Hasta hace unos 10 minutos me había parecido una genial idea haber venido con Yessica y Yenifer a esté antro, ahora me parece una muy mala idea, hace nada estaba bailando con mis mejores amigas atrayendo la atención de alguno que otro chico y de un momento a otro estas dos desgraciadas me habían dejado totalmente sola.
Sin nadie con quién bailar y contando que tenía que esperar a Yenifer para que me llevará a casa, no me quedo de otra que irme a sentar a la barra y tomar uno que otro trago.
Medía hora había pasado ¡Maldita medía hora joder! Y estas dos ingratas no habían dado señales de vida, estaba comenzando a desesperarme, entre que no tenía nada que hacer, había intentado sacarle conversación al barman del antro y terminó pensando que estaba borracha y me dijo, “¿Sabés? Puede que no estés sobria y yo busco algo serio, así que iré a atender a otras personas” el muy estúpido pensó que lo estaba buscando para una noche de pasión, y lo único que quería era matar el tiempo a ver si las malditas que se hacen llamar mis mejores amigas aparecían.
Me decidí por llamar a Luke, mi hermano mayor para ver si me podría venir a recoger, se que le molestara que lo llame a esta hora pero no me queda de otra, son exactamente las 2:00 a.m. Estaba por sacar mi móvil de mi bolsillo cuando siento que me tocan el hombro.
—¡Hola! Me llamo Daniel.
Me dijo el mismo chico que me había tocado el hombro hace un momento, era de tez bastante blanca, tanto que casi lograba verle las venas de los párpados apesar de las luces de colores que reboleteaban por todo el lugar, tenía unos grandes y hermosos ojos marrones que brillaban en la poca luz que nos alumbraba, era una cabeza más alto que yo, lo que me hacía ver sumamente pequeña en comparación a él.
El chico, que si mal no recuerdo me dijo que se llamaba Daniel, me extendía una de sus manos mientras me miraba con una sonrisa coqueta.
—Hola “Daniel” soy Keyla—Le dije de igual forma al mismo tiempo que tomaba su mano.
—Bueno y “Keyla” ¿Ese es tu nombre real o no?—Me preguntó con una ceja arriba y una expresión divertida.
—No, y me imagino que el tuyo tampoco es real ¿O me equivoco?
Mi respuesta al parecer no le tomó por sorpresa, ya que seguía mirándome divertido. Después de unos segundos el chico que tenía al frente, negó mientras soltaba una pequeña risita.
—Parece que me has atrapado lindura, así que empezamos de nuevo— Me dijo mientras soltaba mi mano y se daba la vuelta como para irse.
Estaba un poco confundida por ese comportamiento tan raro que había empleado esa persona que hasta ahora no sabía bien cómo se llamaba, segundos después de estar mirando su ancha espalda este mismo chico se volteó y caminaba en dirección a mí nuevamente.
—¡Hola! Me llamo Joshua.
Me dijo de la misma manera que había dicho minutos atrás, con la diferencia de su nombre, que está vez dijo Joshua. Yo solté una gran carcajada tras presenciar esa situación, lo que hizo que el chico frente a mí también soltara una gran risotada.
—Yo soy Amanda, un gusto conocerte Joshua.
Joshua me miró con una pizca de sorpresa pintada notablemente en su rostro, a lo que yo solté una risita.
—¿Qué pasa?¿Porque me miras así?— Pregunté mientras seguía soltando pequeñas risitas.
—Nada, simplemente me sorprendió un poco la amabilidad con la que me trataste— Me dijo mientras en sus labios se formaba una linda sonrisa.
Yo, obviamente le correspondí la sonrisa, segundos después Joshua se sentó a mi lado y me dijo.
—Te invitó una copa, ¿Qué te parece?— Dijo mientras me guiñaba el ojo.
—Sería un gusto— Le contesté mientras sonreía.
