Ciel ya se había ido dejando sola a la chica una vez más, le costó mucho acostumbrarse pararse y caminar pero al final lo logro sintiéndose orgullosa de si misma.
La chica se dió una refrescante ducha empezando a relajar su tensado cuerpo, dando leves caricias en el y una ves más en su mente se instaló la memoria de la noche anterior y un gran sonrojo se apoderó de ella y un chillido de emoción. Saliendo de la tina se miro al espejo unos segundos segundos donde ella se volvió Lady tomate pues un chupetón estaba justo arriba de sus pechos en el medio en forma de corazón.
Por una parte estaba feliz por eso además de que se le hizo muy tierna la forma del chupetón pero por otra parte era un poco vergonzoso... Tendría que elegir otro vestido.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La chica estaba en el amplio salón de la mansión sin hacer nada por ahora, el tocadiscos empezó a sonar dando una melodía clásica y bailable, por un momento se relajo de gran manera empezando a bailar sola con los brazos estirados recordando a su prometido y imaginando que el estaba ahí.
Aunque simplemente no había nadie siguió danzando en su expectacular vestido azul.
Por otra parte un mayordomo aburrido paseaba por los pasillos de la mansión Phantomhive, a él no le habían dejado asistir a la reunión de la compañía y eso solo lo frustró ya que la casa literalmente estaba reluciente.
Una melodía tocó suavemente los oídos del mayordomo llamando su atención así que se decidió ir para ver qué era.
Sus ojos se encontraron con la joven danzando sola, nada digno de alguien de la nobleza pero, había cosas que a ella la hacían única.
La chica dió un salto de susto pues sintió como alguien tomaba el lugar del imaginario Ciel aunque al abrir los ojos se encontró con un mayordomo vestido de negro con los ojos cerrados bailando la hermosa canción así que decidió seguirle el paso .
Los dos demonios danzaban un baile donde aunque ya no eran los protagonistas disfrutaban las máscaras en ellos se habían desvanecido solo dejando que el sonido los guiará aunque los dos teniendo pensamientos muy diferentes sobre personas diferentes dejaban que la melodía guiará sus pasos.
Los dos abrieron los ojos al mismo tiempo mirándose el uno al otro, el mayordomo tenía la misma y singular sonrisa de siempre y la chica le dedicó también una sonrisa, ligera sonrisa que la caracterísaba desde que despertó y eso no le gustaba a nadie que la quería.
Eso incluiría al mayordomo.
Pero nada cambio en el baile además de eso los dos sonriendo y bailando al compás de la música.
Lo que no sabían era que los ojos verdes de la muerte los observaban.
Olmenos hasta que los dos tuvieron un presentimiento de defensa que los hizo quitarse del caminó y separarse, entonces vieron como una cierra eléctrica paso enfrente de los dos causando que el tocadiscos se destruyera.
