WONWOO || MAFIA

CHAPTER EIGHT

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Seokmin se dejó caer en el sofá, se aflojó la corbata y se quitó la chaqueta casi tan pronto como atravesaste la puerta del ático.

"Odio usar esto", se quejó.

Resoplando, tu estado de ánimo estaba mejorando lentamente ahora que estabas de vuelta en un lugar que considerabas seguro.
"¿Y crees que eres el único?"
Hiciste un gesto hacia el vestido que todavía te tenía atascada y los zapatos que te habías quitado en el momento en que entraste por la puerta.
"Saldré de esto ahora mismo".

Seokmin arqueó una ceja con descaro.
"¿Aquí mismo en la sala de estar?"

Lanzándole un zapato en broma, le advertiste: "Será mejor que cuides lo que dices.
Wonwoo podría dispararte ".

La sonrisa desapareció de su rostro.
Seokmin se aclaró la garganta y se rascó la nuca.
"Será mejor que vayas a cambiarte.
Si quieres, podemos ver una película hasta que los demás regresen ".

Honestamente, habías visto más películas de las que pensaste que te importaría desde que llegaste aquí, pero no tenías la energía para hacer nada más ni realmente querías encerrarte en tu habitación.
Estabas demasiado preocupada para intentar dormir.
Una pequeña parte de ti quería quedarse despierta para Wonwoo, para ver si había tenido otro encuentro con Donghyo.

Una vez que te pusiste una camiseta extragrande mucho más cómoda y pantalones cortos de dormir, además de lavarte la cara y cepillarte los dientes, volviste a la sala de estar.
Agarrando la manta que estaba en el sillón reclinable, te sentaste junto a Seokmin.
Te habías acostumbrado tanto al afecto platónico con los chicos que te confundiste cuando Seokmin se acercó, creando un gran espacio entre ustedes en lugar de dejarte descansar a su lado como de costumbre.

Hiciste un pequeño puchero, pensando que ahora sería el momento para que cualquiera de los chicos te diera un poco de consuelo después de la noche que tuviste.
Quizás te habías acostumbrado demasiado a que te adoraran y ahora se estaban aburriendo o sintiendo incómodos con eso.

Sin importarte la selección, Seokmin puso un melodrama que involucraba a un luchador y una mujer ciega.
No prestaste demasiada atención a la difícil situación de la pareja.
En cambio, trataste de averiguar por qué Wonwoo te hizo ir esta noche.
¿Por qué dijo que te necesitaba allí?
No te mantuvo a su lado; de hecho, te dejó como a un niño en la guardería tan pronto como llegaste.
Tu única suposición era que él sabía que Donghyo estaría allí, pero no había querido que las cosas se intensificaran así.

Pasaste la mirada de la película a Seokmin solo para ver que se había quedado dormido.
Su rostro era inocente mientras dormía, como la mayoría de la gente, y lo preferías más así que a su comportamiento coqueto habitual.

Al estar cálida, quitaste la manta y la colocaste sobre Seokmin, con cuidado de no despertarlo.
Ya era pasada la medianoche y todavía nadie había regresado del evento.
Seokmin había dicho que normalmente se quedaban fuera hasta bien entrada la noche, pero decidiste esperarlos despierta, solo para asegurarte de que no pasara nada malo.

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Wonwoo apenas podía concentrarse en lo que el hombre al otro lado de la mesa estaba divagando. Se suponía que iban a negociar un trato sobre un envío de armas, pero Woozi tenía que hablar la mayor parte del tiempo. El hombre se habría salido con un millón de won extra si Woozi no hubiera intervenido.

La amenaza de Donghyo plagó su mente. ¿Realmente llegaría tan lejos por una conversación que había tenido lugar veinte años atrás?

Wonwoo haría todo lo que estuviera en su poder para no permitir que nada le sucediera a tu familia adoptiva, pero Donghyo tenía recursos con los que Wonwoo solo podía soñar. No iba a ser fácil cumplir su promesa.