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Hay una parte +18


Un par de semanas ya habían pasado y habían conseguido distintos tipos de información para el superintendente, los acercamientos de Gustabo siempre estaban presentes y a la vez las visitas al mecánico eran casi diarias, al igual que al hospital por parte de Horacio.

Por parte de Conway, siempre evitaba tales aproximaciones pero siempre había que algún otro roce dejándolo inmóvil y que su dureza desapareciese por leves segundos. Hablando de Jack, su celo estaba prácticamente presente, notaba esa constante gana de copular, estando pendiente a todos los aromas que se le cruzaban.

Se encontraba en su casa solo, tomándose un café. Ya había avisado a Volkov de que no iría a trabajar, su celo le ponía de bastante de mal humor a la vez que deseoso por alguien que le satisficiese cosa que no le gustaba mostrar ante la gente. Se sentó en su sofá y en su cabeza solo rondaba aquella inusual fragancia. El calor empezó a invadir su cuerpo haciendo que se quitase su camiseta quedando tan solo con sus pantalones, dejando ver sus cicatrices que recorrían su abdomen y espalda. Tomó su teléfono y por la oleada que estaba a punto de sufrir, mando un mensaje al rubio sin pensar anteriormente lo que hacia.

Gustabo

Buenos días Gustabo, ¿estás disponible?

Claro abuelo, vamos a comisaria?

No, ven a esta ubicación, tú solo.

De acuerdo viejo :p

Gustabo estaba en mecánicos cambiándole el color al coche por décima vez por petición de Horacio, el caso era gastar dinero siempre. Esta vez eligió un color rosa pastel, el cual se parecía al color del algodón dulce.

-Bueno, yo me tengo que ir- dijo guardando su móvil después de haber revisado sus mensajes-.

-¿A dónde tienes que ir?- dijo Horacio dejando de observar el coche por unos segundos- Voy contigo- dijo sonriendo-.

-No, no- dijo apurado notando la mirada de armando que se encontraba terminando de retocar los coches-. Digo, es que tengo que hacer una cosa con Segismundo para su primo.

-¿Y no puedo ayudar?- dijo confundido-.

-Es que me lo ha pedido solo a mi, no se si querrá que vengas. ¿Por qué no visitas a tu noviecito?

-Vale, ve- cruzó los brazos y se giró de nuevo a ver el coche-.

-Espera Gustabo- dijo acercándose rápidamente al nombrado el cual empezó a caminar- Me gustaría invitarte- giró la cabeza hacia el de la cresta- invitaros, a ambos, a una fiesta que hay en el Vanilla el viernes que viene. Va casi toda la ciudad lo pasaremos bien- sonrió amablemente-.

-¡Si!- gritó entusiasmado el omega acercándose a ambos alfas, apoyando su brazo en el hombro del rubio- Estaremos allí, Armando- dijo sonriente-.

-De acuerdo- dijo el más bajo, rodando levemente los ojos, apartando el brazo de su amigo-. Nos vemos- le devolvió la sonrisa al mecánico-.

Se dirigió al exterior y vio un coche el cual estaba abierto, aprovecho y lo ''cogió prestado'' para después marcar la ubicación en el gps y dirigirse hasta tal. Sinceramente, la emoción recorría su cuerpo, era la primera vez que aquel alfa le citaba a solas, y después de insinuosos acercamientos y dos besos de por medio, estar únicamente con el superintendente hacía que una pícara sonrisa se dibujase en su rostro involuntariamente.

Llegó a su destino, y observó aquella tremenda casa, alejada levemente de la población, supuso que era allí. Salió del coche y se acercó poco a poco a la puerta de tal mansión, observando cada detalle de ella y el jardín. Suspiró y sacudió su cabeza levemente antes de tocar al timbre y en menos de un segundo, la puerta se abrió.

Alfas... (intenabo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora