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Capítulo 1.

-narración Omnisciente-

En una pequeña casa, en aquella parte más alejada del castillo, donde habitan aquellos de clase muy baja, vivía un hombre el cual era conocido por ser honesto, trabajador y un buen marido. Él y su esposa, estaban por tener un hijo y la felicidad para ambos, era inexplicable.

Todo transcurria bien para la pareja, hasta que en el día del parto éste se complicó gravemente... el partero del pueblo no podía hacer mucho ante aquella situación y la mujer solo gritaba con fuerzas que salvasen a su bebé...

Aquella noche, el hombre perdió a su esposa... tomó al pequeño entre sus brazos, habían logrado salvar a su hijo. Descubrió con cuidado su pequeño rostro y la diminuta sonrisa triste que tenía, se desvaneció, un niño albino, con el poco cabello que poseía algo rizado, tez blanca y ojos de distinto color, sin dudas... su mujer le había sido infiel...

~☆~

5 años más tarde, el pequeño niño, el cual tenía el nombre de Ink Comyet, vivía con su supuesto padre ya que éste no pudo deshacerse del bebé. Era un niño bastante creativo que amaba con cada fibra de su ser el arte, gustos que quizas había heredado de su madre, ya que a ésta le fascinaba pintar. el mayor con tan solo verle, le detestaba porque le recordaba la infidelidad de su maldita mujer desvergonzada... cada vez que Ink hacia algo con mucho amor, su padre lo arruinaba en su cara o lo rompía en mil pesazos solo para verle sufrir. Más de una vez, le recordó lo infeliz que el mas joven le hacía y no dudó en decirle fríamente que en lugar de su madre, era Ink quien debió haber muerto...

Los abusos psicológicos por parte de su padre no durarían mucho ya que por medio de contactos, consiguió por fin vender a Ink a un muy buen precio, a la mejor "casa de damas de compañía", donde lo criarían como una doncella en espera del mejor postor.

~♡~

Conforme los años pasaban, mientras Ink siguiese al pie de la letra cada una de las reglas, le recompensaban dejandole salir al pueblo junto a otras damas y su encargado. En aquél lugar, observaba como todos vivían en paz, soñaba algún dia llegar a sentirse como aquellos habitantes... pero no era su único sueño.

Lust: vamos Ink, ya es suficiente

Ink: espere un momento ¿si? No se cuándo pueda volver a salir...

Lust: si cariño, pero creo que ya es suficiente de ver a los guardias

Ink: ¡es que son maravillosos! se encargan de todo el pueblo... yo quiero ser uno ¡quiero proteger y luchar por la gente indefensa!

Lust: oh si, y yo quiero ser un señor feudal en vez de atender en una sucia cantina, como desearía ser una de ustedes, se divierten todo el tiempo

Ink: ¿a qué te refieres?

Lust: olvidé que eres virgen, ya no importa vámonos

Ink: esta bien ¡pero escuche mis palabras! lograre llegar al castillo, hablaré con la Reina, y muy pronto sere guardia...

Lust: dedícate a seguir pintando que es lo que haces bien, ademas, eres una "dama" enfócate o el superior hará que obedezcas... no quieres que te lastimen la espalda otra vez ¿o si?

Ink: n-no, no quiero...

Lust: bien, hora de retirarnos cariño...

Los días y noches para Ink, fueron difíciles, pero los años le favorecieron, cada vez era más delicado y adorable, pasaba completamente desapercibido que era un hombre, y el superior, dueño de la casa, vio un excelente potencial, con la belleza de Ink, podría ganar muchas monedas de oro, y elevaba aun más el precio el hecho de que aún fuese virgen.