Todo estaba oscuro, tenía mucho frío, y lo peor; me sentía sola, abandonada y vacía. Mi cuerpo no respondía, pero mi mente estaba consciente y escuchaba voces en mi cabeza que no me dejaban tranquila, todas repetían "Ayúdame a ayudarla". Al igual que escuchaba un llanto, como cuando tienes miedo de perder a alguien.
¿Por qué no despierto?
•••
*En el mundo infernal*
—Ayúdame a ayudarla Lucifer, ella no puede morir, al menos no por ahora.
—Lo siento, no hay nada que hacer con ella, Belial —respondió.
—¡No! —gritó Belial enojado— La necesito viva, no muerta. No necesito un costal de huesos con olor a carne podrida. Te propongo un trato, Lucifer.
—¿Qué tipo de trato? —cuestionó ansioso.
—No puedo ofrecerte mi alma porque ya es tuya, pero sí la de ella. Pero debes confiar en mí.
Lucifer sonrió con malicia, puesto que le agradaba la idea. Pero recordó algo que le hizo añadir :— ¿Qué me garantiza que aceptará? Sabes que hay reglas, Belial, e incluso para mí.
Belial se mordió el labio en un gesto de incomodidad. Sabía que él tenía razón, pero de igual forma no iba a darse por vencido.
—Lo sé, pero esto es importante. Así que habla con los ángeles y con nuestro padre o lo que sea pero ayúdame —habló en un tono muy desesperado mientras sostenía el cuerpo de Kira en sus brazos.
—Traela aquí, esto te costará no solo su alma, sino hasta su vida entera, y me pertenecerá desde este preciso momento —anunció Lucifer haciendo rodar sus ojos.
—Lamento decirte que no le queda mucho —dijo acercandose a dejar el cuerpo de Kira.
Noah se dirigió hasta donde estaba los restos del cuerpo de Daven, y con sus manos sacó el corazón del cuerpo sin vida, para luego volver a la sala.
•••
Habían pasado varias semanas, mientras, Kira se encontraba recuperándose.
—¿Qué haré si ella se niega a formar parte de los demonios? —cuestionó Lucifer.
—No lo sé, primero esperemos a que despierte, no eres Dios para saber qué ocurrirá —respondió Noah.
Volteandolo a ver, Lucifer le dió un golpe :—Jamás me compares con nuestro padre.
—Lo siento —respondió Noah levantándose de su asiento para acomodar su ropa.
—Vete —ordenó el otro—. Pero antes, es necesario que sepas que la sellaré en Hamilton Hill, donde estará prisionera hasta que acepte su destino; será marcada y condenada a vivir ahí.
—Lo entiendo perfectamente, y me da igual lo que hagas, solo no la dejes morir —respondió Noah.
—El diablo siempre cumple.
Kira fue transportada a una habitación donde descansaría hasta su completa recuperación mientras seguía inconciente.
Noah salió a ver las estrellas y a fumarse un cigarrillo. Al terminar regresó a la habitación y se sorprendió al ver a Kira despierta, se notaba aturdida y muy confundida.
—Hey, hermosa, al fin despertaste.
—¿Qué pasó? —preguntó Kira.
—Moriste, y ahora estás de vuelta.
Kira arrugó el entrecejo, no recordaba mucho.
—Me siento muy rara.
—¿Enferma? —cuestionó Noah.
—No, de hecho me siento bien, solo algo perdida.
—Bien, no tienes que preocuparte todo está perfecto ahora.
— ¿Qué pasó con Daven?
Noah puso una expresión seria, y con voz grave añadió:—Murió.
Kira sonrió muy feliz pero aún así lagrimas rodaban por sus mejillas.
—¿Quieres salir de aquí? —mencionó Noah.
Kira asintió y preguntó:— ¿A dónde iremos?
—A casa.
•••
Ambos salieron de aquel lugar. Las heridas de Kira habían desaparecido, era como si nunca las hubiera tenido.
Mientras iban caminando por la calle Noah tomó su mano.
—Quisiera contarte algo.
—Yo igual tengo algo que decirte —mencionó Kira—. Quiero cambiar mi nombre.
—¿Cómo quieres que te llamen?
—Alezabeth. Ahora cuéntame de qué querías hablar.
—Ocurrieron ciertas cosas, y estas tienen sus concecuencias.
—Lo sé, aún no puedo dejar de pensar en que todos mis seres queridos están muertos, tampoco en que ni siquiera he podido llorar.
—Aún me tienes a mí —respondió Noah sonriendo.
—Jamás será igual, ellos eran mi mundo. —La voz de Kira se escuchó entrecortada. Era obvio que le dolía hablar sobre aquello.
—Pero yo te mostraré el mío.
—Eso estaría bien. Todo lo que pasó inició con una caída, una maldita caída y ahora tengo muy poca esperanza de retomar mi vida de nuevo.
"Será mejor no comentarle sobre la marca en este momento" -dijo Noah para sus adentros-.
—Entiendo, pero hoy pasa tiempo conmigo.
—Mejor vayamos a otra parte —sugirió Alezabeth.
Mientras iban subiendo por las escaleras del apartamento, Noah se lanzó encima de Alezabeth para robarle un beso y ella respondió con otro más apasionado.
—Mejor apresurate —susurró Alezabeth mordiéndose el labio inferior.
Entrando por la puerta Noah se quitó la camisa dejando ver su abdomen marcado, y un cuerpo espectacular. Aún besando a Alezabeth, la levantó e inmediatamente ella lo rodeó con sus piernas mientras despacio él la dejó caer sobre la cama. Se alejó para empezar a quitar los botones de la blusa de ella, para luego quitar su pantalón. Cuando Noah estuvo a punto de sacar su miembro Alezabeth lo detuvo, no pudo seguir y se vistió de nuevo.
La noche avanzó y ambos se encontraban recostados en la cama uno al lado del otro.
—Oye, dime de qué querías hablar.
Noah decidió no seguir callando y respondió sin rodeos:—Lamentablemente no podía dejarte morir, así que hice un trato con el diablo para traerte de vuelta, y ahora no podrás salir de aquí.
—Entonces de eso se trata la marca...
Continúara…
•••
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Hamillton Hill
Teen FictionKira es una chica de 17 años quien llega a un pequeño pueblo al Norte de Massachusetts junto con su madre donde se guarda un gran secreto de su familia y el pueblo