— Pasa, Lilly está en la sala.
La esposa del chico lo había invitado a tomar el té y Jungkook aceptó gustoso.
Habían pasado tres malditos meses desde que Park se había ido y ni por esa puta casualidad le había dado señales de vida o siquiera lo había llamado. Él llamó al hotel pero no estaba allí, ese pedazo de mierda mentirosa...
— ¡Jungkook! —la mujer rubia se paró de su asiento para saludar al mencionado.
— Lilliane~ —la abrazó, sintiéndose feliz al ver su enorme panza— ¿Cómo vas con ella?
— Perfecto, sólo falta tan sólo un mes y ella estará aquí con nosotros. —sus ojos brillaron.
— Estoy tan emocionado... —festejó DoHwan.
Ayudó a poner la mesa para que Lilly estuviese sentada puesto que se cansaba demasiado rápido al tener que cargar con una enorme barriga.
Así, el castaño pasó la tarde charlando con ellos entre risas y demás. Era lindo pasar tiempo con ellos puesto que Soojin y Shuhua ya no estaban disponibles como antes. El bebé de Shuhua pesó algo así como cuatro kilos y Jungkook realmente se cuestionó cómo demonios aquello había salido de alguien tan pequeña como ella.
— Muchachos... Tengo que dejarlos. —avisó la rubia unas horas más tarde.
— ¿Sucede algo amor? —preguntó DoHwan preocupado.
— N-No... —negó rápidamente— Pero por si no lo notaste, tu hija me está consumiendo el calcio. Quiero dormir. —comenzó a reír.
— Dame un segundo, kook.
Seguidamente, el ruso se fue con su pareja solamente para que se pudiera acomodar bien en la cama. Volvió casi de inmediato, sentándose en el sofá frente a su invitado.
— Puedes hablar ahora, Jungkook. —dijo en voz baja, para que solamente ellos pudiesen escuchar.
— ¿Puedes rastrear a esta persona para mañana? —tendió una foto sobre la mesita de café.
— Dalo por hecho. —respondió— Lo haré sin cargo, después de todo, ya hiciste demasiado por mi.
— Siempre haré lo posible para ayudarte a ti y a Lilly. Y también a Rosie. —sonrió.
— No sé si estás cómodo con esto pero lo hablé con Lilliane y... —se rascó la nuca— Uhm... Ella y yo queremos que tú seas el padrino de Rosie...
— ¿Bromeas? —rió— ¡Claro que quiero! —se adelantó para poder abrazar a su, ahora, nuevo amigo.
Estaba seguro de que no se equivocaba en llamarlo así.
Terminó por irse casi a las diez de la noche puesto que terminó jugando videojuegos con DoHwan mientras bebían una cerveza. Lilliane se levantó y les hizo compañía con un juguito de manzana porque, por razones obvias, no podía tomar.
— ¿Has ido al médico? —preguntó el rubio.
— Sip. —asintió— Lo que tengo no es maligno, y es operable también pero es bastante costoso. Además, eso puede esperar.
— ¿Qué tan costoso es? —preguntó.
— Quince mil dólares. —respondió la mujer.
— Puedo ayudar con eso. —dijo— Yo, personalmente, quiero que los padres de mi ahijada estén bien. —mordió su labio.
Eso, y que trabajando con Hoseok, su sueldo era en dólares. Tenía mucho dinero porque su capacidad de ser tacaño y ahorrar todo lo posible era muy buena.
— Ya has hecho demasiado por nosotros Jungkook, realmente me siento en deuda. —negó la mujer.
— Sí bien pero soy Jeon Jungkook y no pienso aceptar un no. —se encogió de hombros.
— Es que de verdad se siente como si nos aprovecháramos de ti. —dijo DoHwan.
— No lo hacen, créanme que lo hago de todo corazón. —hizo una mueca— Ahora mismo tengo que irme pero voy a depositar dinero para tu operación, acéptalo. —pidió— Tómalo como una compensación a DoHwan por cuidarle el culo a mi pareja.
