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L a r a

Soñar con tres boxeadores besandome apasionadamente fue lo más vergonzoso y excitante que haya tenido en toda mi vida.

¿Qué me están haciendo?

Desperté algo sudada por todo lo sucedido la noche anterior, como resultado de eso, tuve que darme un buen baño con agua fría para poder calmar todas esas hormonas alborotadas de adolescente que tenía en ese momento.

Cuando termine de arreglarme para poder ir a la escuela, y suspirar más de cinco veces antes de salir por la puerta de mi habitación. Bajé y me dirigí hacía el comedor dónde encontré a mi familia desayunando.

--B-buenos días --Susurre temerosa porque la noche anterior llegué pasadas las horas de entrada en mi casa.

Esperando que una mirada o algún objeto volara hacia mí, pero me quedé esperando eso por unos largos minutos, recibiendo como respuesta una sonrisa calida de parte de mi madre.

-- Buenos días querida, ¿cómo amaneciste hoy?.-- Habló animadamente mi padre.

Dejé mis nervios de un lado, y le respondí con el mismo animo para que no sospecharan nada.

El desayuno con mis padres fue tranquilo, como todos en sí.
Cuando llegó el momento de hacerme preguntas acerca de la tarde del día anterior, me quedé perpleja, llegaron a mi mente todos los besos y abrazos que me dio ese trio candente que había conocido. Sintiéndome nerviosa en este momento, pensando en que pasaría si les contara acerca de ellos, llegando a la conclusión que no debía fallarle a mis padres...

Empecé a relatar los sucesos que acontecieron el día de ayer, obviamente quitando algunos hechos.
Ellos se veían pacíficos y aveces reflejaban una sonrisita mientras yo iba contando la historia.

Terminando el desayuno con algunos nervios en mi sistema, me dirigí a la escuela junto a Luca. Este último no paraba de contarme y reclamar por lo que pasó en la fiesta la noche anterior.

Yo me sentía en otro mundo en esos momentos, no dejaba de recordar lo que había pasado la noche anterior y en la próxima salida que iba a tener.

[...]

Las horas en la escuela pasaron tan rápidas con un amigo como Luca es más probable que llores de la risa a que estés aburrida sentada en un pupitre.

Llegando a casa junto a Luca, no podía parar de reir de la mala imitación que hacía de Saku. Como buena amiga que soy tuve que contarle acerca de la salida del día de mañana con ese trío candente. Luca se comprometió severamente a ser mi estilista y el que escogería mi ropa para la tan esperada salida y no verme como una "pordiosera" palabras dichas por él.

-- Hasta luego, nena.-- Gritó mi mejor amigo de una distancia de más de diez metros lejos de mí.

Lo despedí con una gran sonrisa y sacudiendo mi mano derecha levemente.

Entré a casa disfrutando del rico olor de la comida casera que hacía en estos momentos mamá, me dirigí rápidamente hacía la cocina encontrandome con mi hermosa madre sirviendo la comida en los respectivos platos.

La tarde pasó muy rápido mensajeando con Luca y viendo películas. No podía estar más que emocionada y nerviosa porque iba a ver otra vez a solas con los tres boxeadores que me habían dejado cautivada desde la primera vez que los vi.

Nunca había tenido una "cita" formal con un chico, solo salía con Luca y algunos novios que este había tenido anteriormente. Espero que todo salga bien el día de mañana...

[...]

¡Al fin!

Ya había amanecido, siendo el gran día. Habia olvidado rotundamente que le di mi número telefónico a Ghian, acordándome recién cuando recibí un mensaje de un número telefónico.

Pequeña Lara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora