KATRINA | ❝A Katrina Hargreeves pueden describirla como: una loca, psicópata, bipolar, histriónica o drogadicta pero también una chica feliz, sonriente, graciosa, solidaria, emocional pero algo que la describiría a la perfección sería una persona qu...
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▬▬▬ ❝en tu cara perra❞▬▬▬
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Katrina caminaba por las desoladas y oscuras calles de la ciudad, sus manos estiraron las mangas de su suéter gris y las dirigió a su boca tratando de tomar calor, maldijo en voz baja por haber escogido una falda y no un pantalón.
❝Si no me mataron esos imbéciles me matara este maldito frió❞
La joven pelinegra no sabía a donde quería ir así que solo estaba dejando que sus pies la guiaran a cualquier lugar. Odiaba el frio y más el estar tan noche en las calles pero prefería el estar ahí que en la mansión, había salido de esta alrededor de hace una hora y sabía que con ese lapso de tiempo Reginald, Pogo y Grace ya habían completado el plan que traían entre manos.
Desde el momento que su padre le hablo del plan ella decidió no intervenir en este, no quería ser partícipe de aquél suceso... Reginald no era el mejor padre del mundo, se encontraba lejos de serlo, sus constantes regaños, su falta de sentimientos y empatía hacia sus propios hijos y sus rigurosos y estrictos entrenamientos habían hecho que sus ocho hijos lo miraran de otra manera y que la mayoría de ellos se alejaran de él. Katrina sabía todo eso a la perfección pero también sabía que Reginald Hargreeves los amaba en el fondo, y lo había confirmado aquel día en que había caído en coma, y por esa razón no quería ser cómplice en aquel plan, y lo descubrió la noche en la cual estaba a punto de perder su vida.
Saco un cigarro del bolsillo de su chamarra, lo encendió y lo llevo directamente a sus labios a la vez que le daba una calada y traba lo más posible de mantener el humo dentro sus pulmones hasta que lo expulso de este, así se mantuvo un buen rato repitiendo la acción hasta que alguien interrumpió su momento. Su mirada azulada se fijó al otro lado de la cera; diviso el pequeño cuerpo de una mujer con baja estatura, su cabello castaño se encontraba atado en un coleta baja y en uno de sus hombros se posaba el estuche de un violín, la fémina giro su rostro y fue ahí donde confirmo sus sospechas... esa mujer era Vanya.
Katrina sintió que su corazón daba un vuelco de lo feliz que se encontraba, su sonrisa se expandió por su rostro. Hacía mucho tiempo que no veía a alguno de sus hermanos, en su forma viva, y Vanya era la primera que veía en aquella forma. Volvió a tomar una calada y la expulso de sus labios para empezar a caminar en dirección a su hermana.
