Capítulo 10: ¿Qué?

303 39 4
                                    

—Qué raro...

Yugi suspiro a ver que Yami no se asomada por el espejo, no deseada molestarlo ya que no sabía si estaba haciendo importante, por lo que se alejó del espejo dejado escapar un suspiro desanimado, se estaba empezado a acostumbra a hablar con el oji-rubís, pero sabía que los mundos era diferentes y sobretodo.

Yami no estaría todo el tiempo allí.

Como ya sabemos, Yugi es joven, sigue teniendo su antigua edad por la magia que había en el espejo, mientras que todos allá fuera iba a crecer, tener un trabajo, una familia...

¡AGUANTE!.

¡¿Se estaba molestado?!

Apenas pensó en lo de familia, no pudo evitar ver por uno de los espejos la habitación, viendo una de las fotos de Yami junto con Bakura, odiada a ese albino y... ¡ni lo conocía!.

—¡Agh, estoy perdiendo la razón! —se agarró su cabeza dejado escapar un suspiro frustrante, negado con la cabeza—¿Por qué me molesta?.

—¿Te molesta qué? —miro la puerta cuando Mokuba se asomó, de forma tímida parpadeado un poco—Perdón, pero es que tú voz se escucha por toda la casa y Seto está durmiendo.

—Gracias por decírmelo, si lo despierto me quita el permiso de tener el libro—miro aquel libro que encontró con Jaden, soltado su cabeza dejado escapar un leve suspiro—Por al menos ya sé algunas cosas para salir del espejo sin morirme...

—¡¿Qué?! —el azabache se acercó literal corriendo a él, dándole media vuelta para agarrarlo de los hombros y agitarlo—¡Yugi, eso es arriesgado, recuerda lo que le paso a Rebecca!.

—Mo-ku-ba m-me mar-mareas—su voz temblada por los movimientos de su hermano, por lo que Mokuba se detuvo sonriendo apenado—Y si, ya sé, no me recuerdes eso—suspiro algo desanimado—Pero... es difícil y complicado, puede se puede salir solo por unos minutos.

—¿Cómo?.

—Alguien de tú sangre debe de tocarte...—susurro levemente—Aunque sea lejano, con tal que tenga un poco de común.

—No entiendo mucho Yugi, yo que sepa no tuvimos más hermanos.

—Pero mi madre tenía hermanos y primos—se rasco la mejilla—Y la madre de Yami... se me hacer familiar.

—Yo no la he visto, así que no puedo ayudarte... ¡aguante!, ¿me estás diciendo que Yami puede ser familiar nuestro?.

—De mi madre.

—Pero tú madre... es mi madre—sonrió poniendo sus manos en sus caderas, provocado que Yugi lo mirará con cierto sarcasmo—¿Qué? es cierto, los tres somos hijos de la misma madre... aunque no parecer.

—La genética es rara, alocada y muuy rara vez los hermanos se parecen—rió un poco rascado su nuca—Dijo... estamos de ejemplo.

—Sí, también varios de mis amigos que conocí hace tiempo...—sonrió un poco, levemente desanimado.

—Moki...

—Siempre me pregunto... ¿cómo hubiera sido todo si Tea no nos hubiera encerrado aquí?.

—Pues apuesto a que...—le hizo cariño en el cabello, haciendo que el menor lo mirará algo apenado—Hubieras tenido tres hijos.

—¡¿Quéee?!, ¡Yugi! —inflo un poco las mejillas, el oji-amatista rió.

—¿Qué?, no creas que no noté como se miraba tú y... ya sabes—le guiño un ojo, la cara de Mokuba se puso totalmente roja, bajado la cabeza mientras hacia una pataleta—Ay Moki, solo juego—rió a carcajadas.

El espejo ||Puzzleshipping||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora