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...Sus ojos aún estaban clavados en los míos cómo dagas, aún cuando ya había dado su último suspiro y su alma había abandonado su esquelético cuerpo su mirada seguía tan viva y llena de vanidad cómo la primera vez que lo vi.
Solté su cuello y me aparté del cadáver de Mauro, tenía las manos ensangrentadas y el cuerpo me temblaba; aún después de haber sufrido a manos de ese maldito imbécil seguía sintiendo culpa por haberlo matado.
Me recosté contra el auto viejo y oxidado que hacía años estaba criando polvo en ese garage mugroso, estaba helado y olía a humedad, percibía el putrefacto aroma de sudor junto con la sangre que emanaba del abdomen del cuerpo frente a mi; todo había terminado, su legado de poder sucumbió ante mi falta de cordura.
(...)
Desperté sudando, realmente fue un sueño terrible, ahora debía levantarme lo antes posible, hay mucho que hacer para ser domingo.
Regando las flores que se abren al sol, me encuentro con el primer brote del manzano, es pequeño pero luce prometedor.
Se que crecerá fuerte ya que posee el más fuerte fertilizante, los restos de un cadáver ya descompuesto en la tierra, los restos de una vida qué lejos está ya de la gloria.
Porque de la tierra venimos y a la tierra vamos a parar.
Pero la razón principal y la que más me emociona es que ese será el fruto del peor pecado, el de jugar a ser Dios y ser un simple mortal, el fruto del manzano.
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Mirá vos | Microrrelatos
RandomTe voy a contar algo sorprendente, una historia maravillosa y aterradora, una muy real. ¡Che!, No me mires así, no voy a insistir en que me creas, eso solo vos lo decidís. Te lo explicaré, para que cuando lo veas sepas reconocerlo... -¡Mira vos!.