Capítulo 4

1.5K 111 56
                                    

Tal sólo me quedaban siete días mas de descanso, luego volvería a mi rutina de piloto. Recuerdo tu reacción cuando te dije que se acababa mi tiempo, no quería deprimirte pero debia ser honesto contigo.

Ese 23 de junio, te lleve a conocer a mi familia. Te veias tan nerviosa, me pareció muy tierno. Llevabas ese vestido negro que te acompañe a comprar el día anterior, seguía creyendo que te quedaba espectacular.

Al llegar a la casa de mis padres, te pusiste tan pálida que parecias una muñeca de porcelana. Luego de intentar nuevamente calmar tus nervios, lograste bajar del auto.

Te vi caminar nerviosa hasta la puerta, tu no lo sabes pero sonreí al darme cuenta de lo afortunado que rra de contar con una amiga como tu. Una amiga nada más, suena feo, yo queria algo más que un amigo. En mis adentros quería ser el afortunado de llamarte novia, y de ser posible esposa.

Tocaste la puerta de forma casi inaudible, me causo gracia. Sin embargo, mi madre lo percibió. Mis hermanos te adoraron con apenas una conversación. Mi padre se sorprendió de que te gustara la aeronáutica, no lo sabes pero creyó que eso te hacia más interesante.

Fue una cena muy linda, tu risa se mezclaba con la de mis hermanos. Mis ojos se fijaron en ti y tus reacciones, en tu forma de desenvolverte; pero sobre todo lo feliz que te veias.

Recuerdo que me dijiste que te había encantado y esperabas repetirlo pronto. Me hiciste sentir tan jubiloso con eso, no sabía que había hecho para merecer tenerte cerca mío.

Esa noche te quedaste a dormir en la casa, mi madre habia preparado una habitación para los dos. Tus nervios fueron evidentes al conocer que sólo habia una cama, me ofrecí a dormir en el piso; pero tu no quisiste eso.

A la mañana siguiente, desperté abrazandote por la cintura teniendo tu cabeza sobre mi pecho, tal y como lo había imaginado. Es una imagen que jamas podré olvidar, lucias tan angelical.

De repente abriste tus ojos, note el rubor en tu rostro pero decidí ignorarlo. Te disculpaste tantas veces por despertar así, sin embargo tu no sabias que esa era la mejor manera de despertar para mí.

A la hora del desayuno estuviste hablando de tantas cosas con Cara, que me hiciste tener miedo a que se completarán contra mí. Luego, sentí tus bellos ojos sobre mí, conectamos miradas por un tiempo que realmente desconozco sólo sé que en ese preciso momento comprendí que eras la indicada.

Después de esto, salimos de la casa a pasear. Jamás olvidaré lo emocionada que te veias al llegar al parque de diversiones, parecias una niña por la forma en que te brillaban los ojos.

Pasamos un día extraordinario y ya casi cerraba el parque pero nos faltaba un sólo juego, la ruedo de la fortuna. Aquí creo que cometí un error, creí que era la oportunidad perfecta para besarte. Justo en el momento en que llegó a su punto máximo de altura y se detuvo, decidí hacerlo. No podía estar más tiempo sin probar tus labios, sin saber que se sentía.

Luego de ese día no hablamos más, la última semana de mis vacaciones las pasé extrañandote por culpa de un error mío. Tu te alejaste por completo, ya ni siquiera respondias mis mensajes. Lo único que podía pensar era ¿tan mal estuvo que te besara?.

Me sentí tan culpable por causar que no me hablaras más, simplemente por un simple capricho. Pero no iba a negar que me había encantado, Abril si supieras todo lo que sentí con ese beso entenderias porque insistí tanto en comunicarme contigo.

Ayyyyyy💔

OK - George RussellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora