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-______- susurraron todos ojiplaticos.

-Hola, chicos- contesté con una sonrisa cínca- He vuelto-

***

Salimos al patio trasero. Luther llevaba las cenizas de nuestro padre y el resto llevabamos unos paraguas color negro (excepto el de Klaus que era transparente con una tira rosa) ya que la tarde se había vuelto lluviosa. Varios segundos después apareció Pogo por otra puerta dando permiso a Luther para tirar las cenizas, que cayeron dejando un montón de color gris bajo la urna que las contenía.

-Un poco de viento no habría estado mal- comentó Luther intentando sonar gracioso.

Después, Pogo pidió permiso para decir unas palabras. Miré a Cinco de reojo viendo que tenía la cabeza gacha y su ceño fruncido; señal de que estaba concentrado, pensando en algo.

-En todos los aspectos- comenzó con tono triste- Sir Reginald Hargreeves, me convirtió en lo que soy ahora. Solo por eso estaré en deuda con él eternamente. Fue mi maestro... y mi amigo. Y le echaré mucho de menos- hizo una pausa oara reflexionar y continuó hablando- Sir Reginald deja tras de sí un legado compl...-

-Era un monstruo- interrumpió Diego ganandose malas miradas por parte de todos- Era mala persona y peor padre. El mundo está mejor sin él-

-¡Diego!- le llamó la atención Allison, pero él continuó hablando.

-¡Mi nombre... es Número Dos!- respondió cabizbajo- ¿Sabes por qué? Porque nuestro padre no se molestó ni en ponernos nombres. Tuvo que hacerlo mamá-

Mi madre comenzó a hablar y ellos siguieron discutiendo. No me interesaba la conversación así que decidí irme. Antes de eso, hice que una brisa volara las cenizas de papá despidiendome así de él. Entré de nuevo a la casa y me fui a mi cuarto. Una vez allí me asomé por la ventana y vi como Luther y Diego comenzaban a pelear. La verdad estaban tardando demasiado. Pude ver, también, como Klaus ponía su brazo delante de Cinco y é se apartaba. Aunque estuviera enfadada con Cinco, no podía evitar el hecho de que me había enamorado de él. Ni siquiera miles de años muerta hubieran podido cambiar eso; pero debía ser fuerte. Cinco dijo algo y entró a la casa seguido de mamá, Vanya y Allison. Luther entró después con un corte en su brazo, seguido de Diego, dejando a Klaus solo. Vi como apagaba su cigarrillo en el suelo justo al lado de la estatua caída de Ben (supongo que Luther la habría tirado de un puñetazo) y se iba de allí diciendo algo. Justo entonces noté una presencia tras de mi. Chasqué mis dedos preparandome para atacar a quien fuera que esuviera allí y me giré. Estuve a punto de soltar una ola de energía cuando me fijé en quien era aquel individuo.

-¿Qué quieres, Cinco?- pregunté de mala gana "apagando" mis poderes.

-Quiero que vengas conmigo- respondió serio- Necesito que vengas conmigo-

-¿Sabes lo que necesitaba yo?- pregunté de nuevo mientras me acercaba a él con el semblante enfadado- A ti. Solo a ti. Pero tú decidiste irte por tu cuenta-

Bajó la cabeza avergonzado y se fue. Segundos después salí de mi cuarto hacia la cocina para tomarme un café. Sí, me gustaba el café. Negro. Cinco me pegó su manía del café cuando eramos críos. Cuando entré a la cocina, un destello me indicó que Cinco se acababa de ir de allí. Allison estaba mirando a la nada mientras Klaus se levantaba de la silla. 

-______- saludó Allison al verme.

-Hola, Allison- saludé de vuelta con una sonrisa- Siento no haberte saludado como es debido antes-

-No te preocupes- respondió dándome un abrazo el cual yo correspondí.

-Me alegro de verte, Klaus- saludé a mi hermano que estaba un poco ido.

The World Ends In 8 Days [Cinco Hargreeves y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora