Al fin llegó a la que sería su casa durante su estancia en aquella encantadora ciudad, tocó al portero y una voz contestó.
¿Quién es?- preguntó.
Soy Hestia, la nueva compañera de piso- respondió algo nerviosa.
Entonces, le abrieron el portal, no había ascensor por lo que cargó con enorme maleta y su pesada bolsa de viaje hasta el último piso donde se encontraba la vivienda, jadeando como un jabalí enfurecido alcanzó el final de la escalera. Tocó el timbre,tras la puerta apareció un chico de aspecto afable, delgado y el pelo negro azabache, que aunque era bastantante más alto que Hesty debía de tener su misma edad.
Mmm… ¡Hola! Me llamo Hesty he alquilado una habitación para todo el curso, supongo que tu serás uno de mis compañeros de piso.
Hubo un largo silencio incómodo.
Si, pasa, no te vallas a quedar a dormir en el rellano.
Ambos rieron y ella pasó, al entrar notó un fuerte olor a incienso, las paredes eran de un color “amarillo pollo” horrendo, a medida que se iba adentrando en la vivienda notó un escalofrío pero no hizo el menor caso, llegaron hasta la cocina-salón donde una chica aún más alta y delgada que Iván estaba haciendo unos estiramientos de yoga prácticamente imposibles, entonces dejó lo que estaba haciendo para dirigirse a su nueva compañera, entonces Hesty le vió la cara por primera vez, tenía una cara redonda y pecosa con unos ojos verdosos muy grandes pero un tanto desorbitados como si estuviera viendo cosas imperceptibles para los demás, se acercó y se presentó con dos besos.
Encantadísima de conocerte soy Sasha, la novia de Iván -dijo bastante excitada- vamos a ser grandes amigas ya lo verás.
Aunque Hesty se permitió poner en duda la última afirmación, ya que la cara de asco de Iván decía todo lo contrario.
Mucho gusto, yo soy Hesty y ojala nos llevemos muy bien porque no conozco a nadie en la ciudad- respondió con resolución.
Después de esta pequeña conversación, la pareja le mostró a su nueva compañera su habitación. Esta era pequeña y del mismo tono amarillo chillón que el resto de la casa, tenía una ventana bastante grande y estaba equipada con lo típico: una cama, un armario y un pequeño escritorio. La verdad es que se quedó bastante chafada porque esperaba que también hubiera una estantería para colocar su lista interminable de libros ya que en la foto de la web donde encontró el piso la habitación tenía mejor aspecto, pero no le importó, al fin y al cabo en casa compartía una habitación enana y un armario diminuto con Juan. Su querido hermanito era un compañero de habitación pésimo, no paraba de llevar sus ligues cuando papá no estaba en casa y Hesty tenía examen al día siguiente o sencillamente le robaba la ropa y el maquillaje, total un desastre de niño. Después de todo aquello no sería tan difícil.
Decidió empezar a instalarse, fue a correr la puerta del armario para colocar su ropa, cuando aquella lámina de madera gigante se salió de los rieles y se le cayó encima. Dolorida se la quitó de encima y trató de volver a colocarla la en su sitio, pero su intento fue en vano, acabó apoyándola en la pared del pasillo, se dio cuenta de que Sasha que estaba en la pequeña cocina, la cual quedaba paralela al pasillo, la miraba como si Hesty estuviera loca. Se volvió a meter lo más deprisa que pudo en su habitación.
Estuvo pensando un largo rato cómo hacer que su habitación fuera más acogedora, en ese instante se acordó de que había traído consigo varios posters, fotos y cadenetas. En la pared de su escritorio puso su poster de Wonder Woman y en la pared de su cama colgó las cadenetas y las fotos de su familia y de los tres o cuatro amigos que tenía, pero se reservó una en la que aparecía ella con su madre que colocó en un marco y depositó sobre el escritorio con mimo. Y es que hay algo que aún no sabemos, y es que la madre de Hesty falleció hace cuatro años atrás, la pobre niña trató de superar aquel trauma de su vida, se esforzó mucho para no sentirse tan mal yendo a psicólogos y grupos de apoyo hasta que un día dejó de llorar y simplemente aceptó que la vida seguía, pero sin olvidar a su querida madre que tantas cosas le había enseñado. Es por esto que Hesty comenzó a escribir y a plasmar sus penas en el papel, esto le sirvió como rehabilitación durante un tiempo hasta que lo que era una inocente afición se convirtió en una vocación.
Al día siguiente se levantó tarde, al despertar se sintió un poco desorientada y sola ya que acostumbraba a levantarse con el estruendoso canto del gallo. Fue a ducharse, al salir de la habitación se dio cuenta de que estaba sola, así que aprovechó para poner música con el volumen al máximo y es que nuestra Hesty era una apasionada de la música disco, algo raro en en una chica de su edad. Y al ritmo de Tina Charles, se preparó para salir después de una refrescante ducha. Al salir de su habitación se encontró de cara con Sasha, Hesty se pegó un susto de muerte, pero esto causó indiferencia en su compañera de piso quien después de invitarla a desayunar con ella la empezó a atiborrar de preguntas.
Bueno, ¿Qué tal has dormido esta noche?
Antes de nada, buenos días Shasha.- dijo bastante rallada por lo que acababa de pasar- y la verdad es que he dormido un poco mal porque estoy no acostumbrada a tanto silencio.
¿Y eso? ¿Donde vivias en una granja rodeada de animales salvajes?
Pues has dado en el clavo, soy de un pueblo muy pequeñito de Andalucía perdido en mitad del monte con las cabras.Comparto casa con un corral de gallinas, un gallo que no sabe ni dónde está, con mis hermanos, mi padre y mi abuelo.
¡Vaya! y yo que no aguanto a mi hermana menor una sola tarde y eso que no vivimos en la misma casa- y soltó una risa estruendosa- ¿cuántos hermanos tienes?
A falta de uno tres, un horror de niños.
¡Oh! ¿Y tu madre?
Falleció hace unos años, pero voy lo superando. Por cierto no quiero tu compasión ni que me pongas cara de pena.- dijo con cierto orgullo.
No se que decir…- rompió a llorar.
Hesty trato de quitarle el disgusto a Sasha diciendo que no se preocupara. Una vez que se le pasó la llorera, Hesty la hizo reír con algunos de sus chistes malos y propuso de ir a ver donde quedaba el centro de la ciudad y ver también dónde estaba la universidad.
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Desafíos desafortunados
Teen FictionHestia es una chica que vive en un pequeño pueblo, al entrar en la carrera de Filología hispánica se tiene que mudar a Salamanca, allí correrá diversas aventuras y se enfrentará a retos con los que nunca había imaginado cruzarse. Nota de la autora...