-¿Usted de nuevo señor Ambrouse? - pregunta la enfermera al viejo que se encontraba esperando en la sala de emergencias - ¿Qué sucedió está vez?
- Un ladrón idiota, eso sucedió - evita darle la cara para que no se burle sus heridas en el rostro.
- Entonces, ¿volvió a pelearse? - Lisa rueda los ojos y se acerca para tomarlo del brazo - Venga conmigo, estoy libre, lo revisaré.
- Muy bien, ya era hora que alguien me atendiera. Me estoy desangrando - Ambrouse se levanta, apretando la herida que tiene en su costado y camina a lado de Lisa cojeando por la torcedura de su pie.
-¿Le duele mucho señor? - pregunta la enfermera mientras entran al pequeño consultorio 8 - Suba con cuidado a la camilla por favor.
- Esta bien - el torpe viejo obedece y va hasta donde le ordenaron, sentándose justo en medio de está.
-¿Cuántas veces debo decirle que ya no tiene edad para esto? - después de tantas veces en ese hospital, la enfermera se siente con derecho de regañarlo por sus acciones y tiene razón. Ambrouse se queda en silencio - Revisaré sus heridas.
Lisa camina de un lado al otro en la habitación buscando su material para comenzar a curar al anciano, comienza revisando la herida que Coleman no se a soltado desde que llegó, y que bien que lo hizo por qué era una herida profunda.
- ¿Cómo se hizo esto? - A pesar de que ya le había curado muchas heridas similares desde hace mucho tiempo, a Lisa siempre le sorprendía verlas de nuevo, solían ser profundas y gruesas, pero está vez no era tan grave a penas era un pequeño corte de unos centímetros pero no estaba segura de que tan profundo había llegado - Le va a arder - Advirtio antes de hechar el alcohol al algodón y luego colocarlo sobre su piel para desinfectar la herida, Ambrouse se retorció de dolor.
- Un maldito estúpido - pudo afirmar antes de que el dolor comenzará a sentirse de nuevo, gimió de dolor y continúo contando su historia - Estaba trabajando y pase a ver a un tipo que me debía dinero, había quedado de pagarme hoy y al parecer no tenía planes de pagarlo realmente - en su rostro se podía notar el coraje que guardaba aún - Claro que le di una lección.
- ¿Trabajando con aliento alcohólico? ¿Cómo es que sus jefes no se dan cuenta? - se ríe sorprendida - ¿Cuánto le debe? - trata de hacerle la plática para que Coleman se mantuviera quieto.
- Eso no es lo que importa, pero debe pagarme
- Ajá, debo coser esto, la herida está algo profunda - introdujo un dedo limpiando por dentro la herida y luego preparo su material.
- Haga lo que tenga que hacer para que me curé, apenas salga de aquí iré a buscar a ese hijo de... - la aguja entrando a su piel interrumpió su frase.
- No se mueva - ordena Lisa para poder seguir con su trabajo y no lastimarlo - Imagino que no tiene dinero entonces, ¿con qué planea pagar?
- No lo sé, yo no fui quien me trajo aquí, fue la patrulla. Pregunté a los policías.
- Así que, ¿lo trajeron los policías? ¿por qué aquí y por qué no a la delegación? - le sorprendió que, siendo el quien había buscado problemas haya sido quien estaba en un hospital.
- Bueno, después de le di algunos golpes él sacó una navaja, los rasguños y la herida son producto de ella - era obvio - Los policías por casualidad iban pasando y lo vieron enterrardo la navaja en mi costado, luego caí al piso y no recuerdo nada más hasta que ya estaba en la patrulla camino aquí.
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Ambrose
Novela JuvenilLa vida se acaba antes de que te des cuenta, una mala decisión puede modificar todo tu futuro. ¿Estás dispuesto a cometer un error? ¿Estás dispuesto a cometerlo dos veces? Pobre Ambrouse, nunca abrió los ojos.