Capitulo 10.

50 4 0
                                    

¿Dónde estaba?

¿Cuando era?

Día o noche, tal vez llovía, tal vez temblaba. Lo cierto es que todo se veía gris a su alrededor, como aquel paraje solitario, en ruinas y frío que había conocido de mala gana, aquella vez que aprendió una dolorosa lección.

No podía respirar, no tenía que hacerlo, su corazón no necesitaba latir, su sangre estaba fría.

- Para hacer esto necesitas hielo en las venas en lugar de sangre

- Para luchar contra esto, no necesitas sentir miedo.

Dijeron las voces a su alrededor, las siluetas de tanta gente sin rostro, pero todos ellos armados.

"Debes matarlo y no puedes temer"

"Es tan fácil como jalar el gatillo"

El arma brillaba en rojo y gris. No tenía balas ni energía láser como las que conocía. Está arma tenía un dardo.

Un solo dardo con dosis suficiente

- Jajaja - resonó frente a él. Y vio otra silueta a la que todos prestaban atención y a la que solo él conocía - que hermoso... Que bella obra de arte

Sin miedo.

Sin furia.

Sin rencor.

Sin tristeza.

Debería tener alguna emoción. Pero no las necesita.

- Porque los fantasmas no sienten

Él era quien estaba de pie, quien tenía el poder y la victoria, quien iba a acabar con enemigo.

- Sabes que: En cuánto lo hagas te convertirás en mi - la voz ronca murmuró para él siendo escuchada por todos. - En cuanto me eliminas, aprenderás a ...

- Lo sé - dijo y escucho las armas tras su espalda y a su alrededor. Cazadores sin corazón y con sangre fría - aprenderé a matar.

El arma en su mano apuntaba al ente que se arrodillaba levantando el rostro y clavándole sus ojos cuya luz roja era lo único visible de su cuerpo creado de sombras negras cada una más oscura que la anterior

Debía de

Su dedo en el gatillo, y los gritos de almas en pena...

Sintió un calor abrazar todo su cuerpo y su corazón reactivarse al máximo posible. Su garganta cerrada soltó un grito y sus párpados se abrieron de golpe.

La habitación estaba oscura, la pared y la puerta parecían lejanas. Su respiración estaba controlada pero su sangre parecía correr por todo su cuerpo como si trabajara para tenerlo alerta.

Listo a atacar, en defensa, vigilando todo.

Daniel volvió al fin a su propio cuerpo, su piel estaba helada pese al calor que sentía, sus ojos tuvieron que parpadear para volver a enfocar.

Visión nocturna. Siempre útil.

El reloj marcaba las 3:00 a.m, las cortinas estaban abiertas mostrando el cielo oscuro sin luna ni estrellas.

Un sueño bastante malo

- No... Lo... ¿Mate? - dijo en susurros con una voz lejana a sus oídos.

Volvió a cerrar sus ojos y se quedó inmóvil en la cama.

*****
Martes. Menos 6 días.

Imperfecto ( Danny Phantom)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora