Nadie puede saberlo

Izuku

La noche estaba por llegar, así que las calles comenzaban a vaciarse y los establecimientos estaban por cerrar.

Entre las calles casi desiertas Izuku corría de regreso a su departamento. Había salido a la tienda para comprar comida, pues había olvidado surtir la despensa por la mañana. Por suerte alcanzó a comprar antes de que comenzarán a cerrar y asegurar la tienda.

El sol comenzaba a ocultarse y todavía le faltaban varias calles para llegar a su hogar. Con la preocupación invadiéndolo por completo decidió activar el One for all para llegar más rápido. Sabía que hacer eso sería peligroso, pero en esos momentos su prioridad era llegar a casa antes del anochecer.

Logró estar en la entrada de su departamento justo en el momento en que el sol terminaba por ocultarse, así que se adentró al lugar con rapidez, cerrando la puerta detrás de sí y asegurándola con las cadenas que ésta tenía. Después acomodó las tablas y caminó por el pequeño pasillo de la entrada hasta estar frente a una puerta de metal.

— Decchan — llamó el peliverde tocando la puerta suavemente — Ya regresé.

Se escuchó un sonido metálico y la puerta se abrió, dejando ver a un pequeño niño de cabello rubio cenizo y ojos verdes, además de tener algunas pequitas adornando su rostro.

— Tardaste mucho — reclamó el pequeño haciéndose a un lado para dejarlo pasar.

— Lo siento Decchan — respondió volviendo a asegurar la puerta de metal, está vez colocando un candado.

Izuku recorrió el lugar para asegurarse de que todas las ventanas estuvieran bien cerradas, y una vez que comprobó la seguridad del lugar se dirigió a la cocina para hacer la cena.

•••

— Mamá, me pican las manos — dijo el pequeño cenizo soltando la cucharada de comida que estaba por llevarse a la boca.

— ¿Eh? — exclamó confundido hasta que algo en su mente hizo clic — ¡Detsuki, no! — gritó de pronto al ver que el niño planeaba restregar sus manos en sus muslos — Pon tus manos hacia arriba, no las pongas en contacto con tu cuerpo

— ¿Por qué? — cuestionó confundido pero haciéndole caso.

— ¿Tus manos están sudando o sólo te pican?

— No, también sudan — respondió y de pronto sintió que su garganta también picaba, causando que estornudara, lo cual a su vez le hizo expulsar fuego por la boca.

— ¡Decchan! — ver que el niño agachó la cabeza durante el estornudo le hizo preocuparse de que el fuego lo quemara, así que se levantó de su lugar para acercarse a él.

— ¡¿Q-qué....?! ¡¿Por qué?! — exclamó alterado por no haber esperado eso — Creí que el poder de papá era hacer explosiones, no escupir fuego — comenzó a ponerse ansioso, haciendo que sus manos sudaran más, y sin darse cuenta estas comenzaron a soltar chispas.

— No te preocupes, está bi-

De las manos del pequeño emanó una explosión, tomándolos a ambos por sorpresa, de tal manera que Izuku se alejó para evitar quemarse y Detsuki comenzó a asustarse.

— Está bien, no pasa nada. Escupir fuego probablemente sea por el quirk que tenía mi padre.

— ¡Pero también hubo una explosión! ¡Yo no quería que explotara! ¡Dijiste que papá sólo hacia chispas cuando su quirk se manifestó!

— Es porque estás nervioso, tienes que calmarte

— ¡¿Entonces no puedo controlarlo?! — estaba alterandose aún más — ¡Aléjate! — le gritó a Izuku cuando éste se acercó con la intención de tomar sus manos — No quiero hacerte daño — dijo con sus ojos llenándose de lágrimas.