Capítulo 3: Primer día

310 46 5
                                    

Su alarma sonó de forma gruñó enojado por eso para apagará sin ni siquiera abrir sus ojos, por lo que se arropo hasta la cabeza queriendo seguir durmiendo, mientras tanto, en aquel espejo volvía a aparecer aquel chico de oji-amatista con una pijama celeste, se había despertado también por el fuerte ruido de la alarma.

—Mmm...—se quejo un poco para abrir un ojo—¿Qué fue ese sonido?.

Puso sus manos en el vidrio viendo a el oji-rubís dormir, sonrió algo sonrojado hasta que vio la hora, por si mal no escuchó, si el mayor no se levantaba ahora, de seguro llagaría tarde.

—¡Ay no!—empezó a golpea el vidrio, intentado hacer que Yami despertará—¡Despierta llegarás tarde!, ¡¡OYE!!—nada, el mayor seguía dormido y roncado—¡¡DESPIERTAAA!!.

El último grito fue suficiente para que Yami despertará con el corazón latiendo a mil, se tapo la boca apenado por eso, de inmediato desapareció cuando el oji-rubís dirigió su mirada hacía el espejo levemente confundido, el oji-rubís gruñó enojado, claro que su enojo desapareció para deja ve una de sorpresa.

—¡¡OH DEMONIOS LLEGARÉ TARDE!!.

Salió disparado de su habitación dejado caer la sabana en el suelo, el tricolor que estaba atrapado en el espejo se asomo riendo un poco, no pudo evitar sonreír, ciertamente aquel chico le parecía tierno y levemente gracioso, vio como este regreso unos minutos totalmente mojado con una toalla en sus caderas.

Yami sacó su uniforme tirando la demás ropa por toda la habitación, uno de sus boxers quedó en la cabecera de la cama, y una de sus camisa tapo la vista de el oji-amatista, por lo que ni siquiera pudo ve si este se iba, dejó escapar un suspiro algo enojado.

—¿De nuevo ves a ese muchacho?.

—Si~, es que es gracioso jaja.

—Yugi, pareces un acosado, mejor vámonos que también llegaremos tarde.

—Falta una hora Seto, así que dejarte de tanto apuro.

—Oh bueno, si no deseas comer...

—¡¿Comer?!, ¡¡Esperarme!!.

•••

Yami llegó a su colegio algo agotado, sudada por todo lo que tuve que correr, ciertamente ahora era más difícil despertarse para llega a tiempo, antes por a menos Mana lo llamada par despertarlo, pero ahora que sus dos padres trabajada casi todo el día, estaba totalmente ~solo~, o eso creía.

Empezó a camina sacado de el bolsillo de su chaqueta una hoja donde decía su salón, por lo que empezó a buscarlo perdido, era normal por el hecho que era su primer día, algunos como antes se le quedada mirado murmurado cosas, pero antes, los ignoro por completo, hasta que de nuevo sintió una mirada encima de el.

"Por favor... que no sea aquella chica".

Pensó para si mismo para voltea su cabeza levemente, a parecer le sucedía lo que no deseada, ya que aquella chica de ojos azules lo mirada fijamente como aquella ocasión, trago en grueso, algo en ella no le caía nada bien, no sabía el porque, pero no quería saberlo, menos ahora que averiguo que ella fue la última en vez aquel chico raro que vio en el espejo de su nueva habitación.

Iba a seguir caminado, pero para su mala suerte ella se acerco a el.

"Dioses... ¡Ayuda!".

—¿Tú eres el nuevo?—pregunto de forma gentil, el oji-rubís parpadeo sorprendido.

—Eehh... Si...—susurro levemente, viendo como otros dos chicos se acercada a ellos, uno rubio y otro a parecer peli-marrón.

El espejo ||Puzzleshipping||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora