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—Hace mucho que no te veía con esas ropas...

Y sí, se había puesto su chaqueta imitación cuero y esos pantalones mezclilla que ni recordaba que tenía en el armario.

—Cállate Jjaenie... Jeon tiene una cita.

Bueno, no sabía si podía considerala una... Simplemente había charlado un poco con Yeri por mensajería telefónica y luego ella le invitó un café luego de clases, era todo.

—¿Así que por eso descubriste tu frente?, todo un romeo...

Y Kim rió.

—Como sea, cuéntanos tu experiencia en la motocicleta, debió ser aterrador.

Lo había sido, y demasiado, pero esto sus amigos lo habrían sabido si no fuese porque luego de bajar todo tembloroso de esa motocicleta ellos sólo se preocupaban por bailar y beber, vaya mejores amigos.

—Aún estoy molesto contigo, no debiste ofrecerme como si fuese cualquier cosa.

—Vamos Woongie, eres el más valiente de nosotros tres... ¡Además! Deberías agradecerme, gracias a mi tienes una cita luego de años.

DaeHwi exageró en el tiempo, pero de cierta forma era verdad y estaría sumamente entusiasmado si no fuera porque en realidad estaba pensando en todo lo que ocurrió cuando acompañó a ese chico universitario en su motocicleta. Quería tanto hablar de eso y al mismo tiempo se sentía como si tuviera que guardarselo como si fuese un terrible secreto.

Estaba seguro de que así no actuaban los colegas, mucho menos los que se acababan de conocer.

—Hola... Yeri me dijo-

—Súbete, y sujétate fuerte florecita.

Por nada del mundo esperaba esas palabras y quedó en shook unos segundos cuando el marcador estaba contando.

¡3!...

¿Súbete?

¡2!...

¿Sujétate fuerte?

¡1!...

¡¿Florecita?!

Quería bajarse en ese momento y tal vez decirle un par de palabras al muchacho engreído, pero...

—Como quieras...

Escuchó de repente y miró sus hombros moverse en desdén, sí, definitivamente quería golpearlo.

Pero ni siquiera pudo decirle un "¿Cuál es tu problema?" cuando se escuchó el "Fuera" y el chico arrancó el vehículo de dos ruedas.

Por un momento creyó que su cara ya estaría en el pavimento, sin embargo y para su buena o mala suerte sus brazos se habían envuelto a la espalda del piloto.

—¡Oh Dios mío, Oh Dios mío, no me dejes caer!

Se aferró malamente detrás de él y cerró sus ojos casi todo el trayecto, para cuando bajó del vehículo no quería intercambiar más palabras con él, estaba mareado y sólo quería irse lejos de ahí, lejos del peligro.

—Jamás te dejaría caer, mientras te sostengas fuerte.

Lo escuchó perfectamente pero ya no quería mirarlo.

Y desde ese momento se le quedó un sentimiento extraño en el cuerpo, que incluso lo estaba acompañando al lugar donde Yeri le había indicado para recogerla.

HOLD TIGHT - ChamWoongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora