Prologo

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Suspiro, mirando el reloj de muñeca por tercera vez.

—Demonios—Murmuro por lo bajo mientras cerraba la puerta con apuro, ya iba retrasado, asi que seguramente llegaria a la hora justa para la firma de papeles.

—¡Eh Samuel!—Escucho que le llamaban, miro a su lado, encontrandose con Guillermo, su vecino, regando sus elechos—,hola ¿tarde de nuevo?—Rio y Samuel asintio apenado.

—Ultimamento salgo tarde todos los dias—Suspiro, mirando con ojos nerviosos al ojiverde.

—Lo que pasa es que te falta alguien que te levante—Escucho una tercera voz, se trataba del ambarino que salia de la casa de Guillermo con una sonrisa—,Si no fuera por Willy seguramente me quedaria en la cama todo el dia—Dijo, asintiendo levemente, afirmando lo dicho por el mismo.

—Y no lo dudes flojo—Le reprendio Guillermo con alegria.

Samuel rio, y con una sonrisa y un movimiento se despidio de la pareja de casados con alegria y nuevas energias, esa pareja siempre le subia el animo.

—Lindo dia—Dijo, alejandose con apuro.

—A Samu le falta un auto—Rio David, observando como el ojivioleta se alejaba con apuro.

—Le gusta caminar—Agrego Willy, siguiendo con su tarea de regar los elechos.

—Uhm~—Solto un sonidito afirmativo, para luego abrazar al menor por la cintura y recargar su cabeza en su hombro.

—Quita—Rio Guillermo, sonriendole con cariño.

————

Quiza era porque era viernes, pero la gente cargaba un animo increiblemente molesto por la calle, y es que hoy todos parecian tener una fascinacion por chocar con el o pegarle algun codazo entre la gente.

Al igual que los semaforos peatonales parecian estar arreglandoselas para retrasarlo mas.

Bufo por lo bajo, mirando su reloj de muñeca de nuevo, ya iba 15 minutos tarde, sin embargo, ya no podia hacer nada, estaba muy lejos del despacho y era una mera formalidad que el estuviera presente en la junta de firma.

—Bah—Solto un sonido renditorio y dirigio su vista a el cafe del otro lado de la calle,la verdad es que no habia desayunado y hacia un frio terrible,asi que la idea de un cafe no le parecio nada mal y la acogio con gusto.

Cuando el semaforo le dio el paso, cruzo la calle con apuro, de alguna manera seguia con la idea de llegar a siquiera despedirse de los clientes.

La campanita sono cuando abrio la puerta, y sintio lo calido del cafe acogerle con comodidad, sonrio pensando ya en el sabor del cafe amargo.

Miro el ambiente con cuidado, era agradable y tenia un toque hogareño, estaba casi lleno y las charlas eran casi inaudibles a menos que uno escuchara con atencion, se dirigio a la caja para hacer su pedido.

—¡Buenos dias! ¿Que desea pedir?—Le sonrio la chica, era pelirroja de ojos verdes, agradable de voz pero con una curiosa mirada arisca, de todos modos parecia intentar hacer bien su trabajo.

—Buenos dias—Saludo, y procedio a hacer el pedido de su cafe.

La señorita le sonrio y le dijo que lo llamaria en cuanto pudiera entregarselo, asintio y se dio la vuelta, dispuesto a buscarse algun lugar donde sentarse, sin embargo un golpe contra su pecho le distrajo.

—Auch—Escucho una pequeña queja, y levanto la mirada buscando al dueño de la voz.

—Oh por los dioses—Murmuro, cuando se encontro con un chico alto y delgado de ojos verdes y cabellos castaños con la sudadera llena de alguna bebida.—,lo siento!—Exclamo preocupado.

El chico rio, y lo miro unos momentos, como si lo analizara.

—No importa, no estaba taaan' caliente—Rio nervioso.

—Disculpa, estaba distraido no te vi ¿Que era? Te invito otro—Alego nervioso, mirando al chico con preocupacion.

—Oh nono—Nego el mas alto—Estoy bien—Sonrio.

—Insisto—Dijo Samuel mirandolo con determinacion— Dejame pagarte otro—Agrego, y sin tiempo a que el castaño refutara, paso uno de sus dedos por la ropa manchada del chico y se lo metio a la boca—Chocolate—Sonrio, y miro al castaño que lo observaba curioso.

Y sin darle tiempo al chico de pensarlo, se dio la vuelta para pedir el chocolate.

—Ya voy tarde, y ni de broma llego para el final...—Penso mirando al chico castaño—Una charla no me vendria mal—.

Folié a Deux || Real Book || Rubegetta/LuzuplayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora