo ese invierno cómo si hubiese ocurrido ayer mismo; era martes, procedí a ir a clases en otro amargo de mis días, mientras buscaba mi taquilla cómo una loca, ya que llegaba tarde, en uno de esos empujones con nuevos alumnos y algún que otro tropezón, me dí con un chico, alto y moreno.
-Estúpido niño- susurré.
-Oh venga no gruñas tanto, yo te ayudo- contestó dicho chico mientras se agachaba a recoger los libros que gracias a él, había tirado.
-No gruño, si tuvieses más cuidado...-
-Si tuviese más cuidado no me hubieses conocido- se río, en ese momento le odiaba tanto- por cierto, me llamo Ethan, ¿y tú eres...?-
-Yo soy la chica que te va a dar puerta ahora mismo- sonreí, me giré y comencé a andar.
-Chica que me acaba de dar puerta- oí como gritaba, no me giré pero sonreí- que sepas que 4°B está en el último pasillo- concluyó.
Cómo sabía mi clase, stop; puse pegatinas por todos mis libros con la clase a la que iba, ingenua.
Me paré enfrente de la clase, y entré.
El profesor aún no estaba en clase, se ve que no era la única que eso de la puntualidad no lo llevaba bien.
Quería comenzar bien el curso, me senté en tecera fila, al lado de la ventana; puse todos mis libros sobre mi pupitre, y procedí a sentarme.

Larga y amargada hora de filosofía; que me importará a mi todas esas fórmulas y esos señores con barba e inteligencia, inteligencia de la que yo carecía muy a menudo,sobre todo con los chicos ogh. Os preguntaréis el porque, es que veréis no he sido muy afortunada en esa parte digamos, hace cerca de un año estuve con David, y es que de solo recordar su nombre me salen sarpullidos, que arisca pensaréis, pero todo problema tiene su explicación...pensaba que él sería diferente pero para que mentir si lamayoríade ellos piensan con su segundo cerebro, ya me entendéis, pero de buena fuí y soy tonta, será diferente pensé, cada una de las personas que sabían de mi pequeño amor con ese ser me advertían, 'juega con todas, alejate de él, será mejor' esas fueron las palaras de Diana, mi mejor amiga a la que por cierto no hice caso y después como no me dijo eso de te lo dije. Pero bah, mejor dejemos ser lo que todo eso es, pasado.

Entre algúnque otro malo recuerdo atendía a la explicación y recuerdo que me mandaron hacer un largo trabajo de algún filósofo, a mi querido profesor no le gustaba eso de que tuviesemos un fin de semana tranquilo, normal.

Toco el timbre, y salí del aula con alguna que otra prisa, me quedaba una hora para poder volver a mi casa.

¿Ahora también me vas a dar puerta?- esa voz que venía detrás de la puerta de mi taquilla era la prueba de que en segundos a una persona se le pueden poner los bellos de punta, como él hizo que me ocurriese ami.

Si querido amigo- cerré la puerta para centrarme en sus ojos color café- se ve queno estás acostumbrad.o

La verdad es que no, no estoy acostumbrado a que una chica tan-.

¿Tan qué?- le corté.

Tan bonita, tan despistada, tan tú- se acercó ami, noté su mano por mis mejillas al igual que a estas sonrojandose de cada vez más.

Pues que lástima eh- me aparté, para evitar que notase mi nerviosismo que él me provocaba.

¿Nos veremos pronto?- gritó mientras me dirigía a clase.

Me mordí el labio, no podía desaprovecharle, pensaba que no me haría daño, claro, pensaba.

Si con pronto te refieres a la salida, si pronto nos vemos- me giré para contestarle, lo ingenua que podemos llegar a ser cuando nos enamoramos...

La clase de historia, se me hizo eterna, cuando digo eterna me refiero a que me dediqué toda la hora a observar a los pajarillos que había en el nido del árbol justo al lado de la ventana, a verles felices cuidando y alimentando a sus crías hasta que el timbre me libró de ese infierno de teoría.

Recogí todo, conecté mis auriculares al teléfono poniendome solo uno de ellos en una de mis orejas, cogí mi mochila y me la puse a los hombros y me decidí a salir de ahí. 

Continuará...

Extraña maldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora