Un calmado sábado por la noche, recuerdo lo que hacía estos días anteriormente, solía salir con mis hyungs planeando la cazeria de la semana o terminando con la apuesta de esa misma, siempre sintiéndome satisfecho y muy conforme con todos los resultados, en algunas ocasiones cuando la rutina y la cotidianidad nos cansaba, solíamos ir a la casa de Jin hyung, o de NamJoon hyung, de quien sea y ver películas, a veces solo estábamos ahí comiendo sin hacer nada, u otras tomábamos tanto que terminábamos ebrios y al siguiente día con unas resacas terribles.
Eso era lo que hacía antes, ahora solo me puedo limitar a esperar sentado en este cómodo sofá a que cierta castaña salga del baño para poder empezar con lo que teníamos planeado para hoy.
No mal piensen, si bien ella tenía planes conmigo y yo rendido le daría el gusto, nada salió como esperábamos y a decir verdad, prefiero mil veces estar así con ella, en un ambiente sano.
La razón por la que no habíamos ido al antro como le prometí que la llevaría era esa misma por la cual ella salió del baño refunfuñando— Odio todo Jungkook, esto es lo peor.
Sonrío al ver sus rabietas mientras se secaba el cabello con una toalla—Sabes no es tan malo.
—¡Pero yo quería ir! No puedo creer que no me hayan dejado.
Sus padres habían salido de viaje y se supone que una de sus primas llegaría a la ciudad de visita a su casa y como no había nadie en casa para recibirla más que Suri sus padres prácticamente la obligaron a quedarse en casa en su espera, eso fue lo qué pasó y lo agradecía bastante.
Se sentó a mi lado cruzada de brazos aún molesta y rodé los ojos por lo infantil que se veía de esa forma— ¿Tan mal te cae tu prima?.
Rápido me miro negando con la cabeza— No no, para nada— Esta vez veo cómo sonríe como si se acordara de algo y se acomoda mejor para mirarme, entonces puedo predecir que a partir de ahora esa boquita tan linda que tiene no va a parar de hablar— Ella es genial y de hecho es la única de mis primas que me cae, antes éramos muy unidas pero me mudé y bueno—Se encoje de hombros y recuerdo esa parte de la historia, antes ya había mencionado que no tenía mucho tiempo en la ciudad como yo—A decir verdad estoy ansiosa, ella es como mi mejor amiga.
Asiente y la veo más animada, incluso puedo decir que una ola de energía y emoción brota de su cuerpo contagiándome también a mi, es de esas personas que te inspiran, esa misma sensación la tenia Hobi hyung, eran seres tan alegres. Tanto que envidiaba.
—Bueno, ya que nuestros planes se han arruinado ¿qué hacemos?— al escucharla decir eso no tardo en quitarme la chaqueta para ponerme de pie y estirarme, sin duda tenía un par de ideas.
—¡Vamos hay muchas cosas que hacer! ¿Vemos una película?— Propongo, el plan era no dejar sola la casa y no se me ocurría nada más que eso, bueno si pero el resto implicaba sobre esfuerzo y no tenía muchas ganas.
Ella se queja—Siempre hacemos eso Jungkookiee, otra cosaaa.
—Anda, hay que hacer palomitas.
—A este paso se nos terminará el repertorio de películas Jungkook— Hago puchero juntando las manos, prácticamente rogando para que acceda—Bien tú haces las palomitas.
Asiento tomando su mano para ayudarla a levantarse, poniendo mucha fuerza en mi brazo que sin quererlo termino por jalar su cuerpo haciendo que chocara con mi pecho, la miro con una sonrisa burlona y ella me golpea, sé que lo hace jugando pero al elevar su mirada hacia mi y percatarme de lo cerca que está su bonito rostro del mío me pone inquieto, tan cerca que podría...
Podía haber hecho eso que tanto quiero desde hace tiempo pero se escuchó su jodido móvil a milésimas de mis labios contra los suyos por lo que se separo con un ligero sonrojo diciendo que no tardaba, suspire cansado, ya era normal si lo pensaba a detalle, yo intentando algo más con ella y esta al notar mis intenciones creando una barrera entre nosotros siendo bastante disimulada, no la culpaba si yo fuera ella también haría lo mismo.
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F U C K M E [JJK] [+18]
FanfictionJungkook trabaja de mesero en un local fraternal junto con sus amigos, a simple vista de la clientela ellos eran buenos chicos dignos de presumir y admirar. Lo que no sabían era que a escondidas de todos, aquellos jóvenes buenorros hacían apuestas c...