Joshua levantó la mano asiendo que la atención del barman se centrara en nosotros, el chico de la barra apenas me vió, hizo una mueca, pero de todas maneras dirigió su paso hasta nosotros.
—Digame señor— Dijo de forma profesional apenas llegó al lado de Joshua, el chico trataba de no mirarme, y eso era más que notorio.
En fin, la noche transcurrió de risas en risas y de forma lenta, tanto que cuando mire mi reloj de muñeca solamente habían pasado una hora y media.
—¿Sabes? Había estado observandote desde que habías entrado con dos chicas, una de pelo corto de un color morado y la otra, tenía el pelo más largo y de un color casi llegando a ser color avellana, creo— Al final hizo una mueca que me pareció demasiado tierna y a la vez graciosa.
—¿A sí? Pues déjame decirte que no lo había notado— Respondí con una sonrisa coqueta.
—Me pareció una muy buena idea venir a hablarte, apenas te ví, me diste una muy buena espina, aparte de hermosa claro— Lo que dijo al final, lo dijo de forma coqueta y con un guiño de ojo al final, lo que me hizo soltar una pequeña risita.
—Pues tú no estas tan mal tampoco.
—¿No estas tan mal? Oh vamos, sabes que soy irresistible, solamente te quieres hacer la dura conmigo ¿No es así?— Me dijo mientras al final me daba un choque de hombros, eso la verdad que sí me dió demasiada gracia así que no pude hacer más que soltar una estruendosa carcajada.
Y así transcurrió la noche de copa en copa y de risa en risa, al cabo de 3 horas estábamos totalmente borrachos y se los demuestro por esta conversación.
—¡Oye! ¡Amanda! Dí naranja— Me dijo Joshua desde su asiento tratando de no caerse de este mismo.
—¡Tomate!— Respondí de forma realmente borracha si no se dieron cuenta.
—Tu mamá hace yogurth de limonada— Y de aquí, las carcajadas no se hicieron de esperar, hasta unas personas que estaban a nuestro lado se empezaron a reír de los cuentos que decía Joshua.
—No pero en serio, ¿No quieres ir a un lugar más privado, no se?— Me preguntó cómo lo habíamos hecho varios minutos atrás y le había contestado un rotundo no.
Lo medité durante unos segundos, segundos durante mi conciencia me decía que no, que no era una buena idea, mientras trataba de convencerla de que si era buena idea.
—Okey— Dije finalmente con una sonrisa que inmediatamente fue correspondida por Joshua.
Me dolía todo, ¡Carajo! Realmente me dolía todo el cuerpo, y la cabeza, ni se diga, todo mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido todo un maratón, fuí abriendo mis ojos lentamente para que estos mismos se acostumbraran a la luz que entraba por la ventana, cuando logré hacerlo, no supe en donde quedé, es que el lugar donde estaba no lo conocía, ni siquiera se me hacía parecido. Trate de pararme de la cama, y cuando logré hacerlo un mareo horripilante me vino a la cabeza, puse una mano en esta misma, frotando con suavidad para ver si así el dolor se iba, y efectivamente fue disminuyendo poco a poco, después camine hasta un sillón que había en la habitación, enzima de esta misma había una nota que decía.
“ Espero que la hayas pasado muy bien, así como yo lo hice ;).
Aquí esta mi número para que me escribas y pues a ver si quedamos otro día, la verdad, es que quisiera hacer las cosas bien contigo.
+52 52*****
Con cariño, El guapo de Joshua♡”
No sabía que hacer, mis opciones estaban entre, escribirle al llegar a casa ó no escribirle y dejar las cosas así como están, y me decidí por la segunda, así que me vestí lo más rápido que pude y salí de allí de la misma manera con el pensamiento de que todo esto lo tengo que olvidar.
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Nuestro Pequeño Milagro. ✓
FantasiaVoy a hacer mi mejor esfuerzo en ésto, se los prometo ._.