Uraraka

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Durante sus exámenes de ingreso a la academia UA, sus padres pasaron por una mala racha económica, la cual no les permitía costear sus gastos totalmente, y ella quería ayudar de alguna manera.

En las primeras semanas asistiendo a la academia, le llegó una carta cuyo remitente parecía ser una de las editoriales de revistas de chismes, quienes solicitaban ayuda para saber información sobre UA, ofreciendo una gran suma de dinero por cada encuesta respondida. El dinero sería suficiente para ayudar a sus padres con la renta de su apartamento por al menos tres meses, y así tendría más dinero para comida y otros gastos.

Los medios estaban desesperados por obtener premisas sobre UA desde que All Might se anunció como profesor, así que no le pareció tan sospechoso, sin embargo, tenía sus dudas sobre aceptar tan fácilmente, por lo que respondió la carta pidiendo más detalles.

Días después le mandaron la primera encuesta por escrito, diciéndole que si la contestaba y la enviaba, le mandarían su paga. Las preguntas no parecían tener segundas intenciones, le preguntaban qué opinaba de las clases en UA, si le gustaba la comida de la cafetería, qué opinaba sobre su horario, si le gustaba el uniforme, cómo era All Might como maestro, cuál era su maestro preferido; cosas cuya respuesta podría usarse para una revista de chismes.

Lo pensó seriamente. La paga era buena, y no creía que fuera malo responder ese tipo de preguntas, además, como todo sería por escrito, podría tomarse su tiempo para pensar sus respuestas y asegurarse de no decir algo comprometedor. El plus era que le aseguraron que sus respuestas serían anónimas, por lo que terminó aceptando a responder la encuesta y la mandó.

A los dos días le mandaron el dinero junto a una carta que le agradecía su participación. Todo bien hasta ahí. Pagó la renta por su cuenta y le dijo a sus padres que el dinero lo sacó de una dinámica de una editorial de revistas, lo cual no era mentira, pues eso era lo que era, ¿no?

Ocasionalmente hacían ese tipo de concursos, así que no cuestionaron nada.

Una semana después, llegó una nueva encuesta pidiendo su ayuda. Está vez le pidieron ser más específica con su horario, argumentando que era para darse una idea de las materias que llevaba, también le preguntaban qué tal le parecían y cual le parecía más pesada. Se lo pensó un momento, aún tenía dinero, por ahora, y no se sentía segura de dar más información.

Pero el dinero no dura para siempre, y no parecía ser malo dar esa información, así que volvió a llenar la encuesta. Total, no sabían quién era ella, en qué clase estaba, y cuidaba de no dar respuestas comprometedoras. Sólo decía que era estudiante de primer año.

Ella no lo notó en ese momento, pero cometió un pequeño error.

Anexó una foto de su horario, enfocando sólo la tabla de materias, que especificaba a qué hora se impartiría y quién sería su maestro.

El dinero y la carta de agradecimiento le llegaron igual de pronto que la vez anterior, así que lo guardó para costear sus gastos más adelante. Todo bien, nada sospechoso.

Más días pasaron y le pidieron que describiera sus aulas y áreas de entrenamiento, la pregunta fue tipo: “Wow, que materias tan más interesantes, pero me da curiosidad, ¿cómo son los lugares que usan para sus prácticas?”

Ella respondió sin ser tan específica, aunque también cometió otro pequeño error, su respuesta fue: “Hay lugares que se usan como simulación de ciudades con varios edificios, y patios muy amplios para ejercitarnos, incluso hay un área especial que simula desastres naturales. Ese último aún no sé cómo es, pero creo que ahí será nuestra próxima clase con All Might, de hecho eso me resulta emocionante. Es todo lo que puedo decir por ahora.”

Nadie puede saberloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora