Capítulo 1.

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Dos años después. Universidad de Cambridge, Inglaterra.

Siempre había amado más el frío que el calor y en Los Ángeles siempre había sido muy raro ver, incluso, llover.

Creo que esa fue una de las razones por las que había escogido Inglaterra para estudiar. El invierno se marcaba muchísimo acá y eso me gustaba. Eso y porque estaba bastante lejos de Estados Unidos.

Alexa era la chica menos parecida a mí y más rara, que había conocido. Para comenzar, le gustaba el metal pero amaba las fiestas con música pop. Su cabello era hasta un poco más abajo de los hombros –corte que ella misma se había hecho–, color negro con las puntas azules. Era de tez muy blanca y medía unos ocho centímetros más que yo.

Ella sabía toda mi historia. Toda. Y estudiaba psicología, así que siempre sabía el momento exacto y las palabras perfectas para decir. Era algo así como mi nueva mejor amiga.

—____, este chico, Luke, del campus del lado, ¿recuerdas que te lo mencioné? —asentí. Era imposible no recordarlo, había estado hablando de él desde hace una semana, cuando lo conoció—. Pues, estará dando una fiesta de despedida, sabes que todo el mundo da fiestas de despedida esta semana y nosotras amamos las fiestas —ella levantó y bajó las cejas, haciendo que yo blanqueara los ojos y reí.

—Vale, vale.

—¿Si iremos? —sonrió.

—Sip.

—Dios, eres tan fácil de convencer —volví a reír y entramos a mí departamento.

{...}

Un par de horas después, nos habíamos bañado y cambiado de ropa en mi departamento y ya estábamos listas para salir a aquella fiesta.

Alexa se había puesto un vestido rojo, el cual quedaba perfectamente con su piel, mientras que yo –luego de dar vuelta mi armario–, me decidí por un vestido azul.

Tomamos nuestras cosas y salimos del departamento.

Lo que más me gustaba de Alexa, era que nunca terminaba de hablar y nunca te aburrías de lo que decía, podías escucharla todo el día y aprender cosas nuevas momento tras otro, o sino, ella te hablaba de su vida, la cual no era para nada aburrida.

—¡Oh, ____! Estoy tan impaciente por verlo —sonrió, seguramente pensando en él—, es que, necesitas conocerlo. Es el chico más lindo del universo.

Sonreí, pero no respondí. Yo, a cambio, desde había llegado a Inglaterra, había ido a una o quizás dos citas, nada formal. No estaba interesada en nadie por el momento.

Había pasado mucho tiempo, pero Justin seguía en mí de alguna manera.

Sacudí la cabeza intentando llevar ese pensamiento a la parte más alejada de mi mente. Era lo mejor simplemente dejar esos recuerdos en donde debían estar: en el pasado.

En pocos minutos más, ya habíamos llegado a donde estaba la mayoría de las fraternidades de la universidad. Alexa y yo entramos al condominio y enseguida supimos en cuál casa era la fiesta. Estaba lleno de gente y la música muy fuerte.

All that matters.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora