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—Por dios chavales —decía el de ojos verdes observando a los nuevos amigos que habían entrado en aquel grupo—

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—Por dios chavales —decía el de ojos verdes observando a los nuevos amigos que habían entrado en aquel grupo—

—Es que eres la ostia chino —decía el moreno con una sonrisa—

—Es tiempo de irnos —volvió a hablar Armando levantándose de la silla—

Sin más Juan y Yun se levantaron aunque este último tardó un poco más porque sentía que se moría de los nervios, le resultó un tanto curioso aquel grupo, pero le cayeron bastante bien.

—Oye ¿había talea?

—Yun

—¿Si o no?

—No se como planeas acabar la escuela si sigues así 

—De que se puede se puede 

El otro solo escuchaba aquellas palabras con atención, no podía entender como es que le importaba tan poco la escuela, claramente no hablaría porque era algo que no le correspondía, apenas y lo conocía, sabia de el solo por el hecho de que iban en el mismo salón, pero nunca había sentido necesidad alguna de dirigirle  la palabra, no es que le cayera mal, aunque tampoco le caía de maravilla, se encontraba en un punto medio.

—¡Pelmiso, que quielo el lugal de hasta atlas! —decía el pelirrojo mientras corría entrando hacia el salón, lanzo su mochila hasta donde tenia planeado sentarse,aun estaba vació, en el lugar en solo se encontraban seis personas—

—¿Siempre es asi? —se atrevió a preguntar el de cabellos negros al amigo del otro—

—¿Como?

—Tan mmm —aclaro su voz para proseguir.—energético por así decirlo...

—Oh si, si, siempre es así 

—Vaya

Yun se encontraba sentado sobre aquella silla que tanto le disgustaba, esta para su gusto no era nada cómoda, siempre terminaba con dolor en el culo y gracias a eso no podía descansar bien, su mochila descansaba sobre la mesa, en esta recostó su cabeza, había escogido sentarse pegado a la pared para que su amigo no le molestara diciendo que se quería pasar a sentar.Pasaron unos segundos y escucho como la silla se movia.

—Oye te tenia que contal algo impoltante

—¿Si? y ¿que era?

Alzo rapidamente la cabeza y se encontro con Armando cosa que le sorprendio demasiado, sus nervios se elevaron rapidamente y las palabras desaparecieron, por completo odiaba aquel sentimiento de sentirse tan nervioso por una simple persona, por su mente solo pasaba la pregunta de ¿porque? ¿Porque se habia sentado con el?, solo le sonrio y con la mano hizo un gesto de que no era nada.

—No, no peldona clei que elas —se vio interrumpido—

—Oh, por supuesto, tu amigo se fue que sentar con unas chicas

—Hijo de puta —decía mientras observaba a donde había indicado el otro—

—¿Te molesta que me siente aquí?...

—Oh pol supuesto que no, ahola si me pelmites voy a mimil

El pelirrojo coloco su cabeza de nueva cuenta sobre la mochila, está apenas y tenia libretas por lo cual no era tan incomoda como se podría pensar.

—El tema es, chaval... —aclaró su voz como casi siempre lo hacía. —¿Acaso no duermes?

—Amm no muy bien duelmo

—Mmmm

Después sólo silencio, poco a poco todos comenzaron a entrar por la puerta, hasta que el profesor finalmente entró. La clase ya había comenzado y Kalahari se encontraba en el mundo de los sueños, en estos era feliz con Armando, tenían muchos hijos y también muchos perros, aunque este término por despertarlo.

—¿Ya acabo la clase?

—Joder chaval —en su rostro se formó una pequeña sonrisa—

—¿Entonces aún no acaba? Me cago en puta

—Tenemos que hacer un trabajo...

—Ay pol dios —Yun solo esperaba que aquello terminará, esta muriendo de felicidad y a su vez estaba realmente aterrado, amaba hablar con Armando pero le aterraba hablarle y cagarla—

—Ay pol dios —Yun solo esperaba que aquello terminará, esta muriendo de felicidad y a su vez estaba realmente aterrado, amaba hablar con Armando pero le aterraba hablarle y cagarla—

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Atención. Yunando Donde viven las historias. Descúbrelo ahora