End game

7.

Mientras todos nos preparábamos para dar el nuevo golpe con el tráfico de mujeres, Lanzani pasaba horas en el laboratorio estudiando como un robot chino, no lo sacaba nadie de ese lugar hasta parecía un poco obsesionado con el tema pero siempre se ponía así cuando estábamos muy cerca del objetivo y sobretodo este momento que no sería fácil para nosotros.

—A veces siento que vivimos en loop encerrados en esta maldita burbuja. —dijo Úrsula rompiendo el silencio de la habitación, todas estábamos en la cama descansando después de un eterno día.— ¿No les pasa? Hoy, por ejemplo, me di cuenta que ya es miércoles ¿En qué momento se pasa la vida tan rápido? Me gustaría tomar una moto e ir lejos por la ruta.

—¿Que te lo impide? —preguntó Eugenia cerrando su libro.— ¿Por qué no tomas una moto y te vas lejos de todo? —wow, eso sí me sorprendió bastante. Entonces salió de su cama y nos miró a las tres.— En algún momento todo esto les aburrirá y es lo más lógico, cuando eso pase tienen que pensar en un plan B de vida, ninguna de ustedes puede estar atada a este sitio para siempre.

—¿Lo estás diciendo en serio? —preguntó Ursula.— Pero yo lo digo porque estoy agobiada con todo Eugenia, tú eres nuestra líder no nos puedes decir eso. —agregó riendo.— Además, no me puedo ir ¿Quién va a darle su merecido a Mariana Esposito? —seguro se refería a todas las veces que le pegué.

—Lo que quiero decir es que los vengadores son simplemente una película, esto no va a existir para siempre. Si a veces no estoy de acuerdo con las cosas que hacen es porque simplemente quiero que se cuiden y porque las quiero mucho, he visto a muchas personas llegar a este lugar con la locura que manejan, he visto inteligencia y he perdido también, no quiero que les pase nada malo.—se me apretó un poco el corazón cuando dijo eso, antes que me dieran un tiro en la cabeza iba a decirle que era mi idola.

—Eugenia, eres lo mas lindo del planeta. —agregó Bella con una sonrisa. — Te quiero mucho más, gracias por cuidarnos como lo haces todos los días. —momento emo, entonces Ursula fue la primera en salir y darle un abrazo. Bella saltó de la cama e hizo lo mismo, me miraron las tres y me terminé sumando al final aplastadas por todas.

—Lali siempre huele muy bien. —se burló Ursula, entonces me escapé a mi cama antes que me siguiera acosando.— Es lindo que tengamos estos momentos de amor, gracias Eugenia. Eres mi madre favorita, aunque seas tan joven como nosotras. —rió. Euge entró a la cama moviendo la cabeza. — Mariana por favor, puedes decir algo? ¡Todos dijimos algo!

—Espero que en algún momento respetes lo poderoso que es el silencio. —respondí y todas se rieron de mis sabias palabras.— No necesito usar las palabras todo el tiempo para expresar algo, también puedo hablar con mis acciones.

—¿Te refieres a tu mala educación constante? —rió.

—Exacto. —dije y todas rieron.

—¿Extrañan a Martin? —preguntó Bella.— Extraño sus desayunos.

—Siii, definitivamente y además era la persona que más controlaba al dictador. —dije mirando el techo.— Lo extraño, se ve muy gracioso con el bigote.

—Tiene un bigote muy horrible, grande como de mafioso. —rió Bella.—  Y los rulos muy largos, casi no se le ve la cara, pobrecito debe estar muy podrido porque a él siempre le gusta estar prolijo, aunque por otro lado le divierte todo ese mundo extremo, no me lo puedo creer. ¿A quién le puede gustar esa vida?

—Ninguno de nosotros es normal. —dijo Ursula.— Me acuerdo la primera vez que Peter me mandó a la ciudad con Lali, yo tenía un poco de miedo porque vieron que Lali era bastante agresiva con nosotros y nos fuimos calladas todo el viaje y yo pensaba ¿De que puedo hablar con este ser humano? Le pregunté cómo se sentía y me dijo que prefería no hablar, llegamos al lugar nos dividimos ¡Lali estaba en un segundo piso mirando como se movían! en un momento grito ¡Lali se nos están yendo! Y esta hija de puta saltó desde el segundo piso al auto, fué tan divertido. Nunca me olvidé de eso Lali.