My inmortal

"Aquí descansan los restos de Sean Connor Collins, amado hijo y hermano" Mientras leía aquellas palabras escritas en esa lápida sentía que todo no era más que una horrible pesadilla, no veía nada debido a las lágrimas que sostenía en mis ojos

-¿Qué es esto?- Pregunte girando me hacía mis amigos quienes observaban llorosos la lápida

-Murió hace dos semanas- Susurro John

-No quisimos decirte nada hasta que leímos esa carta, ni siquiera entendemos como pudo pasar- Dijo Emily entre lágrimas

-En el accidente, cuando el auto se detuvo escuche su voz diciéndome que no me dejaría sola jamás- Dije pensativa observando la lápida

-Y no lo hizo- Dijo firme Edward -El encontró una extraña manera para que siguieras viéndolo, te escribió una carta, lo cual es técnicamente imposible-

-Debo irme de aquí- Dije caminando lejos de ellos y de la lápida

Mientras caminaba las lágrimas llenaban mis ojos, mientras recordaba me di cuenta que todo era cierto, el se había ido, he estado sola todo este tiempo, me recordé en la habitación de hospital, en casa, en el balcón, en su habitación, el nunca estuvo ahí, simplemente mi mente quería hacerme creer que sí estaba ahí, pero no lo estaba

Caminando llegue hasta donde empezó nuestra historia, el lugar donde todo empezó

-Prometiste jamás dejarme sola y no lo cumpliste- Grité mientras lloraba -Ahora no estas aquí y estoy sola ¿Qué hay del por siempre?-

-Lo siento Anne- Escuche su voz detrás de mi, sostuve mi cabeza mientras lloraba desconsoladamente

-Ya cállate- Gritaba

-Anne mira, soy yo- Me gire débilmente logrando observar la figura de Sean frente a mi

-No, no eres tu, estas muerto- Decía mientras lloraba

-Anne, prometí nunca dejarte y aunque no pueda cumplirlo en cuerpo lo haré en alma-

-Sean- Dije en un sollozo lanzando me a sus brazos, se sentía vacío y frío pero aun así podía sentir lo -Tu hiciste lo imposible para que yo fuera feliz, para estar commigo- Dije separando me de el mientras lloraba

-Haría lo que fuera por verte sonreír- Dijo limpiando una lágrima de mis mejillas

-¿Ya no te veré más? ¿Aquí termina todo?-

-No lo se Anne, quisiera quedarme pero por alguna razón no puedo hacerlo- Dijo con la mirada rota

-Sean te amo y lo que vivimos siempre quedará en mi, lo bueno y lo malo-

-Te amo mi princesa- Dijo ahuecando mi rostro entre sus manos

-Te amo- Susurre para luego sentir sus fríos labios sobre los mios

(...)

Esa fue la ultima vez que vi a Sean, ha pasado un año desde su muerte, así que aquí estoy, trayendo le flores como cada mes, al principio fue difícil, muy difícil, pero luego entendí que las cosas pasan por una razón y que por mas que queramos no podemos estar con quienes amamos, muchas personas están destinadas a enamorarse pero no a estar juntas, y eso es lo que había pasado con Sean y conmigo, el hizo lo imposible por demostrarme su amor aún después de muerto y eso era algo que siempre viviría conmigo

No podía decir que no lo extrañaba, claro que lo hacía, con toda mi vida, muchas veces me sentaba en mi balcón esperando que el viniera a decirme que me amaba, podía pasar horas observando su ventana esperando verlo pasar por ahí, extrañaba su olor, caricias y besos, extrañaba todo de el, sus defectos y virtudes, simplemente extrañaba al amor de mi vida

Limpie las lágrimas que se habían rodado de mis ojos y limpie las rodillas de mi pantalón al levantarme

-Cortaste tu cabello- Escuche decir a una voz detrás de mi

-¿Perdón?- Pregunte confusa al girarme

-Anne soy Sean- Mi cuerpo se heló al escuchar esas tres palabras ¿Acaso el ha vuelto?.

FIN.