Parte 4

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Parte 4.

Estaba tentado a maldecir y levantarse de allí, pero reconocía el acto de Severus de haberlo salvado y, aunque se quejara tanto, no podía dejar de curar sus heridas. Después de todo él era el único que poseía pulgares opuestos.

Dejó el paño que usaba dentro de la cubeta con agua y se cruzó de brazos, oponiéndose a continuar su labor hasta que su "paciente" se mantuviese quieto.

Estaban en los aposentos del rey en el ala norte, Severus acostado bocabajo en la cama, con su herida expuesta, y Harry sentado a su lado. Los utensilios se apilaban fuera de la habitación, queriendo ver entre las rendijas de la puerta lo que sucedía dentro del cuarto, esperanzados de que aquellos dos limaran asperezas.

Pero parecía ser todo lo contrario.

-No podré terminar si no dejas de moverte. -decía Harry bastante molesto.

-Duele. -se quejaba Severus con voz gutural.

-Dolería menos si no te movieras.

-No me dolería si no te hubieses marchado.

-¡No me habría marchado de no haberme gritado!

-¡No te habría gritado de no haber ido al ala oeste!

Harry se cruzó de brazos, no estaba dispuesto a perder frente al alfa que estaba bocabajo en aquella cama.

-Y todo esto no habría sucedido si supieras controlar tu temperamento. En primera, raptas a mi padre, me obligas a quedarme, no me explican por qué no puedo ir a aquella ala y luego me gritan. ¿Quién crees que es peor?

Severus se giró para verle. Harry era el omega más replicón que había visto en su vida. Tuvo que admitir para sus adentros que no había actuado de la mejor manera, pero es que desde que se había convertido en bestia se había sentido tan... solo. Ni siquiera se permitía tener la compañía de los demás por el sentimiento de culpa que le embargaba. Estuvo a punto de disculparse por todo lo malo que había hecho con el chico y su padre, hasta que el joven volvió a hablar.

-Pero, gracias por salvarme. No necesitabas hacerlo, y aun así fuiste muy valiente.

Severus se mantuvo en silencio, siendo que su única respuesta fue dejarse curar su herida en silencio. Sentía las delicadas manos de Harry sobre su espalda y, aunque le dolía bastante, sabía que el omega intentaba ser lo más delicado posible.

Harry le dejó solo luego de terminar con su trabajo, Severus pensó por un instante que el joven volvería a marcharse nuevamente, anhelando la libertad. Pero grande fue su sorpresa cuando un sonriente reloj entró a su habitación unas horas después a contarle que el omega estaba en la cocina hablando animadamente con la viuda Weasly y las tacitas-niños.

- ¿Entonces no se ha marchado? -preguntó, incrédulo.

-Nos dijo que había dado su palabra de quedarse en lugar de su padre y que fue un error intentar escapar y faltar a su palabra. - Dumbledore trepó como pudo a la cama y, aun con sus facciones de reloj, Severus sabía que el hombre intentaba elevar ambas cejas. -Además parece estar preocupado por tu salud y quiere quedarse para mantenerte en observación.

Algo en el interior de Severus se removió ligeramente, un sentimiento nuevo para él. Decidió ignorarlo e intentó dormir para mejorar su situación o, en otras palabras, para no pensar en el omega que estaba en su castillo.

.......................

Bajo su semblante serio y estoico Severus escondía un ligero nerviosismo que hacía mucho tiempo no sentía. Después de un par de horas de dormir y sopesar largo rato en su cama -y enterarse que Harry seguía ahí - pensó que debería agradecerle de alguna forma. No era su obligación ayudarle en lo absoluto, él era su captor y fácilmente podía haberle dejado sobre la nieve y retirarse, pero no lo hizo.

The beautiful boy and the beast (Snarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora