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Consulte el glosario ubicado en las notas finales.

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Un golpe de espada cayó directamente en el pecho de un enemigo falso hecho de madera, destruyendolo en un instante. El joven que empuñaba el arma lanzó un nuevo ataque a otro enemigo a sus espaldas, esta vez lo cortó por la mitad y saltó en el aire para esquivar rocas que eran lanzadas de varias direcciones diferentes.

Usó su espada como escudo insertando energía demoníaca en ella para que se volviese mucho más eficaz en esquivar las piedras que parecían no acabar de aparecer desde todos los ángulos.
Una vez logró cubrirse de la última ronda de  rocas, se elevó en el aire y con su espada cortó la cabeza del último enemigo de madera, el cual estaba en las ramas de un árbol.

El joven discípulo saltó de la elevada altura después de cumplir su objetivo. Una vez sus pies estuvieron fijos en la tierra escuchó una pequeña exhalación, casi pasaría desapercibida de no ser porque el bosque  entrenaba estaba sumido en un anormal silencio. Su mirada se agudizó entre los cientos de árboles y arbustos, escuchando cautelosamente los ruidos de todas sus direcciones, tratando de encontrar el lugar de donde provino la respiración.

Cuando descuidó su guardia por un momento, un largo látigo salió de entre los arbustos a sus espaldas, casi golpeando la misma de no ser porque esquivo a tiempo, dejando que el látigo créase un agujero en el suelo que golpeó.

El látigo se extendió de nuevo en dirección a su oponente, donde con la tralla golpeó con mayor fuerza, pero fue recibido con el choque de la espada. El joven con la espada siseó debido al dolor en su palma provocada por el impacto, trató de recuperarse antes que el látigo volviese a golpear con furia en su dirección.

Logró esquivar a tiempo dos de los tres golpes enviados, sin embargo, calculó mal el tercer salto, lo que lo hizo tropezar en una roca, provocando que perdiese el equilibrio y cayera al suelo tirando su espada a unos metros de su ubicación, en el minuto exacto cuando el tercer golpe iba a impactar de lleno contra su rostro.

Cerró los ojos por inercia y presionó los dientes, esperando sentir el fuerte ardor de la quemadura que provocaría el latigazo, pero para su sorpresa, el dolor que esperaba fue reemplazado por un pequeño pellizco en su mejilla, acompañado de una risita burlona que ya conocía muy bien.

Huo Hua suspiró con resignación, alzando la cabeza en dirección a su pequeño shidi.

— ¡Qiang-Er, eres tan injusto! Ya estaba demasiado agotado, me tomaste con la guardia baja. — Se quejó el discípulo mayor, viendo al pequeño niño de ocho años sonriendo con orgullo, en su mano reposaba su largo látigo, el cual enrolló alrededor de su pequeña cintura.

Hermano, ¡no soy para nada injusto! Solo estaba bromeando un poco contigo por abandonarme y no llevarme a entrenar como prometiste, hm. — El pequeño Cheng Qiang infló sus mofletes, poniendo una expresión de enojo en su infantil rostro, lo cual hacía ver más regordetas sus mejillas.

— No me refiero a eso. ¿Por qué aumentaste el ataque de rocas de repente? ¡Además sé que lanzaste alguna poción y mejoraste ese pequeño látigo tuyo! ¿Cómo puede ser eso justo? claramente yo estaba en desventaja. — Huo Hua hizo un puchero, señalando acusatoriamente a su menor por solo dos años.

Cheng Qiang frunció el ceño, haciendo que su carita de infante se viese aún más adorable, elevó su mentón con chistosa arrogancia. — ¡Mi maestro dice que el arte de la guerra se basa en el engaño! ¿Te atreves a contradecir lo que mi maestro dice?

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⏰ Última actualización: Sep 08, 2020 ⏰

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El punto de quiebre del villano - 恶棍的突破点Donde viven las historias. Descúbrelo ahora