Marta y Raúl ya están solos. La chica lo conduce a la habitación donde su madre se pasaba las horas escribiendo novelas y a veces tambien tocaba el piano. A Marta le encantaba como su madre se defendía con el piano, así que un día le pidió que le enseñara. Con tan solo pocos años la pequeña aprendió a tocar el piano y ahora es una de tantas cosas que le gusta hacer.
Marta le quita una manta que cubre el piano para que no se estropee porque desde que su madre se fue aquella habitación no se usa apenas, solo ella algunas veces cuando tiene ganas de leer libros de su madre o de tocar algunas de las partituras que su madre guardaba en un cajón.-¿Sabes tocarlo? -le pregunta el chico un poco curioso.
-Si, mi madre me enseñó cuando yo era pequeña. -le contesta ella poniendose delante del piano.
-Haber, sorprendeme. -le dice el poniéndose a su lado.
-¿De verdad quieres que te toque algo? -dice ella algo sonrojada.
-Si. -
Entonces ella empieza a fundir sus dedos en las teclas de aquel piano y produce una bonita melodía que a el chico hace que se le pongan los pelos de punta. Ella se sonroja, deja de tocar y lo mira. Ambos se miran.-Lo haces genial. -le dice él con una gran sonrisa.
-¿De verdad? -
-Claro, me encantaría tocar tan bien como tú. -
De repente, al fondo de la habitación surge una luz. Ellos ante esto se quedan atónitos. Ella por el asombro se junta a él y ambos se abrazan sin dejar de ver aquella luz blanca, que parece mostrar un rostro. Ese rostro les resulta algo familiar, tanto al chico como a la chica. Se empieza a ver dos figuras, una parece tener el rostro de una mujer y la otra de un hombre. Ambos llevan una túnica blanca, y su rostro es pálido.
-Marta, mi niña. -susurra el rostro femenino. Ésta al escuchar la voz reconoce enseguida quien es. Es su madre. Pero, ¿Cómo? Debe estar soñando.
-Raúl, mi pequeño hombrecito. Ven aquí. -susrra el rostro masculino.
Éste al escuchar la voz, también reconoce que es su padre. Marta y Raúl no se pueden creer lo que estan viendo. Tienen que estar soñando. Se dan un pellisco, pero no, es la realidad.-No tengáis miedo chicos. Venid hacia aquí, solo queremos conceder vuestro deseo, cuando nos abracemos desapareceremos, y no podréis contar que nos habéis visto, ¿vale? -dice el rostro de la madre de Natalia. Ellos asienten y caminan hacia ellos. Raúl le da un fuerte abrazo a su padre. Marta se lo da aún más fuerte, y antes de soltarlos, los dos dicen: te quiero.
A continuación se sueltan y estos dos desaparecen. La habitación vuelve a tener la misma calidad de luz que antes. Ambos se miran, con las lágrimas en los ojos, y se abrazan fuertemente.-Deseo cumplido. -susurran.
![](https://img.wattpad.com/cover/28635957-288-k825500.jpg)
ESTÁS LEYENDO
'Otra Navidad sin ti'
Random·Niña pequeña· ·Navidad sin su madre· ·Tristeza· ·Sin rumbo·