La unica Mujer
Una misteriosa enfermera que no parece ser afectada por el Motor Moforgenico
Ella no suele ser agresiva, pero su sonriza y mirada pueden ser escalofriante
--Aún no entiendo como ellos pudieron morir -Jeremy Blaire dijo viendo las actas de fallecimiento de los 5 pacientes que estaban en la sala de aislamiento
--Cuando fui vi que la limpieza no era la mejor -le dijo Ivy- ¡Y ni hablar de la condición en las que estaban!
Tras la "muerte" sus 5 pacientes Ivy fue llamada a la oficina de Jeremy Blaire, el encargado oficial del Monte Massive o el "jefe a cargo"
--¿Creés que fue eso? -le preguntó a ella
--Bueno, es normal enfermarse gravemente cuando las condiciones de salubridad son deplorables
--Ivy -la llamó en tono de advertencia, prácticamente le dijo que era un sucio y no sabia mantener limpio el manicomio
--¡Es la verdad! -le reprochó- Eh oído las quejas en las cocinas y en los baños -dijo- Eh pensado que tal vez haya un virus o se esté creando uno porque ya van varios que han muerto
--No estarás detrás de todo esto, ¿verdad? -la interrogó- Todos murieron cuando estaban a tu cuidado
--Eso me duele Jeremy -fingió una creíble indignidad- Tu sabes como quiero a mis pacientes y lo mucho que los cuido, ¿Para que matarlos?
--Para terminar con su sufrimiento, claro -entrecerró los ojos- No es como que aquí se la pasen bien, ademas, ambos sabemos que son ratas de laboratorio para nosotros -juntó sus manos y se inclinó hacia ella de forma intimidante- Tu misma lo dijiste; los quieres, los amas, por amor se hacen muchas cosas, entonces ¿Porqué no terminar con su sufrimiento?
Ivy sonrió, sabia que no tenia que subestimar a Jeremy, él era muy astuto e inteligente. No por nada Murkoff lo puso como jefe del manicomio
--Piensa lo que quieras, Yo No Los Maté -afirmo- Ve las cámaras de seguridad, busca todo lo que quieras, pregúntale a todos -dijo molesta- Eh trabajado en esta compañía tanto como tu, ¿Creés que me arriesgaría a perder todo y arruinarlo?
--No lo sé, dime tu
--No inventes Blaire, con razón sigues soltero
Golpeó el escritorio con su puño, completamente furioso. Para el hombre eso fue un insulto muy bajo para su persona, jamás logró conseguir novia y aunque buscaba jamás pasaba de la segunda cita. Ivy no se inmutó y solo lo observaba con el ceño fruncido
--Te crees mucho por tener a casi todo el personal a tus pies, ¿verdad?
--No -aseguró- Un consejo para conquistar a una mujer, Blaire -dijo levantándose- Tienes que ser un caballero y no ver a los demás como simple objetos o ratas de laboratorio -agarró la perilla de la puerta y le dió una ultima mirada a su jefe- No nos gusta que nos culpen de cosas que no hicimos -abrió la puerta- Nos gusta que nos quieran y nos valoren por lo que somos y no por lo que puedan ganar de nosotras -dicho esto salió y cerró la puerta
Todos sabían que ella no estaba de humor, su aura negra casi se podía ver; en ese estado de animo nunca era buena idea acercarse o hablarle hasta que se le pasara o que en verdad fuera una emergencia. Caminaba por los pasillos intentando calmarse para seguir con su trabajo, pero entonces oyó ruido, risas de burlas y comentarios burlones
Se acercó al sonido para ver a quien estaban molestando y poder ayudar, pero cuando vio que los doctores estaban molestando a uno de sus pacientes su enojo se convirtió en furia. Caminó a paso firme y amenazante a la escena, los doctores al oír los pasos inconfundibles del tacón de la doctora la voltearon a ver; sus expresiones cambiaron al ver la expresión de su rostro
--E-enfermera Ivy -sin querer uno de ellos tartamudeo
--Se creen muy graciosos, ¿eh? -les dijo con voz molesta- Seguro y lo aprendieron de Jeremy -los vio a los ojos, uno por uno mostrandoles y haciéndoles sentir su molestia- Aprovecharse y burlarse de un pobre hombre que no puede defenderse -se acerco a ellos para intimidar mas- Eso es caer muy bajo, solo demuestran la clase de personas que son -escupió cual veneno las palabras; el paciente miraba todo sin decir nada
--¿Y qué? -la reto uno de ellos
--¿Y qué? -repitió ella
--Solo sirven para experimentar con ellos, nadie los reclama -explico él
--No se lo tomé personal enfermera, solo es la verdad -dijo otro e intento tocar su hombro, pero ella de un manotazo Lo impidió
--Y dicen que porque no me fijo en ustedes -les dijo mirándolos fijamente. Podían jurar ver llamas en sus ojos. Ella sabia que todos ellos eran admiradores de ella, que anteriormente se le habían declarado o que tenían sentimientos por ella- ¡Él es mejor que todos ustedes!
Ivy volteó a ver a su paciente, él se sobresaltó al ver su mirada de furia y dio un paso atrás. Ivy cambió su expresión a uno mas suave y se acercó a él acariciando su mejilla para que supiera que ella no le iba a ser daño; los hombres miraban con atención los movimientos y acciones de la mujer esperando que algo ocurriera, y si ocurrió. Ivy rompió la pared de espacio personal y besó a su paciente en los labios frente a los demás
Oyó el sonido de la sorpresa de sus compañeros e incluso los oyó balbucear unas palabras; era la primera vez que ella besaba a uno de sus pacientes frente al personal, pero estaba tan molesta y harta que no le importó darles una lección a los hombres que profesaban estar enamorados de ella y lastimaban a sus pacientes
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El hombre a quien besaba obviamente se sorprendió ante tal acto. Ivy solía besarle el rostro, pero nunca había besado sus labios y nunca jamás lo hacia en publico, se sintió nervioso por un momento, pero después y cual si fuera magia el hombre entró en una especie de trance en el cual olvidó a sus espectadores y correspondió al beso de la mujer
Levantó su mano y la puso en la barbilla de ella, le rodeó la cintura con su mano libre mientras ella lo abrazaba con sus brazos
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Los hombres la vieron atónitos, tanto que no pudieron hacer nada y sus cuerpos se negaban a responder para pararla
Se separaron y entonces Ivy los volteó a ver con mirada de victoria y orgullosa. Casi pudo oír como sus corazónes y sus orgullos se rompían
--Vamos Albert, te llevare a tu cuarto -Albert solo asintió y bajó su mirada sonrojada, después juntos caminaron y se alejaron de ellos quienes seguían petrificados por lo que solo pudieron ver como se alejaron
Era bueno que físicamente Albert estaba bien por lo que nadie sospecharía de su don al besar
De repente sintió miedo y peligro. Miró a los lados mientras escoltaba a su paciente a su habitación, era algo extraño, pero muy real.