IX

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Girasoles aquí un nuevo capitulo, espero lo disfruten
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Les ah pasado alguna vez que no pueden sacarse a una persona de la cabeza aunque no hayan compartido muchas cosas. Una vez cuando estaba en la secundaria conocí a un chico muy guapo, el era parte del equipo de basquetbol y yo era la chica nueva. No fui muy bien recibida por parte de las chicas, sin embargo parecía que los chicos no tenían problemas con mi presencia, no soy tonta y conozco mis ventajas y desventajas, ser la bonita nunca es algo bueno créanme.

Entonces un sábado lo vi, yo salia de la piscina y el cruzaba la puerta del jardín, resulta que era amigo del hermano de mi mejor amiga Samantha y yo había ido a visitarla, no lo había visto en la escuela porque yo llevaba recién una semana y el había sido suspendido por una pelea. No cruzamos ni una palabra en todo el tiempo que el estuvo ahí, solo nos dedicábamos a lanzarnos miradas de vez en cuando.

Lo cierto fue que desde ese día no me lo pude quitar de la cabeza, literalmente soñaba despierta con el, fue cuando descubrí al primer amor.

Y ustedes dirán que tiene que ver todo esto, pues algo así me pasaba con Adam, los ojos negros de ese hombre no salían de mi cabeza y esa sonrisa de comercial me perseguía a donde iba ni siquiera dormida me libraba de el, estaba experimentando todo esto otra vez y no me gustaba para nada, la verdad es que todo lo que empezaba a sentir por Adam me daba miedo, como es que alguien te cause estas cosas si solo lo haz visto dos veces.

Había pasado una semana y hoy tenia que darle una respuesta a Adam, no estaba lista y mucho menos segura. Por un lado esta el hecho que si no acepto seria perder la oportunidad de mi vida, pero por el otro sabía que estar cerca de Adam no sería bueno, él me ponía muy nerviosa y nada bueno salía cuando yo estaba nerviosa. Todos estos días le estuve dando vueltas al asunto y siempre llegaba a la misma conclusión, tenía que aceptar. Mi orgullo me estaba cegando, pero así era yo orgullosa hasta los huesos, pero mi parte racional sabía que rechazar la propuesta sería una completa estupidez.

Me había despertado hace casi una hora pero no quería levantarme, me sentía enferma y por lo general no suelo enfermarme, siempre evito algún tipo de resfrío, pero no tenía fuerzas ni para tomar una pastilla, de todos los días justo hoy tuvo que pasarme esto. Me metí a rastras a la ducha, en otra ocasión hubiera abierto la llave de agua caliente pero sabía que eso solo empeoraría mi malestar, así que aguante hasta que mis sentidos se activaron y mi malestar se desapareció por un rato.

Veinte minutos después estaba en mi closet, frente a mi espejo, es como si mi cerebro se hubiera desenchufado, no sabía que ponerme, mis ánimos no estaban mejorando. Desde la ventana pude ver que el clima hoy tampoco estaba de mi parte, el cielo era gris como mi cabello. Este sería un largo día.

Durante todo el día me trate de mantener lo mas ocupada posible, fui a supervisar personalmente algunas obras, los problemas no eran tan graves como esperaba pero aun así necesitaban soluciones, así que me contacte de inmediato con los contratistas y arquitectos encargados para que se encargaran de todo lo posible; dos de esas obras eran un albergue para niños huérfanos y una biblioteca infantil.

Hace dos años se abrió un programa social en donde se empezarían a realizar obras comunitarias sin fines de lucro, hasta ahora nos había ido muy bien yo siempre estaba supervisando para que no exista ninguna falla, tenían que ser ambientes muy funcionales y amplios para los niños, con muchas áreas verdes.

Bianca ya había venido a reportarme cinco incidentes que sucedieron en una de las obras de la zona norte, tres fallas en los equipos de construcción y dos retrasos de materiales. En definitiva el día solo empeoraba y ni siquiera había almorzado, mi barriga hacia ruidos preocupantes pero no podía ingerir alimento alguno sin antes darle una respuesta a Adam, esta decisión no me había dejado dormir y vaya que las tremendas ojeras que traía me delataban.

