Emma Saenz, escritora de fantasía juvenil de diecisiete años, empezaría su ascenso al mundo de los sueños, irónicamente, al estar despierta a altas horas de la noche.
El prospecto de escritora juvenil, se encontraba inmersa en la trama de un libro de Colleen Hoover, cuando se sorprendió a sí misma dando lectura a la última palabra, cuando el reloj marcaba las 3:40am. Aún con la adrenalina que te deja terminar un libro, esa resaca literaria que te dejan las historias envolventes, Emma decidió salir un segundo al frente de su casa a contemplar la preciosa noche que hacía. Había estado tratando de distraerse del hecho de que al día siguiente, por fin, cumpliría su sueño de firmar su libro con la prestigiosa editorial Interestellar.
Todos sus esfuerzos de escribir un capítulo tras otro, cada noche, al fin empezarían a dar frutos, estaba segura y sentía que lo merecía luego de tanto trabajo. Era el tipo de chica que cuando tenía algo en la cabeza, era más fácil quitarle la cabeza, que arrebatarle la idea.
En el momento que empezó a escribir la historia de "El Océano entre nosotros" para subirla a Wattpad; una de sus plataformas de lectura predilecta, su hermana le había dicho que eso, solo era una pérdida de tiempo, que lo dedicara a algo más útil, porque millones de chicas subían sus historias todos los días, y la posibilidad de hacerse famosa era de una en un millón. Justo en ese momento Emma se convenció a sí misma que las otras nueve mil, novecientas, noventa y nueve chicas, sencillamente, no eran ella. Así de testaruda y a la vez decidida, podía ser esta chica.
Desde entonces volcó todos, y cada uno, de sus esfuerzos en escribir una trama cautivadora para sus lectores; no solo eso, también trato de publicitarse por todos los medios posibles, para conseguir cada vez más visitas. Sus personajes, aunque un poco clichés, se veían inmersos en un espléndido mundo, que ella misma había diseñado, en el cual existía una civilización similar Atlantis, que se encontraba dentro de las profundidades inexploradas del mar, y la gobernaban unas criaturas humanoides al mejor estilo de la película "La forma del agua". Aunque ella detestase esa comparación, de hecho, detestaba toda idea, por vaga que fuera, de comparar su historia con alguna otra, esto la hacía saltar a defenderse como si de una ofensa se tratase, lo cual la había hecho pelearse con más de un lector.
Pero justo allí, frente a el hermoso cielo nocturno, por un segundo pensó que le gustaría tener a alguien a quien llamar a esta hora para compartir esa sensación de victoria que la invadía, desde que la llamara su agente para anunciar el hecho de que su libro saldría de las filas de Wattpad para pasar a las librerías. Iba a tener que pasar por un proceso de edición y otros trámites, pero la guerra ya había sido ganada, se había convertido en ese uno, entre un millón de historias, que sería publicada.
Sin embargo, ese camino a la fama y su carácter tan explosivo, la habían llevado a no tener muchas personas con quien compartir; consideraba a sus compañeros de clase bastante insípidos y poco educados. Odiaba no tener con quien compartir comentarios o bromas sobre libros, y aunque pertenecía a varios grupos de escritoras, no soportaba a las más jóvenes, sencillamente no le gustaban las adolescentes, a pesar de que muchos aún la consideraban como una. Criticaba bastante duramente las historias de otras compañeras, lo cual era bastante desagradable para la mayoría, aunque muchas sabían que no lo hacía con malas intenciones, no se daba a querer demasiado.
Emma consideró el hecho de que, quizás, ahora que sería una escritora publicada, podría codearse con otras escritoras que compartieran sus gustos. Quien sabe, quizá encontrar un chico como tantas veces lo había leído, esto la hizo fantasear un poco más. Se dejó llevar por la idea de conocer en alguna librería a un chico como Aarón, el personaje masculino de su historia, o quizás un sexy Travis Maddox.
Muy pronto tendría que irse a la capital a estudiar letras, y también tendría la gira de promoción de su libro, lo cual abría un enorme abanico de oportunidades de conocer un montón de gente nueva.
Mientras estas ideas volaban por su cabeza, decidió que quería sentarse en los columpios del parque que se encontraba a calle y media de su casa, la noche estaba hermosamente clara y las luces del ambulatorio que estaba frente al pequeño parque, lo hacían un lugar bastante vivo por las noches; no era la primera vez que daba un paseo a esas horas para poder aclarar su mente, lo había hecho muchas veces mientras escribía su novela, cuando quedaba atorada en alguna escena. Camino las tres casas qLue faltaban para llegar a la avenida como si estuviese en la luna, se había puesto sus audífonos y escuchaba a todo volumen Counting Stars, sin embargo pudo vislumbrar que estaba muy activo el tránsito. El ambulatorio era el único en una gran área, así que siempre tenía un buen movimiento de gente, llegó a la farmacia que se encontraba en la esquina y había un enorme camión estacionado en frente, lo sorteó para poder cruzar la calle mientras cantaba la parte final de la canción a ojos cerrados.De repente un pitido ensordecedor taladraba sus oídos, todo estaba borroso y se sentía muy confundida. Un fuerte dolor en la parte posterior de su cabeza y luego en su pierna la hicieron querer gritar de dolor, pero no podía, no podía mover ni un músculo, apenas distinguía unas luces brillantes. Tenía la sensación de inercia de estarse moviendo, pudo escuchar a lo lejos un grito desgarrador, ¿esa era la voz de su madre?
De pronto no pudo escuchar nada más y las luces fueron apagándose poco a poco.
Emma Vitoria Saenz Trujillo murió a las 4:43 am, de un sábado, producto de un accidente. Fue arrollada por una camioneta Ford F-150, que venía a alta velocidad trayendo al ambulatorio una mujer en trabajo de parto.
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La Escritora de Wattpad y los escritores de sueños.
FantasyLa escritora de Wattpad, Emma Trujillo, había alcanzado el éxito a sus diecisiete años, con una historia de género fantasía llamada: "El Océano entre nosotros". Pero tras un accidente, todo por lo que había trabajado se desvanecería, junto con su vi...