Fuego.
Nacida de entre el caos y la destrucción, en una aldea acosada por bandidos del reino contrario desde hace mucho tiempo, una aldea rebosante de humildad y personas de lo más simples, una aldea casi olvidada por sus gobernantes.
Un día trágico.
Hombres sedientos de sangre, porque no había otra palabra. Dejando destrucción y muerte por donde iban, similares al fuego, sin ningún control. Byul temblaba desde su escondite, no quería ver, no quería escuchar, pero no podía apartar su mirada de esa cruel escena. Los hombres portaban armaduras del reino Nam, los había visto, solían rondar por el pueblo. Tenían a su madre contra la pared, no tenía que ser una genio para saber lo que iba a pasar, tres hombres se acercaron con espadas relucientes cual diamante, y de un solo movimiento el cuerpo de su madre cayó al suelo.
¿Era solo producto de su mente? El cadáver de su madre parecía mirarla. Un hombre se agachó y a pesar de que su madre ya había muerto eso no le impidió mancillar su cadáver. Las lágrimas brotaron de sus ojos y se congeló ante la imagen frente a ella, tuvo que morder su mano para no gritar. No supo cuanto tiempo pasó y los hombres salieron de la casa como si nada hubiera pasado. Estaba completamente horrorizada ¿Cómo no estarlo?
Salió del escondite y las llamas habían llegado a su hogar, el fuego consumía todo, se veía precioso en sus ojos, pero era destructivo y probablemente la mataría. El techo hecho solo de madera y paja era inestable y Byul se vio rodeada por las incesantes llamas de color rojo-anaranjado. ¿Acaso el esfuerzo de su madre por esconderla fue en vano? Si no moría por los soldados moría incinerada, miró a su alrededor en busca de una salida, pero una viga cayó sobre su cuerpo y todo se volvió negro. "He de morir aquí de una forma tan lamentable, perdona madre" dijo antes de perder todo.
. . .
— Oye — su cuerpo estaba siendo sacudido, ¿esa era la manera de despertar en el cielo? — niña despierta.
— Creo que está muerta, solo hay que irnos — dijo un hombre.
— No seas tonto, aún respira — aquel sí parecía tener sentimientos.
— D-duele... — Byul tosió y sintió que sus costillas le generaban un increíble dolor.
— Bien, no está muerta, te la llevas tú porque yo no la quiero — okay, la moral de ese hombre estaba por los suelos.
— Tremendo pedazo de mierda — el hombre gruñó — te voy a sacar de aquí.El hombre la levantó con mucho cuidado, pero eso no evitó que sintiera los estragos de lo que le pasó. Aquel hombre monto su caballo mientras que sostenía a Byul sobre su regazo, con un asentimiento le dijo a su compañero que tendrían que partir. Byul tenía múltiples quemaduras en la espalda y el rostro, unos raspones para nada agradables, probablemente algunos huesos rotos y su garganta le quemaba, le reclamaba ingerir agua. El dolor en su rostro era evidente, las cejas fruncidas, los ojos cerrados fuertemente y la mordida de sus labios.
— Ten — el hombre le dio de tomar algo de agua de su cantimplora — soy Kim Jong-dae, soldado del reino Lee, tu reino si es que te gustaría saber eso.
— Gra-gracias — las palabras salieron con dolor de su boca, tenía miedo de lo que iba a decir — dónde... dónde están los demás.Jong-dae debatió entre decirle o no, pero el silencio otorga y Byul era demasiado lista para su edad. Al final Jong-dae le dijo la verdad, tarde o temprano se enteraría.
— No quedó nadie, eres la única sobreviviente, lo siento — Jong-dae le dio una sonrisa torcida.
De verdad lo sentía, si tan solo hubieran hecho algo antes eso no hubiera pasado, pero tentar al reino Nam no era bueno y tampoco pensaron que algo como eso llegaría a pasar. Jong-dae era un hombre de unos 30 años, rasgos cargados de belleza, cuerpo atlético por su vida como soldado y tenía una mirada entre serena y cargada de fiereza. Su compañero carecía de todo lo que Jong-dae sí. Byul no tenía no la más remota idea de a dónde iban, pero no podía quejarse. Qué le quedaba se su vida anterior, cenizas, solo eso le dejó el fuego, cenizas y el dolor en su corazón. Su madre estaba muerta, sus amigos y conocidos también, pero quería creer que el hecho de que ella no hubiera muerto era porque el destino tenía algo grande para ella, eso o que sus seres queridos la ayudaron desde el más haya.
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Warriors || Moonsun
RandomUn amor nacido en el fuego de la guerra. Una soldado modelo, líder y de belleza cautivadora. Y una simple campesina que está dispuesta a unirse a su causa por estar a su lado. Portada hecha por @WindByul