capitulo 14

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Escucho atentamente lo que Kris decía. Lo escucho, sí que lo hizo y su corazón se rompió, no daba crédito a sus palabras. Se dejó llevar por sus emociones, por sus inseguridades, odio con su ser a Chanyeol y pensó las peores cosas de él y todo era producto de su inseguridad, de su falta de confianza y no en Chanyeol sino en el mismo, sabía que amaba al alto y lo amaba demasiado, pero esa parte de él mismo no había sanado y las heridas y el dolor hicieron estragos en su corazón.

Ahora con la noticia de la muerte de Minha, se sentía culpable, una mala persona. Chanyeol la estaba pasando mal, el corazón del alto sangraba por la pérdida de la pequeña y él lo sabía, conoció y vio de primera mano todo el amor que se tenían, pero lo único que hizo fue ponerse en el lugar de victima cuando, a pesar de su llanto, él no era la víctima. Ahora lo comprendía, las palabras de Kris fueron la clave para entender.

La carta de Minha, aquella carta que encontró en su cuaderno esa misma mañana, era su despedida, era su adiós. Las palabras en cuya carta eran como un ungüento para sus heridas, dolían sí, claro que lo hacían, pero a la vez traían un alivio y cura a su corazón. Decir que no esperaba esta noticia sería un hipócrita, el mismo leyó la carta y sintió la despedida de la niña en cada oración, el mismo escucho las palabras de su padre y sintió la resignación y el dolor del doctor, el mismo vio sus ojos y su rostro, todo en la niña expresaba cansancio, pero a la vez paz.

No tenía derecho de sentir nada, ni resentimiento ni odio, él no podía sentir pena por el mismo, ni soledad no cuando el único que debía sentir todo eso era Chanyeol. Él era el único que de verdad estaba sufriendo, sus ilusiones y esperanzas fueron tan grande que iluminaban su rostro.

Ahora lo entendía, era el momento de dejar esos sentimientos que lo ataban a un pasado que ya no existe. Era el momento de dejar el egoísmo de su sufrimiento y tratar de sanar para ayudar a la persona que más lo necesita. Y fue eso lo que hizo dejo todo de lado y se dispuso a seguir adelante apostando por el amor que siente por el alto, iba a poner en práctica lo que mina le dijo y se iba a dejar curar por el único ángel que era capaz de sanar, pero antes debía ayudarlo a superar su dolor.

Al día siguiente cuando Kris lo recogió se sentía un tanto ansioso y una tristeza lo recorría de punta a punta, quería llorar, pero no debía no podía derrumbarse ahora, debía ser fuerte por lo menos hasta ver a Chanyeol, ya había llorado la muerte de Minha, ya le había dicho adiós y ahora solo debía prometerle cumplir con su pedido y eso era algo que debía hacerlo sin lágrimas y lamentos.

Una vez llegados lo busco, pero solo logro ver a personas llorando y de rostros tristes, diviso a la enfermera Kim en una de las salas junto a otras personas, creyó reconocer sus rostros eran algunas de las enfermeras que atendían en la sala, no tenía tiempo debía de encontrar a Chanyeol, tenía que verlo ahora. El toque de Kris en uno de sus brazos lo saco de sus pensamientos, cuando dirigió su rostro a su amigo y este le hizo una seña con la cabeza apuntando a donde se encontraba el alto.

Su semblante era sombrío que hasta acercarse parecía darte escalofríos, lo vio y vio el esfuerzo que hacía para no llorar, vio las lágrimas contenidas en sus ojos. Espero a que sus amigos lo saludaran para luego acercarse, fue en ese momento que supo que ese era su lugar, en los brazos de ese gigante que al más mínimo toque se había dejado llevar y soltado todo su dolor, sintió que la carga que Chanyeol llevaba sobre sus hombros la había soltado derrumbándose justo ahí frente a él. Las palabras del alto dolieron y sus respuestas trataron de ser pequeños calmantes, escucho la soledad que sentía el alto en ese momento y a él le pareció como un golpe a su ser, que le dijo lo que ambos querían "No Chanyeol, no etas solo..." "no te voy a dejar..." "yo estoy contigo".

Con cada segundo que pasaba parecía rendirse más a sus sentimientos, estar con Chanyeol era la confirmación de lo que sentía, lo abrasaba o le tomaba la mano. Sintió que el alto poco a poco iba cediendo y compartía su dolor con su familia y sus amigos, el inclusive. Su llanto se había calmado, aunque alguna que otra se escapaba por su mejilla, él estaba a su lado para poder secarlas y acariciar su rostro.

CONQUISTANDO A UN ÁNGELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora