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—Para nada, nunca te das cuenta nada.—le respondió Hongjoong, mientras sujetaba su chocolate con la mano izquierda, dándole un suave apretón con la derecha a la de MinGi mientras miraba las manos entrelazadas que reposaban en su regazo.

—¡Si lo hago! ¿A ver, que me he perdido?—Kim solo miró con neutralidad y suspiró.

—¿Alguna vez te ha gustado alguien del grupo?

—¿A que viene eso de momento?

—Curiosidad. —se encogió de hombros.

—La curiosidad mató al gato hyung tenga cuidado.—le dijo MinGi con su sonrisa tonta habitual.

—¿Qué carajos te pasa con el hyung hoy?

—Vamos, ¿no le gusta que le llame hyung? —se acercó al hombro del otro y fingió que iba a besarlo, a lo que Hongjoong se alejó empujándolo como de costumbre. El mayor sintió que se le quitaba un peso de encima cuando escucho a MinGi reír. Durante todos los años que habían estado juntos muy pocas veces lo había visto tan mal como hacía un rato. —Hyuuung.

—Ya, ya. ¿Se lo dirás a los chicos?

MinGi dudó un segundo.—Creo que sí. ¿Qué hay de ti?

—¿Ehh? ¿Yo qué?

—¿Qué si te ha gustado alguien del grupo?

—¿Ves como no te enteras de nada? —Song lo miró sorprendido. —Sí me ha gustado, me gusta alguien del grupo.

—¿En serio? ¿Quién es? Cuéntame.

—¿No dijiste que la curiosidad mató al gato?

—Oh, venga Hongjoong cuéntame.

—¿Qué tal si me respondes tú primero? ¿Te gusta alguien de ATEEZ? ¿O te ha gustado?

MinGi se deslizó por la canal evadiendo la pregunta. —¿Por qué te interesa tanto?

Kim desvió la mirada sientiendo el calor anidarse en su rostro. Desde el final de la deslizadera Song notó el cambio y el nerviosismo de su mayor, le pareció muy lindo.  Aquel día había sido una montaña rusa de emociones.

—No sabía qué tuvieras esa vena chismosa en ti. —Comentó MinGi burlesco, dejandose caer y quedando acostado en la canal. —¿Por qué no me dices tu primero y luego yo?

—¿Qué tal al revés?

Ellos realmente eran como Tom & Jerry, siempre dando vueltas sin sentido, una persecución sin fin.  Ambos eran demasiado testarudos, no iban a llegar a ningún acuerdo.

—MinGi ¿que pasa si no te gusta lo que tengo que decir?

—¿A qué te refieres?

—¿Qué pasa si digo que me gusta... no sé, Yunho?

—¿P-por qué me molestaría eso?

—Como ustedes llevan tiempo siendo amigos y eso, podría ser incómodo o... no sé, era un ejemplo.

—¿En serio te gusta él? Yo no creo que Yunho sea...

—¿Qué? ¡No! Era un ejemplo cualquiera. No, no, no. —le interrumpió Hongjoong negando frenéticamente.

—Oh. Sólo dime ¿qué es lo que te detiene tanto?

—Bueno... —Kim se acomodó en la cima de la canal mientras veía a MinGi tratar de subirla, por la parte que resbala, no por la escalera. Pensó que se caería pero de alguna manera pudo lograrlo y se sentó al lado de Hongjoong otra vez. —La cosa es que... si te digo a ti, la persona que me gusta se va a enterar.

—¡Hyung! ¿Acaso no confías en mi? ¡No le diré a nadie!

—Se enterará aún si no le dices.

—¿Cómo es eso posible? Si no le digo obviamente no se va a poder...

—En serio eres demasiado distraído.—lo interrumpió el mayor agarrándolo por los hombros y atrayéndolo hacia sí, juntando sus labios descuidadamente.

Pasó un segundo completo antes de que Kim notara lo que estaba haciendo e intentó echarse atrás, listo para pedir perdón, pero, sintiendo su intento de retirada, MinGi lo agarró de la cintura y le correspondió el beso con fiereza.

Durante ese momento Hongjoong estaba tan nervioso que se preguntaba hasta si se besaba de la manera en que lo estaba haciendo. Inmersos en el beso ignoraron el tiempo pasar hasta que se separon para respirar. Kim no sabía que un beso podía ser tan sobrecogedor, no es que este fuera su primero pero jamás se había sentido así. Llevaba demasiado tiempo ansiando ese contacto que, cuando por fin lo consiguió, apenas podía creerlo.

—MinGi yo...—no estaba seguro de que iba a decir pero no hizo falta pensarlo, porque antes de que fuera capaz Song le agarró de la mano y lo arrastró de regreso al auto.

Mientras conducían el viaje era silencioso y Hongjoong empezaba a sentirse incómodo. —Ehh, MinGi, escucha yo no...

—Hablaremos cuando lleguemos. —bueno eso era nuevo, y aunque le hacía estar aún mas nervioso, tenía que admitir que esta faceta seria y autoritaria de MinGi era malditamente caliente; pero estaba aterrado, sí, eso, aterrado, no caliente, para nada.

Al llegar, una vez más, en silencio, llevaron las bolsas a casa.  Al parecer había un aura tensa entre ellos porque los chicos que estaban en la sala los miraron extrañados. MinGi dejó todas las bolsas en la encimera de la cosa y le ordenó a Kim que hiciera lo mismo, ganándose más miradas de sorpresa y algun que otro regaño por dejar todo desorganizado. Ignorando todo esto tomó al líder de la muñeca adentrándose en su habitación.

—Lo siento ¿vale? No te enojes, no pensé qué...—empezó otra vez Hongjoong, siendo interrumpido, una vez más.

—¿Soy yo?—MinGi estaba sentado en la cama, había arrastrado a Kim hasta que este estuvo parado entre sus piernas abiertas.

—¿Ehh?—preguntó el más bajo desconcertado, percatándose de que en esa posición podía mirar al más alto hacia abajo.

—¿Qué si soy yo?

—¿El qué...?

—Ugh, hyung concéntrate. De ATEEZ, el que te gusta, ¿soy yo?

Hongjoong desvió la mirada e intentó dar un paso atrás pero MinGi le sujetó de la cintura antes de que pudiera hacerlo. —Verás yo... eh... por favor no te enojes más, no es como si hubiera querido o lo hubiera hecho a propósito. Solo... pasó, nunca quise decir nada. Se supone el soy el líder, el responsable. No quería que esto pasara pero no pude evitarlo... es que eres tan... tan...

Por, ¿tercera? ¿cuarta?, vez en el día fue interrumpido pero no por las palabras de MinGi sino por sus labios. Un beso mucho mas profundo que la tontería del parque. Song tiró de la cintura del mayor tratando de acercarlo más causando que este perdiera el equilibro y cayera encima de él. Sin separarse Hongjoong se acomodó para sentarse en su regazo. Ambos habían esperado el momento por tanto tiempo que fue como si el mundo se hubiera detenido. Cuando por fin se separaron Kim se sentía tan desorientado que le tomó un momento ubicarse en tiempo y espacio.

Para MinGi fue como si la seriedad de toda la situación del día le cayera en encima y comenzó a sentirse muy avergonzado y escondió si cabeza en el pecho del mayor, quien solo le acarició el cabello por inercia. —También me gustas. Mucho, hace tiempo.

Al final, Hongjoong solo rió, y MinGi se contagió y empezó a carcajearse, de todo y nada la vez. Ambos estaban felices, simple y plenamente felices.

Por favor si hay algún error, especialmente ortográfico o tipográfico, me dicen. Thnx

Ah y si les gustó, tengo otras historias Mingjoong en mi perfil, si les interesa digo, no es spam, en lo absoluto. xd

•AntiquorumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora