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Después de que MinGi y Hongjoong perdieran miserablemente el juego de piedra papel o tijeras esa mañana de sábado tuvieron que ir a hacer las compras. Por suerte Kim estaba acostumbrado a aquello y pudieron comprar todo sin demorarse mucho; excepto porque MinGi se cayó sobre una pirámide de manzanas y causó un desastre, pero no fue nada importante, al menos para ellos, no así para los dependientes del supermercado que tendrían que ordenar todo.

Ambos caminaban hacia el área de parqueo para guardar todo en el auto comentando la nueva canción que Hongjoong estaba escribiendo. —Entonces no sé si esas líneas sean demasiada presión para Jongho.

—No lo creo, sabes que su capacidad vocal es... —MinGi gesticuló con las manos al no encontrar la palabra que buscaba.

—Sí, lo sé, no dudo de él, lo que me preocupa es su capacidad pulmonar, ya que debe mantener la nota mucho tiempo.

—Creo que le bastará hacer unos ejercicios de respiración. Estoy seguro que puede mantener la nota todo el tiempo que quieras.

—Sí, tienes razón, me estaba preocupando por nada.

—Eso digo, te preocupas dema...

—¡Hey MinGi! Ha pasado tiempo hombre. —Dos muchachos se habían acercado a ellos interrumpiendo su conversación. Ante la mención Song parpadeó confuso. —¿No te acuerdas de nosotros?

—Ehh... yo...

—HyeJung* y Kiwon*, de la secundaria.

—Oh, ya recuerdo.

—Estamos aparcados cerca. ¿Por qué no vamos al café de la esquina y nos ponemos al día?—preguntó entusiasmado uno de los hombres.

—Me encantaría pero estoy con mi hyung y ya debemos regresar.—dijo mientras señalaba a Hongjoong que estaba a su lado cargado de bolsas y apenas se veía su cara.

El mayor se sorprendió un poco al escuchar aquello, MinGi rara vez lo llamaba hyung a menos que necesitara pedirle algo. ¿Estaba tratando de quedar bien delante de sus amigos? Parecían algo cercanos, seguramente Song quería quedar con ellos para charlar.

—¿Oh? ¿Este tu hyung de... ¿Como era que se llamaba tu grupo?

—ATEEZ.

—Eso, eso, nunca pensamos que alguien como tu pudiera volverse un idol. Seguro que es un gran esfuerzo vivir con todos esos chicos guapos. ¿A que sí?

MinGi solo se rió algo incómodo, su expresión era algo triste y Hongjoong pensó que tenía muchas ganas de salir con sus antiguas amistades.

—Está bien si vas con ellos al café puedo llevar las cosas y pedirle alguien que me ayude a bajarlas.

—¡No! Ehh... digo, ehh...¿por que no dejas todo en el carro y te vienes conmigo? Igual sera rápido ¿cierto?—comentó MinGi algo alterado. Hongjoong se preguntaba si estaba nervioso o algo.

—Claro, claro que tu hyung venga también.

Sentados en una mesa con sus respectivas bebidas y postres los muchachos se presentaron formalmente a Hongjoong y viceversa. MinGi no podía estarse quieto y se seguía removiendo en el asiento mientras miraba por la ventana a su lado.

—¡Nunca pensé que te fueras a convertir en un idol! El otro día estaba en casa y mi esposa y sus amigas tenían una gritería viendo algo en la tele. Me pareció escuchar a una gritar tu nombre pero no lo asocié de inmediato. Después te vi y no me lo creía.

—Yo lo escuché de una amiga. Me pasó igual cuando lo vi, te ves tan... hombre. Fue extraño.

MinGi frunció el ceño.—Soy un hombre.

•AntiquorumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora