Road To Charasuke

Extra

Parte I

Había hablado con su padre mucho más de lo que quisiera, le contaba historias sobre como había errado cuando era muy joven, que tenía una familia y no sólo contaba sobre el equipo 7, si no también de alguien que lo había querido sin importar que.

No hablaba seguidamente e incluso a veces ella podía ver como se perdía en sus recuerdos, trato de buscar información sobre la persona que tanto quiso a su padre además de su madre y el séptimo, pero no encontró nada, hasta que decidió preguntarle a alguien que seguramente sabría donde estaba.

Al Hokage, después de todo era muy amigo de su padre y sabría darle unas cuantas respuestas.

— ¿Itachi? —lo nombró dudoso mientras la observaba.

— Quiero saber donde está —su padre le había contado que él sabía cómo ser un buen Hokage.

— Sarada-chan, Itachi ya murió —le confesó con voz apenada.

— Ohhh...entiendo —bajo la mirada, con tristeza.

— Él era una persona muy amable, quería mucho a tu padre, era sabio y siempre buscó el bien de su hermano, Itachi Uchiha lo dio todo por esta aldea —dijo él para consolarla.

Sarada no pudo hacer más que sonreír, ahora entendía que era lo que tanto lo vinculaba a su padre, él solamente menciono que era alguien que lo dio todo por él y que siempre busco protegerlo.

Un tiempo atrás ella había leído sobre la masacre del clan Uchiha, claro que la información que había no era detallada, se despidió del séptimo y fue a caminar para despejar su mente, observo las calles ya cayendo el atardecer y se preguntó cómo sería conocer a su tío, quería saber cómo ser un Hokage y solo él podía decírcelo.

Pasaron unos días en los que Sarada no dejaba de pensar en como era su tío en vida, su padre estaba fuera por lo que no podía pedirle que le contara más de él y su madre estaba tan ocupada, suspirando, cometiendo errores en las misiones empezó a tratar de investigar más sobre su tío.

Suspiro por cuarta vez en ese día estaba en el lugar de entrenamiento de su padre, no lograba hacer nada. De por si el día estaba lleno de dudas, de repente apareció frente a una especie de puerta, llevaba el símbolo de su clan, abrió los ojos desmesuradamente cuando vio que había gente portando el emblema de su clan.

— ¡¿que es esto?! —grito al ver a la gente.

Se quito los lentes mientras se tallaba los ojos, tratando de regresar a la realidad, la gente la observaba desde que grito, parecía muy diferente a su visita, ellos recordaban a la hija del héroe de Konoha y uno de los Uchihas hijo del jefe el clan, esta vez no llevaba ropa de moda si no una muy simple sin ningún adorno.

— ¿Sarada? —escucho una voz detrás suyo, para darse vuelta.

Lo que vio la dejó completamente desconcertada, era un Boruto pero con cabello azul parecido al de su madre, tenía ojos azules y no tenía marcas.

Su boca cayó en picada, parecía un Boruto serío, no como en casa, trato de escapar pero él la tomó del brazo.

— ¿Que te sucede? ¿Cambiaste de estilo? —lo miro desconcertada pero mucho más asustada.

— ¡Sarada-chan! —grito una voz animadamente, dirigió su mirada hacía esa persona.

Exactamente habían cinco personas frente a ella, todos de cabello azabache exceptuando a una mujer de cabello castaño, la primera y la había hablado era una mujer mayor de cabello azabache muy parecida a su padre, el segundo era un hombre que no sabía a quien se parecía y al lado alguien que quería ver pero tampoco sabía quien era.