CAPÍTULO 1| Rutina

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CAPÍTULO 1 | RUTINA

La rutina era la misma. El despertador sonaba a las cinco sin falta los siete días de la semana. Se daba su ducha matutina mientras escuchaba el programa de radio "Al que madruga, Dios ¿Lo ayuda?", un programa informativo del mismo grupo periodístico donde siempre ha soñado con trabajar. Le gustaba el estilo particular que tenía su conductor, el cual iniciaba el programa con una frase seguida de alguna pequeña reflexión que le daba a Louis el pie para refrescar su espíritu y llenarse de las ansias de salir de las paredes de su pequeño mundo, insípido e incoloro cual reflejo fiel de su personalidad. Su departamento no tenía ni un poco de polvo, de las paredes no colgaba ninguna obra de arte de segunda mano,

Ese lunes, al salir de la ducha y mientras esperaba que el agua hirviera para prepararse su infaltable café negro, sin azúcar, se acomodaba el cabello castaño al mirar su reflejo en el espejo de la sala. Por alguna razón ese día había dejado de escuchar la crónica de un robo a mano armada en un barrio comercial de Londres, y se concentró en lo que podía ver a través del vidrio de plata: un rayo de dorado de sol se infiltraba en sus amplios ventanales y parecía que el único motivo de su existencia en aquella mañana era abrazar al cactus que yacía a sus espaldas. Observó atento toda la guerra del sol queriendo iluminar al moribundo cactus pese a las nubes grises que tenían el poderío en el cielo londinense. Estaba estático, estaba petrificado en su lugar siendo el espejo sus ojos en la espalda. No se animaba a voltear para no perderse un solo momento del espectáculo que teñía de color su aséptico mundo; por algún motivo el verde y el dorado que se fusionaban lo hipnotizaron y solo pudo desprenderse de ese ensimismamiento cuando en un tono menos formal y más conversatorio, volvió a prestarle atención a la voz de Feredic, su jefe ... Quien, oh, también era el conductor del programa que acompañaba sus mañanas.

-... Y es que no suelo hacer esto, pero dadas las circunstancias y las crudas noticias del día de hoy vuelvo a plantear una reflexión para todos ustedes, oyentes y habitantes de Londres. ¿Vale la vida ser vivida con un orden y una rutina prolija, sin exabruptos y .... Digámosle perfecta ? ¿O es que el verdadero significado de la vida lo hallamos cuando no se tiene control de ésta y experimentamos constantes altibajos?

Louis supo su respuesta de inmediato, aunque no supo por qué dudó un segundo después de haberla pensado. Su vida iba encaminada. De niño se criaba oyendo junto a su abuelo la radio, comentando y aprendiendo aún más con el enriquecimiento individual que le daba el sexagenario hombre con sus anécdotas. El pequeño Louis adoraba oír a los noteros uniendo palabras y describiendo sucesos que acontecían en el momento exacto, le gustaba oír los sonidos reales de situaciones reales a través de la emisora ​​hasta que complementaban las imágenes que su cerebro ya había imaginado. Ya de adolescente en lugar de ir a fiestas prefería infiltrarse en algunas conferencias de prensa y con un teléfono de unos pocos pixeles trataba de aproximarse lo más posible a la figura entrevistada mientras que su compañero, James, intentaba ser lo más discreto posible con el flash de la cámara del club del periódico escolar. En sus últimos años de colegio pudo persuadir al talentoso pero poco social club de tecnología para que le hackearan un par de sitios web y enterarse incluso antes de que la prensa oficial sobre diferentes sucesos delictivos o, mejor dicho, noticibles. Es así que en una de esas aventuras periodísticas fueron descubiertos por un notable catedrático de una notable universidad, quien le ofreció una beca a quien lograse presentar una nota que mereciera estar en la primera plana del periódico LONDON EYE. Louis aún recuerda cada gesto y cada palabra que le dijo aquel hombre, y como su mente de inmediato comenzó a buscar posibles escenarios y situación, planificando cada párrafo y hasta la fotografía. 

Pero fue entonces que la le dio su primer golpe y su proyecto investigativo sobre si "¿El pop sigue siendo, efectivamente realidad, la música popular en estos tiempos?" no pudo ganarle a la gran nota de "La mafia de los ponches alcoholizados en las fiestas de graduación. ¿Una realidad que todos ignoran o simplemente son cómplices de la comodidad?". Por supuesto que terminó yendo a la universidad gracias al esfuerzo de sus padres, y por supuesto que se encargó de ser el mejor de sus clases. Y claro que siguió haciendo periodismo, y, de una u otra forma, terminó trabajando en LONDON EYE. Pero mientras el hacía ya cinco años que redactaba policiales tanto para el periódico como para el programa central de televisión de la cadena y de vez en cuando le tocaba cubrir algún concierto o festival de música,

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2020 ⏰

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