Continuaron discutiendo sobre no aceptarle el dinero pero Jungkook no era del tipo de persona que aceptaba un no en ese tipo de situaciones, siempre fue de querer ayudar sin importar las consecuencias.
— Avísame si pasa algo en la mansión, ¿sí? —le dijo DoHwan al castaño— Y ten esto. Pero no le digas a Jimin que te la dí, odia que manipules armas.
Lilliane estaba en el baño por lo que no vió a su pareja obsequiándole una desert eagle color negra al padrino de su hija.
— Nos vemos, que tengan un buen descanso. —se despidió.
Se subió a la camioneta, una de las tantas que había en casa, y comenzó a manejar. Para cuando llegó eran las diez menos cinco de la noche y pudo ver a Soojin fumando en el patio delantero, probablemente agotada de tanto cuidar al bebé. Zack Seo sonaba bastante cool, Jungkook sabía que sería todo un galán al crecer.
— Buenas noches. —bostezó— ¿Lo quieres? Yo necesito ir a dormir. —le tendió el cigarrillo.
— Sí. —asintió el castaño— Que tengas un buen descanso, Soo.
— Lo mismo. —volvió a bostezar antes de meterse a la casa.
Jungkook comenzó a fumar lentamente hasta que se lo terminó, aunque era menos de la mitad. Tomó la caja de su bolsillo y de allí sacó otro cigarrillo, encendiéndolo en cuestión de segundos para seguir en lo suyo.
Comenzó a pensar en todo lo que había ocurrido en los meses anteriores y por alguna razón, estaba inquieto. Tenía dudas, miedos y unos nervios enormes.
A su vez, también estaba feliz de poder volver con Jimin.
¡Todo se sentía tan irreal! No era posible que sus estupideces fuesen perdonadas y dejadas atrás así como si nada. No era posible que Jimin actúe de esa forma tan cariñosa que... Era propia de cuando eran unos malditos pubertos.
Lo peor es que sentía que estaba ocultando algo pero no podía decir con certeza si sus sospechas eran ciertas porque habían dos opciones...
Había perdido la capacidad de leer a Jimin o él por fin había aprendido a mentirle.
Y no quería pensar en lo último.
Terminó cubriéndose la boca con su mano para ahogar un sollozo. Se limpió las lágrimas que bajaban por sus mejillas y luego se metió a la casa, haciendo el menor ruido posible.
Esa noche no cenó, y se acostó con los ojos hinchados entre pensamientos de actuar o no actuar.
Pero por la mañana se levantó, completamente decidido. Así que tomó la laptop que escondía bajo la cama, en un compartimento que ni su novio conocía y allí puso manos a la obra. ¿Qué si le regaló aquella cadena a su hombre porque lo amaba?
Sí, lo amaba.
Sin embargo, habían cosas que ya no estaba dispuesto a tolerar y no tenía por qué tolerarlas, tampoco.
Respiró hondo antes de accionar, cuestionándose si en realidad debía hacerlo pero finalmente sus manos terminaron moviéndose por sí solas, activando aquel aparato.
Kirov, en el distrito Sunsky; en un pueblo llamado Suna.
— Así que allí estás... —se mordió el
labio— Bien, ese es mi próximo destino.Aunque, antes de hacer sus maletas prefirió meterse al baño y tomar las tinturas de los gabinetes.
Un cambio de look no vendría mal.
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💜 Gracias por leer galletitas 💜
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Sirens (Jikook) [Adap.]
Random"Espero que algún día entiendas por qué lo hice." Nunca fue fácil salir con un narcotraficante, mucho menos enviarlo a la cárcel. ───────────────────── ○Adaptación de la historia del mismo nombre. ○Autora Original: boomhinata. ○Jikook (Jimin/Top-Jun...