—¿Estás segura de que este tono se ve bien en mi? —La rubia preguntó mientras observaba su nuevo color de cabello en el espejo.— Cariño, todo se ve bien en ti.
La rubia se ruborizó, quizá su acompañante tenía razón pero estaba tan nerviosa que cada cumplido que recibía le resultaba difícil de creer. ¿A donde se había ido su autoconfianza?
—Vas a hacerlo genial, Tae. Eres la mejor.
—Mm, lo que digas. —respondió.
— ¡Hablo en serio!
— Solo lo dices porque te mueres por besarme, Irene.
— Pfft! — La pelinegra se burló, negando con la cabeza. Al parecer la autoconfianza de TaeYeon todavía seguía por allí.— ¡No! ¡No hay forma!
— ¿No? — preguntó.
— No... —Irene apartó la mirada y la dirigió hacia el techo de la habitación.— O sea, si tú quieres yo no me negaría, ¿sabes? Eres mi amiga y las amigas hacen de todo por reforzar la amistad y—
TaeYeon soltó una carcajada, interrumpiendo a la chica con las mejillas sonrosadas.— Está bien, ya que estás tan desesperada, quizá algún día.—Y con un guiño, TaeYeon tomó su cartera y salió del lugar dejando a la pelinegra completamente esperanzada.
Irene llegó a la vida de la rubia de ojos ónice cuando más la necesitaba. Hace unos meses cuando se había resignado a pagar la renta del apartamento por sí misma, una chica encantadora y divertida que acababa de mudarse a Seúl buscaba un lugar para quedarse. TaeYeon no pudo estar más feliz–y a decir verdad, también desesperada– así que sin pensarlo demasiado aceptó compartir el lugar y no pudo irles mejor. Su diferencia de edad no significaba gran problema, Irene era responsable y para TaeYeon eso era suficiente.
Últimamente no pasaban demasiado tiempo juntas ya que a pesar de haberse graduado hace tres años de la universidad, TaeYeon no tenía trabajo y salía a buscar uno a toda hora del día, terminando mayormente en fracaso tras fracaso. No porque no tuviera ofertas, en realidad le llovían, tanto que ya no usaba su móvil para evitar que la contactaran.
¿Entonces cuál era el problema?
TaeYeon se graduó con honores en la universidad de finanzas y a decir verdad, después de probar el mundo de los negocios por un año y medio, decidió que no era lo que ella quería en su vida.
¿Qué era lo que TaeYeon quería? Cantar.Tan loco o repentino como sonara, era lo que ella deseaba. ¿Cambiar una carrera estable por un sueño? Qué locura. Era lo que sus padres pensaban, sus padres que decidieron no volverla a ver hasta que ella reflexionara.
La rubia de ojos ónice no podía evitar llenarse de melancolía al pensar en sus padres, menos cuando en las ocupadas calles de Seúl podía ver anuncios de la exclusiva marca de lentes que ellos poseían. Eran un recuerdo constante de su decisión.
Pero ella no iba a renunciar a su sueño, no había llegado tan lejos para echarse para atrás. Irene, absolutamente un ángel en su vida, le había comentado que en una escuela estaban buscando a una maestra de música y que no perdía nada en intentarlo.
El fin de mes se acercaba y TaeYeon necesitaba pagar la renta, si seguía viviendo de sus ahorros, iba a terminar en las calles. Así que con un mapa en las manos y un par de indicaciones de la pelinegra, empezó su recorrido hacia la aclamada escuela.•
TaeYeon no podía creer que lo que veía era una escuela. Pero estaba segura de que era el lugar que indicaba el mapa, Irene le dijo que tenía que estar allí a las tres en punto y estaba solo a dos minutos de la hora pactada. Pero había 'algo' en el gran edificio que le parecía extraño.
"SM Ent."
Quién le pone un nombre como ese a una escuela. ¿Por qué todo parece tan... lujoso?Dejó de observar el lugar con duda y vio su reloj de pulsera, ya eran las tres. Decidió entrar, después de todo sus deudas no iban a pagarse solas.
Fue directamente hacia la recepción para preguntar sobre el puesto de trabajo en cuanto una joven muy alta con aspecto refinado e impecable, la interceptó a medio camino.
—¿Estás aquí para la audición?— ¿Hmm?— TaeYeon se exaltó. ¿Audición? ¿Tal vez le decían así a la entrevista de trabajo?
— ¡Dios! Son las tres, estamos en apuros.—La chica dijo, sin dejar de mirar su móvil y un pequeño tablero con un par de garabatos.— Entonces, ¿lista para la audición?
— S.. Supongo que s—
—Bien, vamos que es tarde y el jefe tiene que irse en diez minutos, llegaste justo a tiempo.
Sin una palabra más, la alta chica la tomó por el brazo y la llevó sin esfuerzo a una especie de gran auditorio.Todo parece tan caro, qué clase de niños estudian aquí...
— ¡Jefe!—la chica exclamó, interrumpiendo sus pensamientos.— Esta es la última candidata.
Un hombre que aparentaba estar en un poco más de sus cincuenta volteó a verlas, TaeYeon sintió que la estaban escaneando de pies a cabeza.
—Gracias, SeoHyun. Deja que suba al escenario y cante. —dijo.
TaeYeon había cantado un par de veces para unas cuantas personas, no pocas pero tampoco demasiadas pero tenía una extraña sensación al estar frente a aquel señor. Además de que cantar era una manera inusual de presentarse a un trabajo, casi siempre solo dejaba sus documentos y con suerte la llamaban para una entrevista.
La chica llamada SeoHyun le quitó el gorro que llevaba y desató su cabello recién teñido para después observarla por un momento.
—Eres muy bonita pero un poco baja para lo que buscamos.—¿Las maestras de música tienen que ser altas?—respondió.
—¿Maestras de... música?—SeoHyun preguntó con una clara muestra de confusión en el rostro.— No viniste para la audic–
— ¡SeoHyun! —exclamó el hombre, llamando su atención— Debo irme en cinco minutos.
—S-Si, jefe.
La alta chica prácticamente tiró a TaeYeon sobre el escenario y fue allí cuando la chica más baja sintió su cuerpo a punto de estallar en nervios.
—¿Qué cantarás? —dijo el elegante hombre, que daba vistazos a su reloj, aparentemente todos estaban apurados hoy.
—Uh...—TaeYeon no quería hacerles perder el tiempo así que solo respondió lo primero que se le vino a la mente, una canción que escuchó en el metro cuando estaba de camino.— Atlantis Princess de BoA
El hombre dejó de mirar su reloj para prestar toda su atención en ella y TaeYeon empezó a cantar.

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Boss Lady | TaeNy
FanfictionTaeYeon logra debutar en un grupo pero todo cambia cuando descubre que su rival y estrella de la empresa enemiga es su primer amor, Tiffany.