El tipo tallado como un dios, rodeó su torso con una deliciosa maniobra, le amasó los pechos como si fueran de goma y rozó su mejilla en la de ella que parecía estar más sudada incluso que sus bragas.
<<Suéltame o te mato >> pensó con una mordida de labio traviesa, derritiéndose ante la cercanía de ese extraño hércules.
—¡Cuándo dejarás a la pobre Amina! ¡Mậlik! —La rubia hizo que el hombre dejara los pechos Nina y se puso delante de ella para que pudiese ver su rostro resplandeciente.
<<Caliente>>
Hizo una leve reverencia ante la rubia y contestó por primera vez en toda la extraña velada.
—No todos tenemos tanto autocontrol como usted, mi querida Lara, Reina y señora del Kassabian Palace — Lara, así se llamaba la madame de ese palacio y Nina seguía colgando de las cadenas.
Lara terminó por suspirar y asentir a las adulaciones de Malik, el público aplaudió como si el show hubiese finalizado de la mejor forma, pero ella sabía que si nadie lo detenía, iba a hacer mucho más que tocarle los pechos y dejarla cachonda como una olla a punto de estallar.
Amina, Lara y Malik regresaron hasta el estudio de administración del Kassabian. La oficina era realmente acogedora, como si todo de allí lo hubiese acomodado la mano de alguien que realmente amaba aquel espacio.
Se encontraban los tres, con sus respectivas batas o abrigo en el caso de Nina, que estaba más que frustrada por no haber conseguido nada más del misterioso sujeto, dueño de la tarima y las cadenas.
Malik a diferencia de las dos damas, estaba justo al frente de una pequeña ventana que daba hacia el patio trasero, se miró la muñeca y el reloj no ayudaba a su evidente ansiedad. Parecía que quería quedarse a escuchar la decisión de Amina y al mismo tiempo irse corriendo de ese lugar.
Impredecible, Malik.
Lara se acomodó los rizos en una coleta y se cruzó de brazos frente a Amina del otro lado del escritorio. — ¿Y bien? ¿Qué deseas hacer en nuestro paraíso? — Dijo con un tono más laboral y serio.
Nina giró su cabeza para ver a Malik y se mordió el labio, más tensa de lo que merecía la decisión.
—Esto no es para mí —Creyó que se arrepentiría por unos segundos, pero inspiró con fuerza y continuó —Me han puesto en ridículo, no merecen nada de mi respeto y...
—Y nada... una vez que pisas el escenario del Kassabian es difícil salir, di la verdad de lo que deseas. Aquí nadie te va a tomar por enferma mental o algo parecido — Añadió Lara, echando vistazos a Malik que notaba inquieto.
—Prefiero ir a mi casa, no quiero tener nada que ver con ustedes, por mí que se pudran todos los viejos asquerosos de este sucio lugar — Aquellas palabras le brotaron desde el alma, ni ella misma sabía que podía enfrentar la situación así.
—Lara, mis llaves — Añadió de la nada y con voz ronca el caballero de la ventana.
—Malik hay cosas que resolver no te puedes ir así, sobre todo aho...
¡Zaz! el alegato de la Reina Lara se vio interrumpido por un golpe sobre el escritorio que dejaba a Malik justo frente a ella como una amenaza.
—Mis...llaves...Lara — insistió con una voz perturbadoramente calmada y pausándose en cada palabra.
Lara pasó saliva sin decir ni una sola palabra y le entregó el manojo de llaves que guardaba en su caja fuerte.
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Bruja de Fuego
General FictionAmina es una joven común y corriente en busca de independencia fuera de su país natal, el sueño americano reside en la lista de sus metas, pero cuando se ve totalmente en bancarrota, tendrá que tomar decisiones cruciales que le darán un vuelco fero...