Eran casi las cinco de la tarde pero por cada minuto que pasaba yo empeoraba,sentía como la cabeza me iba a estallar, ya había considerado la idea de quetenia fiebre pero no le di importancia.

- ¿Interrumpo? _no me había percatado que Adam estaba recostado en la puerta de mi oficina ni tampoco tenía idea de cuánto tiempo llevaba ahí, honestamente me había tomado por sorpresa. Solo pude articular un simple Adelante.

- Disculpa por venir tan tarde tuve unos contratiempos y se que eres una mujer ocupada. _Las palabras no salían de mi boca, tenia la garganta seca._ En fin bueno creo que teníamos una conversación pendiente._ en ese momento solo me detuve a observarlo fijamente, no se si era por la fiebre o es que hoy realmente se veía demasiado sexy, a medida que se acercaba a mi escritorio comencé a examinarlo de pies a cabeza, llevaba un abrigo color camello y debajo una camiseta y una especie de pantalón informal, ambas prendas de color negro. No podía quitarle los ojos de encima, realmente era un hombre cautivador, me sentía algo mareada pero no se puede negar lo innegable. _ ¿Miranda te encuentras bien? Estas algo pálida. _ Pero si yo soy pálida. Adam se acercó a mi lado y se puso de cuclillas haciendo girar mi silla para que quedara a la altura de sus ojos, esos ojos que tanto me encantaban. Toco mi rostro de una forma tan suave como si creyese que me podía romper en cualquier momento, el contacto con su piel activo todos mis sentidos y pude reconocer ese olor a perfume masculino tan delicioso, empecé a hiperventilar y sentí que me daba vuelta todo._ Miranda estas hirviendo en fiebre, te llevare al hospital._ tenía en su rostro una expresión que no pude reconocer._ Ven te ayudo. No puedo creer que sigas trabajando en este estado, supongo que llevas mucho tiempo sintiéndote así._ creo que este hombre era adivino o algo así.

Se paró y me cogió con tanta delicadeza que hasta me sentí de cristal. Estábamos tan cerca el uno del otro que podía sentir su aliento en mi rostro, era alto pero eso no me impedía mirarlo a los ojos, eran hermosos, si existiera un color mas oscuro que el negro entonces de ese color serian los ojos de Adam, es como si estuviera fuera de lugar, todo en el están tranquilo, relajado y cálido, pero cuando los miras es como ver a otra persona, una parte diferente y oscura queriendo salir en cualquier momento.

No se en que momento paso pero mi mano ya estaba sobre su mejilla, él se sorprendio y se estremecio pero no la retiro mas bien cerro sus ojos, lo estaba disfrutando. Tenia indicios de una barba, no era rasposo si no todo lo contrario. Trace una linea con mis dedos sobre sus labios, lo que causo que el los entreabriera, eran suaves y gruesos, en ese momento senti la necesidad de besarlo, tal vez era la fiebre que no me dejaba pensar pero en verdad lo quería, mas bien lo necesitaba, solo nos separaba unos pequeños centímetro. El seguía con los ojos cerrados no podía mirarme pero yo quería que lo hiciera, me gustaba cuando lo hacia me hacia sentir especial y como si me leyera la mente los abrió y me quede sin respiración, tenia la misma mirada cuando hablamos por primera vez en mi oficina, de esas que te queman hasta el alma. Nos acercamos a tal punto que si yo hacia un movimiento, ya no habría vuelta atrás.

Pero entonces la magia se rompió en el momento en que mi teléfono sonó, me tomo un tiempo salir de ese trance en el que me encontraba, creo que el también se percato pero fui yo la que me aleje, debía contestar.

- ¿Bueno?

La vida me enseño de la mala manera a aceptar muchas cosas, entre ellas la muerte de mi padre, pero nadie me había preparado para lo que acababa de oír. En ese momento sentí como mi cuerpo quemaba, no sé en qué momento paso todo pero lo último que pude ver fue el rostro de Adam.

>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Vaya vaya resulta que nuestra reina de hielo también tuvo un primer amor en la secundaria, al parecer es tan mortal como todos nosotros
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Refugio De HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora