3. Masturbación

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Nuevamente estoy pensando en ti, en que quiero volverte a acompañar en otro de nuestros juegos atrevidos, pero esta noche me encuentro atrapado en una de esas aburridísimas cenas de trabajo. Pero, tu estas sola y tengo aquí mi móvil para guiarte y... observarte. Divirtámonos un rato, ya sé qué haremos, vas a necesitar alguno de tus juguetes.

Hoy te traigo un juego para que juguemos juntos, si decides aceptar mi invitación y me das tu colaboración, haré mi mejor esfuerzo para que te sientas inmersa en esta experiencia, hoy te toca a ti ser la que tiene algo de placer en esta noche solitaria. Antes de continuar leyendo, este relato funciona si utilizas un dildo o vibrador, aunque si no cuentas se precavida con las alternativas más caseras. Haz lo posible por eliminar todas las distracciones y pon toda tu atención para dejarte llevar en lo que a continuación escribo exclusivamente para ti. Recuerda que tienes todo el control, tu dictas el ritmo, haz las pausas que necesites y avanza como gustes para que esta propuesta te resulte lo más satisfactoria posible.

Muy bien ¿Estás lista? Déjame ver que es lo que trajiste. Si si, me agrada mucho, excelente elección. Qué envidia me da pensar todo lo que vas a hacerle y yo me voy a perder que me hagas, como se prepara para visitar tus zonas más íntimas y que yo quisiera visitar en su lugar, como desearía que en vez de estar rodeado por estas personas fastidiosas estuviera rodeado por tus piernas, pero ya sabes cómo es nuestro juego y cuáles son las reglas, y aunque en este momento no pueda unirme a ti y sentir tu toque por medio de mis manos si quiero que tu sientas mis ojos recorrerte por completa.

Lo primero que quiero ver es como te quitas tu ropa, lento como si fuera yo quien te la está quitando, déjame disfrutar como te desnudas por completo frente a mis ojos, déjame ver como la tela te acaricia al descubrir tu hermosa piel, déjame apreciarte allí expuesta y comienza a recorrerte con las yemas de tus dedos, muy levemente de tal forma que sólo sientas el cosquilleo, porque esta es la forma en que te recorrería con mis labios. Continúa como si me guiaras por las partes que más te provocan y mientras lo haces cierra tus ojos un momento para imaginar que estoy allí contigo.

Me enciende tanto verte así tocándote a ti misma que debo hacer un esfuerzo grande para que no se me note, acomodándome varias veces en la silla para que nadie vea que es lo que sucede debajo de la mesa, lo que tú me generas.

Toma tu juguete, vas a empezar por apoyarlo en un lateral de tu cuello y desde allí comenzarás a recorrerte, primero bajando a tus pechos, dale un poco de atención a cada uno de tus pezones, luego continúa por tu vientre, por un ladito no por el medio exacto, muy suave, un movimiento delicado que lo dirija directo a tu entrepierna.

Separa tus piernas y déjame apreciar como comienzas a estimular tu vulva, frótalo por los lados y haz unos círculos recorriendo todo el perímetro, debemos preparar el área que requiere un poco más de... humedad. Haces que mis pantalones me aprieten cada vez más y sólo la mesa oculta mi cada vez más evidente erección que se abre espacio hacia mi pierna derecha.

Coloca el objeto de lado entre tus labios mayores y muévelo arriba y abajo para estimular tus labios menores y tu clítoris. Sigue así hasta que sientas que empiezas a mojarte un poco pero no lo dejes entrar aún. No olvides que estoy aquí soportando este tedio y estoy observando el espectáculo mientras te satisfaces.

Cuando sientas que es el momento posiciónalo para penetrarte, introdúcelo lentamente en tu vagina, primero un poco para lubricarte bien y en cada penetración llévalo un poco más adentro. Muéstrame que tan adentro puedes ir, muéstrame hasta donde llevarías mi miembro si yo estuviera encima de ti y muéstrame en tu rostro como lo estás disfrutando.

Es hora de que tu otra mano entre en escena, pellizca uno de tus pezones, primero suave retuércelo un poco y comienza a presionarlo más fuerte hasta donde puedas, porque mientras saboreo aquí un pequeño canapé imagino que es ese pezón que aprietas lo que tengo entre mis dientes.

Es tan sensual lo que haces que no aguanto el hormigueo que siento allí abajo, busco escusas para rozarme sin que se note, me das ganas de unirme a ti, sacarla aquí mismo sin que nada me importe y comenzar a jalármela al mismo ritmo que tu metes tu juguete. Sigue así, aumenta la velocidad y sigue hasta que sientas la necesidad de gemir y permíteme escucharte sentir placer.

Baja tu otra mano y estimula tu clítoris, enséñame como te gusta que te lo estimulen. Incrementa la potencia y avanza con más vigor, a por todo ahora mismo, quiero escucharte gritar, quiero verte llenarte de placer, como te tocas hasta hacerte arquear la espalda, abrir los dedos de los pies y morderte los labios. Me pone tan duro verte gozar que ni siquiera podría ponerme de pie ahora, incluso siento algo que comienzas a mojar mi pierna goteando un poco, sólo de verte a ti.

Ahora si es momento de que pongas la marcha máxima, quiero ver tu orgasmo como únicamente tu sola puedes dártelo, tu que conoces cada milímetro de tu cuerpo, hazlo ya mismo, da todo y déjate caer en el placer.

¡Más rápido!

¡Más duro!

¡Más adentro!

Vente ahora mismo, empápate en tu néctar y llévame contigo al borde de la lujuria mientras te retuerces de gusto cuando todos tus músculos se contraen.

Lo has hecho fantástico y luces increíble mientras lo hacías, cada segundo de ti frente a mi me llena de múltiples sensaciones y deseos, así como verte recuperar el aliento. Hoy ha sido todo para ti, pero no te creas que no me dejaste encendido, al límite y no pensando en nada más que cuando va a ser la próxima vez que nos encontremos tú y yo.

Relatos Eróticos ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora