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~Narrador~


— Ya me voy, amor — anuncia Ae tomando las llaves de su auto

— Ok, que te valla bien — Saint se acerca a su novio para así darle un beso antes de que se marchara.

(Beso)

— Ahora si, ya me voy — susurra Ae sobre los labios de Pete, provocando así la sonrisa del contrario.

Para Ae todo estaba saliendo perfecto, aquello que antes le atemorizada que Pete viera al fin había desaparecido.

— Hoy llegaré temprano — advirtió Ae mostrando un sonrisa traviesa, una sonrisa que Pete conocía muy bien.

Ae creía que ya era la hora de sacar todo lo que se había contenido desde que llegó del viaje con sus compañeros.

— Te esperaré con los brazos abiertos — le respondió con ternura, acariciando la parte trasera de su cabello.

— ¿Sólo los brazos?

— ¡Ae! — le dio un suave golpe en el hombro — aveces eresb... — no pudo terminar de hablar puesto que Ae lo callo con un beso.

— Ya me voy — se separó de sus brazos y se dirigió a la puerta.

Apenas salió Ae, Pete empezó a limpiar su apartamento, se baño y se arreglo para salir a su trabajo en donde tenía una cita urgente con Tin.

.
.

Cuando llegó a el edificio de la compañía, en donde trabajaba, Pete llamó a Can inmediatamente y le informó que ya estaba ahí, que pronto tendría la reunión con Tin y el señor Nakrab y que apenas termine su reunión el volvería a llamarlo para saber donde estará Can.

Subió por el ascensor y oprimio el botón del piso en donde se encuentra la oficina de Tin, saludo amablemente a la secretaría de este, ella respondió del mismo modo, para luego pararse de su silla y anunciar así la llegada de Pete, con su jefe.

(Toc - Toc - Toc)

Golpeó tres veces la puerta para anunciar su entrada — Disculpe Señor Mathanan — habló la amable mujer desde el marco de la puerta — El señor Pitchaya está aquí.

— ¡Oh sí! déjalo pasar Rose — ordenó Tin enfrente de la otra persona que también está ahí para la reunión.

— Sí, señor — dijo su secretaria, mientras abría aún más la puerta y giraba su torso en dirección contraria a su jefe — puede pasar señor Pitchaya

— Gracias, Rose — Pete habló con alegría y ella cerró la puerta apenas este se encontraba adentro.

— Buenos días Señor Nakrab, Tin — saludo cordialmente — lamento que espera.

— No se preocupe señor Pitchaya — habló el mayor — llegue hace muy poco

— Sí, pero tuvimos tiempo de hablar de un asunto — agregó Tin, señalando con la mano un lugar para que se siente.

—Gracias —dijo Pete con una sonrisa —y de que se trataba?

— Primero que tal si vemos el diseño — sugirió Nakrab

— Claro, señor — sacó su tableta gráfica y un papel enorme de su portaplanos.

Empezó a explicar con mucho cuidado y precisión cada parte de su diseño, mientras más habla y detallaba Pete, los hombres que antes tuvieron una conversación estaban más convencidos de su decisión.

Al terminar su explicación, Pete se asombro de que no fue interrumpido ni un sólo momento por ninguna de estas dos personas, así que ahora sólo se limitó a mirarlos con amplias expectativas por sus opiniones.

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